NACIONES UNIDAS – Las instituciones financieras del mundo, principalmente de Estados Unidos y Europa, han cortado los vínculos y condenado al ostracismo económico a Rusia por su invasión de Ucrania y la violación de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El secretario general de la ONU, António Guterres, arremetió contra los rusos al afirmar que la invasión militar iniciada el 24 de febrero era «una violación de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania» y que era incompatible con los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
La Casa Blanca anunció entonces que Estados Unidos y sus aliados expulsarán a algunos bancos rusos de uno de los principales sistemas bancarios internacionales, un paso importante en un intento de paralizar la economía rusa.
Mientras tanto, el Tribunal Penal Internacional de La Haya ya ha anunciado sus planes de iniciar una investigación por crímenes de guerra sobre la invasión rusa de Ucrania, que ha supuesto el comienzo de una guerra con miles de pérdidas humanas, gran destrucción y el éxodo de más de un millón de personas.
Además, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por abrumadora mayoría el 2 de marzo una condena a Rusia por la invasión, que se acompañó de la exigencia a Moscú del cese de las hostilidades y del retiro de todo el territorio ucraniano.
Pero a pesar de que Rusia ha sido aislada política y económicamente como un paria internacional, la Secretaría General de la ONU continúa su relación con las empresas rusas, comprando bienes y servicios, principalmente relacionados con el transporte aéreo, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la restauración.
Esas compras, para aumentar la paradoja, están destinadas sobre todo a las 12 misiones de mantenimiento de la paz de la ONU.
El presupuesto aprobado para las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU para el año fiscal comprendido entre el 1 de julio de 2021 y el 30 de junio de 2022 asciende a la asombrosa cifra de 6380 millones de dólares. (A/C.5/75/25) y los pagos a los contratistas rusos saldrán en gran medida de este presupuesto.
Una pregunta igualmente válida es: ¿cómo pagará la ONU estas compras y servicios cuando los rusos han sido excluidos de la mayor parte del sistema bancario internacional?
En la última semana de febrero, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea (UE) endurecieron las restricciones financieras a Rusia con una nueva prohibición que bloquea a siete bancos rusos el uso de SWIFT, el sistema que permite una alta porción de las transacciones bancarias. El objetivo de esta medida es incapacitar a Rusia para hacer negocios transfronterizos.
Según las últimas cifras disponibles, las compras de la ONU a Rusia ascendieron a unos 132,3 millones de dólares en 2020, y Moscú figuraba como el quinto mayor proveedor, por detrás de los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Kenia y Suiza.
La ONU también tiene vínculos comerciales con el mayor operador de helicópteros de Rusia, UTair – Helicopter Services, descrito como uno de los principales proveedores de servicios de aviación a empresas de la industria del combustible y la energía, además de las Naciones Unidas.
También ha habido rumores de que algunas de las empresas contratantes tienen vínculos con oligarcas rusos y funcionarios políticos de alto rango que se han visto perjudicados por las sanciones de Estados Unidos y Europa Occidental.
Pero aparentemente no en las Naciones Unidas. Un diplomático asiático calificó la situación de «pura hipocresía política».
El 25 de febrero, el estadounidense secretario de Estado, Antony Blinken, declaró que Estados Unidos está imponiendo un coste sin precedentes al presidente ruso Vladimir Putin y a quienes le rodean por su ataque brutal y no provocado contra el pueblo de Ucrania.
“Estamos unidos con nuestros aliados y socios en nuestro compromiso de asegurar que el gobierno ruso pague un severo precio económico y diplomático por su nueva invasión de Ucrania, un estado soberano y democrático», añadió.
Mientras tanto, el jefe del Departamento de Apoyo Operativo de la ONU no respondió a dos mensajes en los que se pedían comentarios sobre la continuidad de la relación comercial y económica de la ONU con Rusia.
Pero Farhan Haque, portavoz adjunto de la ONU, fue más comunicativo, cuando dijo a IPS: «Lo que podemos decir es que si se impusieran sanciones específicas de la ONU a la Federación Rusa, o sanciones contra una empresa en particular o sus directores que afectaran a su capacidad de actuación, por supuesto que las cumpliríamos».
Sin embargo, la ONU establece normas y directrices estrictas sobre el comportamiento ético de los proveedores y contratistas. Pero la violación de la soberanía de un país y la invasión de un Estado miembro no forman parte de esas normas.
Según las directrices de la ONU, los proveedores y contratistas deben cumplir el Código de Conducta para Proveedores y las Condiciones Generales de Contratación de las Naciones Unidas, en particular, las disposiciones sobre explotación sexual, trabajo infantil, discriminación, condiciones de trabajo y acoso.
La División de Adquisiciones de la ONU también recuerda a la comunidad de proveedores de la ONU que, como proveedor registrado de la ONU, «ha aceptado el Código de Conducta para Proveedores de las Naciones Unidas, que refleja los valores fundamentales esbozados en la Carta de las Naciones Unidas».
Mientras tanto, la ola de asesinatos en Ucrania por las fuerzas invasoras continúa en Ucrania, la mayoría civiles. Hasta el 3 de marzo, había oficialmente más de 250 muertos y más de 550 heridos en los continuos ataques de las fuerzas militares rusas dentro de Ucrania.
La ONU ha advertido que, aunque la escala y el alcance de los desplazamientos aún no están claros, espera que más de 10 millones de personas huyan de sus hogares si la violencia continúa, incluidos cuatro millones de personas que podrían cruzar las fronteras hacia los países vecinos, lo que ya provoca una gran crisis humanitaria en Europa.
T: MF / ED: EG