FUZHOU, China – Cinco sitios de América Latina, en Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay, fueron incluidos entre los 13 nuevos lugares declarados como Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Las inscripciones, de 13 sitios en cinco regiones del orbe, se produjeron durante la 44 reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, celebrada en línea esta semana para examinar las candidaturas, desde esta ciudad del sureste de China.
Los sitios latinoamericanos fueron el espacio Roberto Burle Marx, en Brasil; el conjunto franciscano de Tlaxcala, en México; el complejo arqueoastronómico Chankillo, en Perú; la iglesia de Atlántida, en Uruguay, y el asentamiento de la cultura chinchorro en la región de Arica y Parinacota, en Chile.
El sitio Roberto Burle Marx, ubicado al oeste de Río de Janeiro, es el primer jardín tropical moderno que se inscribe en la lista del Patrimonio Mundial.
Burle Marx (1909-1994), arquitecto y paisajista, buscó con su jardín realizar “una obra de arte viviente”, y durante la segunda mitad del siglo XX recurrió a la vegetación nativa para desarrollar su modernista “laboratorio del paisaje”.
El Tlaxcala, la Unesco declaró Patrimonio Mundial al conjunto franciscano del monasterio y la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, una extensión del sitio “Primeros monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl”, que ya estaba en su lista desde 1994.
La nueva inscripción es parte del programa de construcción iniciado en 1524 para la evangelización y colonización de los territorios del norte de México, y es uno de los tres monasterios que se mantienen en pie entre los primeros establecidos por frailes.
En Perú, el complejo arqueoastronómico Chankillo, en el Valle de Casma, en la costa central, es el más antiguo de América, pues data de entre 500 y 200 años antes de Cristo, y sus construcciones funcionaban como un calendario solar perfecto.
El sitio comprende los restos en piedra del Templo Fortificado, que se cree dedicado al culto del sol, el Observatorio y el Espacio Público Ceremonial, las Trece Torres de forma cúbica y el Cerro Mucho Malo, en un área sobre la que avanzaron sembrados en el marco del aislamiento provocado por la pandemia covid-19.
En Uruguay se declaró como patrimonio la iglesia de Atlántida, obra del ingeniero Eladio Dieste (1917-2000), en Estación Atlántida, a 45 kilómetros de Montevideo.
Es un conjunto modernista inspirado en la arquitectura religiosa paleocristiana y medieval italiana, en el que se usó el ladrillo a la vista y, con un empleo sobrio de los recursos, encarna la búsqueda de la igualdad social.
La iglesia, inaugurada en 1960, fue construida en una planta rectangular de una nave y tiene muros ondulados que soportan una cubierta también ondulada compuesta por una secuencia de bóvedas gaussianas de ladrillo reforzado.
De Chile llegó a la lista Unesco el asentamiento y momificación artificial de la cultura chinchorro en la región de Arica y Parinacota.
Es un sitio con tres componentes, dos de ellos en la ciudad de Arica: el Faldeo Norte del Morro de Arica y Colón 10. El tercero es la Desembocadura de Camarones, unos 100 kilómetros más al sur.
En conjunto, brindan testimonio de una cultura de cazadores-recolectores marinos que residieron en la árida y hostil costa norte del desierto de Atacama, entre los años 5450 y 890 antes de Cristo.
Los chinchorro perfeccionaron prácticas funerarias por las que desmembraban y volvían a ensamblar cuerpos de hombres, mujeres y niños de todo el espectro social, reflejando el papel de los muertos en su cultura. El sitio presenta la evidencia arqueológica más antigua conocida de la momificación artificial de cuerpos.
La Unesco también inscribió en su lista a la antigua ciudad de Dholavira, en India, un yacimiento arqueológico ocupado entre los años 3000 y 1500 antes de Cristo; y el paisaje montañoso de Hawraman/Uramanat, asiento de la tribu kurda avromaní desde hace unos 5000 años.
En la isla de Hokkaido, Japón, la Unesco reconoció los restos prehistóricos de la cultura jomon, que atestiguan el desarrollo, la madurez y la adaptación al clima de una sociedad sedentaria preagrícola, de cazadores-recolectores-pescadores.
En Jordania se ha reconocido a la ciudad de As-Salt, con un núcleo de 650 edificios construidos con la piedra caliza amarilla local entre 1860 y 1920, y que destacó como lugar de hospitalidad y convivencia entre musulmanes y cristianos.
Y en Costa de Marfil se reconoció a las ocho pequeñas mezquitas de adobe y maderas salientes, un estilo sudanés que imperó entre los siglos XVII y XIX, construidas en siete lugares de ese país de África occidental.
También se inscribieron en la lista la ciudad balnearia de Niza, en Francia; el paisaje minero de Rosia Montana, en el oeste de Rumania, productor de oro para el Imperio Romano; y emplazamientos militares romanos, y restos de cementerios y otros lugares religiosos y comunitarios judíos, en el norte de Alemania.
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