BUENOS AIRES – América Latina será especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático en los próximos años, con cambios más pronunciados en la temperatura, aumento de las precipitaciones y fenómenos meteorológicos extremos, según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el principal organismo mundial de especialistas en clima.
El informe, una evaluación exhaustiva del estado actual y futuro del clima mundial, concluye que la actividad humana es “inequívocamente” responsable de cambiar el clima de la Tierra en formas «sin precedentes» en miles o cientos de miles de años. Algunos cambios se consideran incluso «irreversibles» debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las emisiones de las actividades humanas son responsables de aproximadamente 1,1°C de calentamiento entre 1850 y 1900, dijeron los expertos en clima. En los próximos 20 años, se espera que las temperaturas globales alcancen o superen los 1,5°C de calentamiento, rompiendo el umbral establecido por los gobiernos en el Acuerdo de París de 2015 sobre el clima y desencadenando consecuencias más graves.
Es un «código rojo» para la humanidad, según el secretario general de la ONU, António Guterres. «Si combinamos fuerzas ahora, podemos evitar la catástrofe climática. Pero, como deja claro el informe, no hay tiempo para retrasos ni espacio para excusas», dijo, pidiendo a todos los países que aumenten sus niveles de ambición antes de la cumbre del clima COP26 de este año en la ciudad galesa de Glasgow.
Según el IPCC, solo una reducción fuerte, rápida y sostenida de los gases de efecto invernadero en esta década puede evitar un colapso climático, ya que cada fracción de grado de calentamiento puede agravar los efectos ya observados en el clima. Esto supondría que la economía mundial pasara a ser baja en carbono, dejando atrás los combustibles fósiles.
«No es un mensaje nuevo, sino más fuerte y sólido. Hace tiempo que sabemos que el clima se está calentando y que la causa es la actividad humana, principalmente la quema de combustibles fósiles. El nuevo informe refuerza las pruebas basadas en la ciencia más reciente», dijo Gregory Flato, vicepresidente del grupo del IPCC encargado del informe.
Los desafíos para América Latina, según el IPCC
Es muy probable que las temperaturas hayan aumentado en todas las subregiones de América Latina y que sigan haciéndolo a un ritmo más rápido que la media mundial, según el IPCC.
También se prevé un cambio en las precipitaciones medias, con aumentos previstos en el noroeste y el sureste de América del Sur y disminuciones en el noreste y el suroeste de América del Sur.
En las últimas tres décadas, el nivel del mar ha aumentado a un ritmo mayor que la media mundial en el Atlántico Sur y el Atlántico Norte subtropical, y a un ritmo menor en el Pacífico Este. Según el IPCC, se espera que esto continúe, contribuyendo a un aumento de las inundaciones costeras en las zonas bajas y al retroceso del litoral en la mayoría de las costas arenosas.
Si combinamos fuerzas ahora, podemos evitar la catástrofe climática. Pero, como deja claro el informe, no hay tiempo para retrasos ni espacio para excusas
La pérdida de glaciares y el deshielo del permafrost continuarán en la cordillera de los Andes bajo todos los escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero del informe, provocando importantes reducciones en el caudal de los ríos y posibles desbordamientos de lagos glaciares de gran magnitud. También se prevé que la aridez y las sequías agrícolas y ecológicas se aceleren en varios países.
«América Latina ha sido históricamente una región con una información más limitada sobre el cambio climático en medio de una comunidad científica más pequeña. Esto ha hecho que no estemos representados en los informes del IPCC», dijo Maisa Rojas Corradi, autora chilena del IPCC.
«Pero ahora tenemos más autores en el nuevo informe, aportando información a sus propias comunidades», precisó.
América Latina representa 5 % de las emisiones mundiales, en su mayoría procedentes del sector energético, la agricultura y el cambio de uso del suelo. Pero la proporción está aumentando a medida que los países siguen desarrollando los combustibles fósiles. Invertir en energías renovables y reducir la deforestación podría evitar que las emisiones sigan aumentando, dicen los expertos.
El año pasado, los 33 países de la región destinaron 318 000 millones de dólares a medidas fiscales y de estímulo para paliar los impactos económicos de la pandemia, de los cuales solo 46 000 millones (2 %) son «verdes», según una nueva plataforma de la ONU. El porcentaje es significativamente inferior a 19 % que se calcula como media mundial.
«El mundo está llevando a los ecosistemas a sus límites y no pueden seguir ignorando nuestras contribuciones para hacer frente al cambio climático», dijo Tuntiak Katan, líder de la comunidad indígena shuar de Ecuador.
«Las comunidades indígenas y locales protegen los bosques. Sin nosotros, el objetivo de 1,5ºC estará fuera de nuestro alcance. Las políticas climáticas deben hacer valer los derechos sobre nuestros territorios boscosos”, añadió.
El nuevo informe del IPCC
El informe es la culminación de un proceso de cinco años de evaluación, redacción, revisión y aprobación por parte de 234 científicos destacados procedentes de más de 60 países. Estos científicos han trabajado juntos para evaluar rigurosamente investigaciones sobre el cambio climático a nivel global, más de 14 000 documentos.
El IPCC fue creado en 1988 por las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial. Su objetivo era proporcionar a los responsables políticos evaluaciones científicas periódicas y exhaustivas sobre el cambio climático a medida que éste se convertía en una preocupación mundial más reconocida.
Estos informes evalúan la base científica del cambio climático, sus impactos y riesgos futuros, y las opciones para reducir las emisiones y adaptarse a sus efectos. Contienen conclusiones, y declaran la confianza con la que se hace la conclusión, pero no recomiendan acciones. Esta es la sexta vez que se publica un informe de evaluación.
«Tenemos certeza de la magnitud de la crisis climática y del papel de la humanidad en el impulso de los fenómenos meteorológicos extremos, certeza de lo mucho que hemos cambiado el planeta y certeza de que las cosas seguirán empeorando a menos que cambiemos inmediatamente de rumbo», dijo Manuel Pulgar-Vidal, jefe de clima y energía global del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
El IPCC afirma que es «inequívoco» que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra. Cada una de las últimas cuatro décadas ha sido sucesivamente más cálida que cualquier década anterior desde 1850. A nivel global, las precipitaciones medias han aumentado y los extremos climáticos son cada vez más frecuentes en todo el mundo.
El calentamiento que hemos experimentado hasta la fecha ya ha provocado cambios irreversibles en muchos de nuestros sistemas de apoyo planetarios. Los océanos seguirán calentándose y volviéndose más ácidos. Los glaciares de montaña, como los de los Andes, junto con los polos, seguirán derritiéndose durante décadas o siglos.
Con cada incremento del calentamiento global, los cambios se vuelven más extremos. Por ejemplo, cada 0,5°C adicional de calentamiento global provoca aumentos claramente perceptibles en la intensidad y la frecuencia de los extremos cálidos, incluidas las olas de calor, y las fuertes precipitaciones, así como las sequías.
«Estamos dirigiendo el planeta hacia el desastre. Los pueblos indígenas de todo el mundo han sentido esta crisis medioambiental, pero somos resistentes porque tenemos estrategias. Lo que necesitamos es que los líderes mundiales se comprometan firmemente a apoyarnos para que podamos seguir luchando por nuestra tierra y nuestras vidas», afirmó Sineia do Vale, responsable de ambiente del Consejo Indígena de Roraima, en Brasil.
Este artículo se publicó originalmente en Diálogo Chino, una plataforma informativa latinoamericana.
RV: EG