Las jornadas de trabajo muy largas causan la muerte

Trabajar a la semana 55 horas o más puede provocar, más en los hombres que en las mujeres, accidentes cerebrovasculares o cardiopatías isquémicas que causan la muerte, afirma un estudio sostenido por la OIT y la OMS. Foto: BM
Trabajar a la semana 55 horas o más puede provocar, más en los hombres que en las mujeres, accidentes cerebrovasculares o cardiopatías isquémicas que causan la muerte, afirma un estudio sostenido por la OIT y la OMS. Foto: BM

GINEBRA – Las largas jornadas laborales causan al año alrededor de 750 000 muertes a causa de un ataque al corazón o un derrame cerebral, de acuerdo con un estudio divulgado este lunes 17 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

María Neira, directora de ambiente, cambio climático y salud en la OMS, dijo que “trabajar 55 horas o más por semana es un grave peligro para la salud”.

“Es hora de que todos, gobiernos, empleadores y empleados nos demos cuenta de que las largas jornadas laborales pueden provocar una muerte prematura”, afirmó Neira.

La investigación de la OMS y la OIT determinó que en 2016 murieron 398 000 trabajadores en el mundo por accidente cerebrovascular  y 347 000 por cardiopatía isquémica, 29 por ciento más que en el año 2000.

“Trabajar 55 horas o más por semana es un grave peligro para la salud. Es hora de que todos, gobiernos, empleadores y empleados nos demos cuenta de que las largas jornadas laborales pueden provocar una muerte prematura”: María Neira.

Trabajaban 55 horas semanales o más, cuando esas organizaciones del sistema de Naciones Unidas recomiendan no laborar más de 35 o 40 horas por semana.

Además, a causa de las discapacidades generadas por esas enfermedades, se perdieron 23,3 millones de años de vida.

La carga de morbilidad relacionada con el trabajo es más alta en los hombres (72 por ciento de esas muertes), en las personas que viven en las regiones del Pacífico occidental y Asia sudoriental, y los trabajadores de mediana edad o mayores.

La mayoría de las muertes registradas fueron entre quienes tenían entre 60 y 79 años y trabajaron durante 55 horas o más por semana entre las edades de 45 y 74 años.

Hay dos vías por las que se dispara el riesgo de caer abatidos por estos accidentes, y la primera es como repuesta biológica al estrés psicosocial: el trabajo prolongado puede desencadenar desregulaciones funcionales en el sistema cardiovascular y lesiones estructurales.

La segunda es a través de respuestas conductuales al estrés que son factores de riesgo cardiovascular, incluido el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, una dieta poco saludable, la inactividad física y la alteración del sueño resultante.

También indicó el estudio que aumenta el número de quienes trabajan muchas horas, nueve por ciento (488 millones de trabajadores) de la población laboral mundial, y la tendencia coloca a más personas en riesgo de discapacidad relacionada con el trabajo y muerte prematura.

En 2016 los trabajadores que laboraban 55 o más horas a la semana eran 11,7 por ciento de la fuerza de trabajo en el sureste de Asia, 11,4 por ciento en África y el Mediterráneo oriental, 8,4 por ciento en el Pacífico occidental, 6,4 por ciento en América y 3,5 por ciento en Europa.

Después de que el tiempo de trabajo promedio disminuyó constantemente durante la segunda mitad del siglo XX en la mayoría de los países, esa tendencia general a la baja cesó, e incluso comenzó a revertirse en algunos países durante el siglo XXI.

A medida que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación revolucionan el trabajo, se prevé que el tiempo de trabajo aumente aún más en algunas industrias, y la covid-19 pareciera acelerar la tendencia.

La pandemia “ha cambiado significativamente la forma en que muchas personas trabajan. El teletrabajo se ha convertido en la norma en muchas industrias, a menudo desdibujando los límites entre el hogar y el trabajo”, observó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Además, “muchas empresas se han visto obligadas a reducir o cerrar sus operaciones para ahorrar dinero, y las personas que todavía están en nómina terminan trabajando más horas”, pero “ningún trabajo merece el riesgo de sufrir un derrame cerebral o una enfermedad cardíaca”, dijo Tedros.

Sostuvo que “los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben trabajar juntos para acordar los límites para proteger la salud”.

La OIT y la OMS sostienen que los gobiernos pueden introducir, implementar y hacer cumplir leyes, reglamentos y políticas que prohíban las horas extraordinarias obligatorias y garanticen límites máximos en el tiempo de trabajo.

También los convenios bipartitos o colectivos entre empleadores y asociaciones de trabajadores pueden hacer que el horario de trabajo sea más flexible y, al mismo tiempo, acordar un número máximo de horas de trabajo.

Y asegurarse de que el número de horas trabajadas no supere las 55 por semana.

A-E/HM

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe