Las remesas al Sur crecen sólidamente en 2021

Los trabajadores migrantes incrementaron el flujo de las remesas a sus países de origen porque la pandemia covid.-19 aumentó la necesidad de auxiliar con recursos a sus familias. Foto: C. Lepetit/Only World-OIT

WASHINGTON – Las remesas de los migrantes a los países de ingreso bajo y mediano han experimentado un sólido crecimiento de 7,3 por ciento en 2021 y alcanzan a 589 000 millones de dólares, indicó un informe publicado este miércoles 17 por el Banco Mundial.

El impacto de la crisis detonada por la pandemia covid-19 a comienzos de 2020 “fue muy profundo”, por lo que “el sorprendente ritmo de recuperación de las remesas es una buena noticia”, dijo Dilip Ratha, autor principal del informe y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo.

Según el informe, este retorno al crecimiento supera las estimaciones previas y confirma la resiliencia de los flujos que se observó en 2020, cuando las remesas disminuyeron apenas 1,7 por ciento pese a la profunda recesión mundial.

Por segundo año consecutivo, se prevé que los flujos de remesas a los países de ingreso bajo y mediano (sin incluir a China) superen la suma de la inversión extranjera directa (IED) y la asistencia externa para el desarrollo.

Eso subraya la importancia de las remesas, al permitir a los hogares cubrir sus gastos esenciales relacionados con la alimentación, la salud y la educación durante los períodos de dificultades económicas en los países de origen de los migrantes.

“Facilitar los flujos de remesas a fin de brindar alivio a los ajustados presupuestos de los hogares debería ser un componente fundamental de las políticas públicas para propiciar la recuperación mundial tras la pandemia”: Michal Rutkowski.

Las remesas “han sido un complemento fundamental de los programas públicos de transferencia de efectivo, que buscan ayudar a las familias que enfrentan dificultades económicas durante la crisis de la covid”, dijo Michal Rutkowski, director del Departamento de Prácticas de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.

“Facilitar los flujos de remesas a fin de brindar alivio a los ajustados presupuestos de los hogares debería ser un componente fundamental de las políticas públicas para propiciar la recuperación mundial tras la pandemia”, sostuvo Rutkowski.

Un factor que ha contribuido al sólido crecimiento de las remesas es la determinación de los migrantes de ayudar a sus familias en épocas de necesidad, sumada a la recuperación económica en Europa y Estados Unidos, que a su vez fue respaldada por los estímulos fiscales y los programas de promoción del empleo.

Se registró un sólido crecimiento de las remesas en la mayoría de las regiones. Los flujos aumentaron 21,6 por ciento en América Latina y el Caribe, 9,7 por ciento en Oriente Medio y Norte de África, ocho por ciento en Asia meridional, 6,2 por ciento en África al sur del Sahara y 5,3 por ciento en Europa y Asia central.

En Asia oriental y el Pacífico, las remesas disminuyeron cuatro por ciento, aunque si se excluye a China, registraron un aumento de 1,4 por ciento.

En América Latina y el Caribe, el crecimiento fue sumamente sólido debido a la recuperación económica en Estados Unidos y a otros factores, entre ellos la respuesta de los migrantes ante los desastres naturales en sus países de origen y las remesas enviadas desde estos países a los migrantes en tránsito.

El estimado del banco es que América Latina y el Caribe recibe en remesas 126 000 millones de dólares en 2021. De esa suma, 42 por ciento (52 700 millones de dólares) tiene como destino a México, el principal receptor de la región.

El valor de las remesas como porcentaje del producto interno bruto excede el 20 por ciento en varias de las economías más pequeñas, como El Salvador (26,2 por ciento), Honduras (26,6), Jamaica (23,6) y Guatemala (18 por ciento).

Los efectos adversos de la covid y de los huracanes Grace e Ida contribuyeron al aumento de los flujos de remesas a México y América Central, así como la recuperación de los niveles de empleo y los programas de asistencia fiscal y social en los países anfitriones, en particular en Estados Unidos.

Globalmente, el costo de enviar 200 dólares a otro país continuó siendo elevado, y en el primer trimestre de 2021 se situó en 6,4 por ciento del monto transferido, más del doble del tres por ciento establecido como meta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

“Para preservar los flujos de remesas, en particular mediante los canales digitales, sigue siendo fundamental que los migrantes y los proveedores de servicios de remesas puedan acceder a cuentas bancarias”, subrayó Ratha.

Se espera que las remesas aumenten en el mundo 2,6 por ciento en 2022 (4,4 por ciento en América Latina y el Caribe), a tono con las previsiones económicas mundiales, aunque con riesgos para ese crecimiento asociados a un resurgimiento de los casos de covid y la imposición de nuevas restricciones a la movilidad.

A-E/HM

 

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