GINEBRA – Más de 300 000 mujeres mueren cada año en el mundo a causa del prevenible cáncer de cuello uterino y la Organización Mundial de la Salud (OMS) renovó este enero la campaña 90-70-90, que busca eliminar el flagelo en un siglo.
“El cáncer cervicouterino es altamente prevenible y tratable. Podría convertirse en el primer cáncer en ser eliminado”, afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC en inglés) declaró a enero de 2022 como el Mes de la Concientización sobre el Cáncer de Cérvix, con el propósito de alertar a la población sobre la importancia y la gran posibilidad de acabar con esa enfermedad.
El cáncer de cérvix o cuello uterino se puede prevenir en gran medida mediante la vacunación y la detección de lesiones precursoras, con un seguimiento y tratamiento adecuados, señaló la IARC, organismo intergubernamental auspiciado por la OMS.
Aunque prevenible y tratable, el cáncer de cérvix es la segunda causa mundial más común de muerte por cáncer en mujeres en edad reproductiva, según divulgó la OMS en su sede en esta ciudad suiza.
Unas 604 000 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino en el mundo en 2020, y 342 000 de ellas murieron como consecuencia de la enfermedad.
Pocos padecimientos reflejan tanto las desigualdades como el cáncer de cuello uterino: casi 90 % de las muertes ocurren en países de ingresos bajos y medianos.
En esas naciones la incidencia del padecimiento es mayor porque el acceso a los servicios de salud pública es limitado y la detección y el tratamiento no se han implementado ampliamente
Por ello, IARC y la OMS están en campaña para que cada país alcance y mantenga tres objetivos, 90-70-90, durante la vida de las jóvenes de hoy.
El primero es que 90 % de las niñas sean vacunadas contra el virus del papiloma humano antes de los 15 años.
El segundo es garantizar que 70 % de las mujeres se sometan a pruebas de detección mediante una prueba de alto rendimiento antes de los 35 años y, de nuevo, antes de los 45.
El tercero es que 90 % de las mujeres con lesiones en la cérvix que puedan degenerar en cáncer reciban tratamiento preventivo, y que el 90 % de las mujeres con cáncer invasivo reciban un tratamiento adecuado.
Tedros llamó a todos los países y socios de la OMS a aumentar el acceso a la vacunación contra el virus del papiloma humano. Se trata de cumplir las metas 90-70-90 en 2030 “para así emprender el camino hacia la eliminación del cáncer de cuello uterino en el próximo siglo”.
Como parte de esa iniciativa, IARC destaca tres proyectos de investigación que forman parte del combate al cáncer cervicouterino, el primero de los cuales es incidir en las áreas de vacunación contra tipos de alto riesgo de virus del papiloma humano, el agente causante de la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino.
El segundo proyecto se refiere a tratamiento de las lesiones precancerosas del cuello uterino en un entorno de recursos limitados, y el tercero a la mejora de la cobertura de los programas de detección del cáncer cervicouterino en poblaciones de riesgo.
Cuando se expone al virus del papiloma humano, el sistema inmunitario del cuerpo generalmente evita que el virus haga daño. Sin embargo, en un pequeño porcentaje de personas, el virus sobrevive durante años, contribuyendo al proceso que hace que algunas células del cuello uterino se conviertan en cancerosas.
El riesgo se puede reducir con pruebas de detección y recibiendo una vacuna que protege contra la infección por el virus del papiloma humano.
Para eliminar este tipo de cáncer de la lista de problemas de salud pública, la estrategia IARC-OMS estableció como umbral que todos los países alcancen una tasa de incidencia de menos de cuatro casos por cada 100 000 mujeres.
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