DURBAN, Sudáfrica – El trabajo infantil atenaza actualmente a 160 millones de niños y niñas, casi nueve millones más que hace cuatro años, en lo que representa un fracaso de las medidas para erradicar el problema, en parte por el impacto que supuso la pandemia de covid-19 para la infancia en el mundo.
Así lo resalta un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo Mundial para la Infancia (Unicef), que alerta que en África subsahariana, el crecimiento de la población, las crisis recurrentes, la pobreza extrema y las medidas inadecuadas de protección social han provocado un aumento de 16,6 millones de niños en situación de trabajo infantil en los últimos cuatro años.
Una de las principales conclusiones del informe, publicado en junio de 2021, es la situación del sector agrícola, que representa 70 % de los niños que trabajan (112 millones), seguido de 20 % en los servicios (31,4 millones) y 1 0% en la industria (16,5 millones). La prevalencia del trabajo infantil en las zonas rurales (14 %) es casi tres veces mayor que en las urbanas (5 %).
La especial preocupación por África y en particular por África subsaharina se ha hecho patente en los dos primeros días de la 5 Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil, que se celebra en esta ciudad sudafricana de Durban desde el domingo 15 y hasta el viernes 20, realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con apoyo del país anfitrión.
En una entrevista con IPS, Andrews Tagoe, miembro de la Junta Directiva de la Marcha Mundial contra el Trabajo Infantil, afirma que el trabajo infantil en África supera al del todo el resto del mundo junto. Aunque la mayor parte se da en la agricultura, otros ámbitos son igualmente muy importantes.
“Tenemos un gran reto entre manos y África necesita muchas estrategias para abordarlo de inmediato”, urgió Tagoe, quien también es secretario general adjunto de la Unión General de Trabajadores Agrícolas de Ghana.
“Abordar el trabajo infantil no es una cuestión benévola, es el derecho de los habitantes de las comunidades rurales a que sus hijos vayan a la escuela. Las zonas libres de trabajo infantil han demostrado y aportado soluciones”, dijo el que es uno de los mayores activistas africanos a favor de la erradicación del problema en su continente.
Como ejemplo, citó que “el gobierno de Ghana ha adoptado este método: una zona libre de trabajo infantil y una comunidad libre de trabajo infantil y pueblos amigos”. “Sin embargo, este concepto necesita más inversión para seguir mejorando la participación de las comunidades y las estructuras para abordar el problema del trabajo infantil en el país”, remarcó.
El informe del Índice de Compromiso para la Reducción de la Desigualdad muestra que los 15 Estados miembros de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC, en inglés) perdieron unos 80 000 millones de dólares en 2020 debido a un crecimiento inferior al previsto, lo que equivale a unos 220 dólares por cada ciudadano del bloque de países.
El análisis estima que esta crisis económica podría tardar más de una década en revertirse, borrando toda esperanza de que los países cumplan los objetivos de sus planes nacionales de desarrollo para reducir la pobreza y la desigualdad en 2030.
Según el documento, muchos gobiernos de los países de la SADC siguen mostrando un compromiso considerable en la lucha contra la desigualdad, pero aun así, no es suficiente para compensar la enorme desigualdad producida por el mercado y exacerbada por la pandemia de covid.
A ello se une el impacto alimentario, especialmente en materia de cereales básicos en la dieta africana, de la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia, que genera nuevos problemas económicos y sociales a los 15 países de la SADC.
Entre los mensajes clave del informe Perspectivas Económicas de África 2021, se afirma que unos 51 millones de personas del continente podrían caer en la pobreza. Los hogares no pobres de hoy, quizá pasen a ser los pobres de mañana, porque 50,2 % de las personas de África más vulnerables a permanecer en la pobreza viven en la región de África Oriental.
“Hay algo que no estamos haciendo bien, si el número de trabajo infantil es tan alto, debemos cambiar nuestra forma de actuar”, dijo Tagoe.
Reconoció que “trabajando juntos, hemos empezado a ver algunos avances”.
Pero sigue habiendo un problema medular con la asignación de recursos, puntualizó, porque o no se envían a los lugares necesarios o son claramente insuficientes.
“Pedimos inversiones enormes y masivas en los planes nacionales del país, también pedimos un enfoque basado en la comunidad trabajando con la Marcha Mundial, los sindicatos agrícolas y sus organizaciones de base”, dijo el dirigente de esa marcha contra el trabajo infantil.
Tagoe consideró importante señalar que “no se trata solo de la inversión, sino también de la asignación de los recursos; se ha invertido bastante dinero en la lucha contra el trabajo infantil, pero ¿a dónde va ese dinero? ¿Cómo se gasta?”.
“Son preguntas importantes. Hay que destinar más dinero a estrategias que funcionen y a buscar el desarrollo de las comunidades”, señaló el dirigente gremial ghanés.
“Hemos podido desarrollar sistemas y estrategias. Hemos sido capaces de trazar y cartografiar aldeas amigables y zonas libres de trabajo infantil, lo que demuestra lo que ocurre cuando se invierte adecuadamente, y se crea el potencial de comunidades y vidas libres de trabajo infantil”, subrayó como ejemplo de un camino a multiplicar, que esté atado a las comunidades.
Añadió: “Queremos abordar el trabajo infantil de forma que capacite a los padres para cuidar de sus hijos, queremos abordar el trabajo infantil de forma que promueva la mejora de los líderes comunitarios, para que puedan declarar sus comunidades como zonas libres de trabajo infantil”.
La 5 Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil tiene como objetivo reunir a expertos de todo el mundo que lideran la lucha contra el trabajo infantil para dar un nuevo impulso a la cooperación internacional y mejorar los compromisos para cumplir con un mundo libre del trabajo para los niños y niñas en todas partes.
En su intervención durante la sesión plenaria de apertura de la conferencia, el defensor de los derechos del niño y Premio Nobel de la Paz 2014, el indio Kailash Satyarthi, instó a las naciones ricas a desempeñar su papel en la lucha contra el creciente dilema mundial.
“No se puede culpar a África. Esto ocurre por el orden mundial discriminatorio. Sigue siendo un problema de discriminación racial muy antiguo. No podemos acabar con el trabajo infantil sin acabar con el trabajo infantil en África. Me niego a aceptar que el mundo sea tan pobre que no pueda erradicar este problema (del trabajo infantil)”, dijo Satyarthi.
El trabajo infantil sigue siendo uno de las peores consecuencias y expresiones de la pobreza extrema y de la desigualdad, los niños que están atrapados en el trabajo infantil merecen su derecho a la educación, la salud, el agua potable y el saneamiento, se ha repetido en los dos primeros días de la Conferencia Mundial.
Tagoe llamó a un trabajo conjunto de organismos multilaterales, donantes, gobiernos y organizaciones sociales para que “esas desgarradoras cifras no se hagan realidad”, en cuanto a las predicciones de que el trabajo infantil está en riego de aumentar.
“Estamos muy avergonzados de que las cifras sean tan altas en África, y debemos trabajar duro para reducirlas. Hay que hacer realidad todas las promesas hechas a los niños”, concluyó.
T: MF / ED: EG