BUENOS AIRES – Tras más de 20 años de negociaciones, la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha dado un paso más hacia un acuerdo para acabar con los perjudiciales subsidios a la pesca. El acuerdo establecería nuevas normas para la industria pesquera mundial y limitaría la financiación gubernamental que contribuye a la pesca insostenible y al agotamiento de las poblaciones de peces mundiales.
En una reunión con los ministros de los gobiernos y los jefes de las delegaciones nacionales, los miembros de la OMC se comprometieron a terminar las negociaciones antes de la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC (MC12), que se celebrará a finales de noviembre, y a facultar a sus delegaciones en Ginebra para ello. Los miembros también afirmaron que el texto de negociación que está actualmente sobre la mesa puede servir de base para alcanzar un acuerdo definitivo.
«Ha sido un día exitoso», dijo la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, a los periodistas al término de la reunión. «En 20 años de negociaciones, esto es lo más cerca que hemos estado de alcanzar un resultado, un resultado de alta calidad que contribuya a construir una economía azul sostenible. Siento una nueva esperanza», añadió.
El líder de las negociaciones, Santiago Wills, también se mostró optimista: «Creo que las respuestas de hoy nos han dado los ingredientes para llegar a una conclusión satisfactoria. Los miembros quieren ahora pasar a las negociaciones basadas en textos. Veinte años han sido suficientes. Si seguimos [negociando] otros 20 años, no quedará ningún pez».
Los negociadores de la OMC tenían la tarea de eliminar los subsidios a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) y prohibir ciertas subvenciones que contribuyen al exceso de capacidad y a la sobrepesca. Las conversaciones llevan celebrándose desde 2001, pero las diferencias entre los gobiernos han obstaculizado los avances.
Se había fijado el año 2020 como fecha límite para alcanzar un acuerdo, pero las conversaciones se retrasaron debido a las restricciones de la covid-19 y a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Luego se fijó un plazo para este mes de julio, que volvió a incumplirse.
Ahora, Okonjo-Iweala, nombrada como directora general de la OMC en marzo, pretende llegar a un acuerdo para finales de año en lo que será una prueba clave para la credibilidad de la organización, con los miembros bloqueados en otros frentes.
«En las negociaciones internacionales de este tipo sólo son relevantes dos cosas. Los detalles para asegurarse de que todo el mundo está en la misma página, y el espíritu que prevalece. Si Ngozi y Wills reflejaron correctamente lo sucedido en la reunión, podemos decir que hay un cauto optimismo sobre un acuerdo», dijo Remi Parmentier, director de la consultora medioambiental The Varda Group, a China Dialogue Ocean.
Un posible acuerdo
En la reunión, los ministros debatieron un proyecto de acuerdo de ocho páginas, en el que se enumeran una serie de prohibiciones de subsidios a la pesca y algunas condiciones de exención para los países más pobres, todo ello pendiente de concreción. Aunque algunas delegaciones, como la de la UE, se mostraron positivas, varios ministros expresaron sus reservas sobre el contenido del texto.
«Está claro que provocará limitaciones de capacidad para los países en desarrollo, mientras que las naciones avanzadas seguirán concediendo subvenciones», dijo en la reunión el ministro indio de Comercio, Piyush Goyal, en relación con una parte del texto. Pakistán calificó el borrador de «regresivo y desequilibrado», mientras que la coalición africana afirmó que siguen existiendo «importantes lagunas».
Ngozi y Wills reconocieron en la reunión las diferencias entre los países. No obstante, siguen siendo optimistas y afirman que los problemas se resolverán una vez que los países pasen a las negociaciones basadas en textos. El acuerdo sobre las subvenciones a la pesca requerirá un consenso entre todos los Estados miembros, según las normas de la OMC.
El proyecto de acuerdo propone esencialmente tres categorías de subsidios prohibidos: los que apoyan la pesca INDNR, los que afectan a las poblaciones sobreexplotadas y los que conducen a un exceso de capacidad y sobrepesca. Aunque esto pueda parecer sencillo, las complejidades políticas, económicas y culturales representan verdaderos desafíos.
Uno de los principales problemas ha sido la exigencia de que los países en desarrollo y las naciones más pobres reciban el llamado trato especial y diferenciado. Mientras que esto es ampliamente aceptado para los países más pobres, las demandas de los países autodenominados en vías de desarrollo de ser eximidos de las limitaciones de las subvenciones ha resultado ser difícil de aceptar.
Muchas de las principales naciones pesqueras son consideradas países en desarrollo por la OMC, incluida China, que tiene una de las mayores flotas pesqueras del mundo.
El ministro chino de Comercio, Wang Wentao, expresó «el apoyo de China a la conclusión de las negociaciones [sobre subvenciones a la pesca] antes de que finalice la MC12».
En su intervención en la reunión , Wang destacó que la conclusión de las negociaciones representaría una importante contribución de la OMC a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de las Naciones Unidas. «Como país en desarrollo y gran potencia pesquera, China asumirá obligaciones acordes con nuestro nivel de desarrollo», afirmó.
En la reunión, Wang también presentó el énfasis de China en el desarrollo verde en las futuras políticas de subsidios pesqueros y su política de «tolerancia cero» hacia la pesca INDNR.
Isabel Jarrett, directora del proyecto de The Pew Charitable Trusts para acabar con las subvenciones pesqueras perjudiciales, declaró a China Dialogue Ocean que un acuerdo «con demasiadas lagunas» socavaría los objetivos de sostenibilidad de la OMC.
El texto final debe garantizar que los gobiernos no puedan subvencionar «prácticas irresponsables que puedan perjudicar a las poblaciones de peces», añadió.
La magnitud del problema
Los subsidios pagadas a la industria pesquera mundial ascienden a unos 35 000 millones de dólares al año. De ellos, 20 000 millones de dólares se dan en formas que mejoran la capacidad de las grandes flotas pesqueras, como las subvenciones al combustible y los programas de exención de impuestos, según la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo.
En 2018, los 10 principales proveedores de subsidios pesqueros perjudiciales del mundo repartieron 15 400 millones de dólares en total, según un informe de Oceana. La UE, como bloque, proporcionó 2000 millones de dólares, ocupando el tercer lugar detrás de China y Japón.
Una investigación de Pew ha descubierto que la eliminación de todas las subvenciones perjudiciales podría ayudar a la recuperación de las poblaciones de peces. En concreto, supondría un aumento de 12,5 % de la biomasa pesquera mundial para 2050, lo que se traduce en casi 35 millones de toneladas métricas de pescado, casi tres veces el consumo total de pescado de África en un solo año.
La necesidad de avanzar en un acuerdo ha adquirido una nueva urgencia durante los últimos años, ya que las poblaciones de peces del mundo han seguido cayendo por debajo de los niveles sostenibles.
Alrededor de 60 % de las poblaciones evaluadas están totalmente explotadas y 30 % están sobreexplotadas, según las últimas cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El fin de los subsidios perjudiciales, que está integrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, se consideraría un avance clave en la sostenibilidad de los océanos antes de la 15 conferencia de la ONU sobre Diversidad Biológica, que se debe desarrollar en la ciudad china de Kunming en octubre, y 26 Conferencia (COP26) que acogerá la ciudad británica de Glasgow en noviembre.
«Este es el año en que el acuerdo tiene que cumplirse. la jefa de la OMC se ha pronunciado positivamente sobre un acuerdo este año. Hay luz al final de este túnel de 20 años. La alternativa de estar en las sombras del túnel es una perspectiva deprimente en el momento en que la vida de los océanos está disminuyendo», dijo Peter Thomson, enviado especial de las Naciones Unidas para los océanos, en un reciente seminario web.
Este artículo se publicó originalmente en Diálogo Chino, una plataforma informativa latinoamericana.
RV: EG