Los pequeños préstamos agrícolas, desembolsados a través de teléfonos móviles y destinados a actividades agrícolas específicas en diferentes fases de producción han más que duplicado la productividad alimentaria entre miles de pequeños agricultores en el sur y el centro de Tanzania durante los últimos tres años, mejorando así también sus vidas.
IPS viajó por estas regiones y habló con muchos agricultores que testimoniaron cómo la nueva forma de préstamos controlados y específicos para las aldeas generó cosechas exitosas y mejores ingresos.
Peter Lulandala, un agricultor familiar de la provincia de Iringa, en el centro de Tanzania, es uno de esos agricultores.
Lulandala está pagando actualmente un préstamo del equivalente a 312 dólares que pidió prestado a un banco comunitario local. El problema con el crédito es que una vez recibido el dinero en una única cuota, no fue capaz de reservar los fondos para las distintas fases agrícolas.
“Podíamos pedir dinero prestado, que generalmente se entregaba en una solo cuota, principalmente durante la temporada de siembra”, contó a IPS.
Pero para él y para la mayoría de los agricultores de su rango, explicó, “era extremadamente difícil mantener parte del dinero en nuestras casas o en cuentas bancarias personales solo para esperar la temporada de deshierbe o cosecha”.
“Como pequeños agricultores de las aldeas, tenemos muchas cosas urgentes que siempre requieren dinero en efectivo. Por ejemplo, va a ser muy difícil ver a mis hijos irse a la cama por segundo día consecutivo sin comida cuando tengo dinero en efectivo debajo de la almohada o en mi cuenta personal”, dijo Lulandala.
Eso fue hasta hace tres años cuando un nuevo e innovador producto crediticio llegó a su aldea.
A través del nuevo modelo, se espera que los pequeños agricultores que pertenecen a grupos particulares, como grupos de agricultores o que residen en aldeas determinadas, ahorren algo de dinero con una institución financiera específica antes de pedir prestado el equivalente a tres veces sus ahorros.
“Este es un producto innovador que nos presentó la Alianza para la Revolución Verde en África en colaboración con el proyecto de Facilidad de Préstamos para Pequeños Empresarios (SELF, en inglés)”, sostuvo Khassim Masengo, gerente de la Sociedad Cooperativa de Ahorro y Crédito de Mahanje (Saccos, en inglés) en el distrito de Madaba, provincia de Ruvuma, en el sur de Tanzania.
Su objetivo, añadió, es “ayudar a los pequeños agricultores a acceder al financiamiento agrícola y ayudarlos a usar el dinero para el propósito previsto”.
Los agricultores tienen la garantía de otros dos miembros del grupo y lo que diferencia los créditos de Saccos es que una vez que se aprueban, el agricultor solo puede acceder al dinero por fases.
“Lo desembolsamos en tres fases para que los agricultores solo puedan acceder a lo que necesitan durante la temporada de siembra, luego el segundo desembolso solo se puede liberar en el momento adecuado para el deshierbe y el abono, y finalmente el último pago es para la cosecha y el manejo posterior a la cosecha”, dijo Masengo a IPS.
Lulandala dijo que la nueva estructura crediticia le ha funcionado.
“Dado que el banco guarda este efectivo en particular y con un acuerdo sobre cómo se desembolsará, siempre buscaré una forma alternativa de alimentar a mis hijos mientras el dinero espera para el propósito previsto”, indicó el agricultor que proviene del pueblo de Itengulinyi, a 15 kilómetros de la carretera principal que conecta las ciudades de Makambako e Iringa.
Se espera que los agricultores devuelvan los préstamos después de cada cosecha.
“Una vez que cosechan, los alentamos a que guarden sus productos en almacenes particulares y, según los recibos de los almacenes, podemos otorgarles préstamos personales por valor de la mitad de sus productos para uso doméstico inmediato o para inversiones adicionales mientras esperan mejores precios”, explicó Masengo.
Según Hedwig Siewertsen, directora de Finanzas Inclusivas de AGRA, muchos pequeños agricultores africanos no logran alcanzar su máximo potencial porque no tienen acceso a la financiación agrícola.
Dijo que a menos que los agricultores tengan una garantía para demostrar que pueden devolver los préstamos, los bancos no les prestarán.
Siewertsen señaló que era necesario idear medios innovadores a través de los cuales los pequeños agricultores puedan acceder a la financiación agrícola sin necesariamente ofrecer garantías.
“Nuestro objetivo principal es mejorar la calidad, la rentabilidad, el acceso y el impacto de los productos y servicios financieros y agroindustriales para los pequeños agricultores de África”, señaló Siewertsen.
A diferencia del Banco Mucoba, que trabaja con agricultores en pequeños grupos de 10 a 15 miembros, Saccos Mahanje trabaja con aldeas. Esto significa que sus ofertas son específicas para los miembros de estas aldeas y también permite la trazabilidad y la fácil prestación de servicios.
También le da seguridad a Saccos porque pueden involucrar a los prestatarios en persona y desde sus hogares.
“Para que uno califique para un préstamo agrícola de Saccos, el primer requisito es ser descendiente de una de las ocho aldeas seleccionadas, y esto debe ser confirmado por el anciano de esa aldea en particular”, sostuvo Masengo.
“La razón principal es que necesitamos trabajar con agricultores que sean bien conocidos por los aldeanos y a quienes podamos acceder para servicios de extensión”, agregó.
Hasta el momento, 2847 miembros de Saccos Mahanje, entre ellos 892 agricultoras que provienen de las aldeas vecinas de Mahanje, Madaba, Lituta, Mtepa, Magingo, Mkongotema, Lukira y Kipingo en el distrito de Madaba, en la provincia de Ruvuma, se han convertido en productoras netas de maíz. y frijoles durante los últimos tres años.
Ahora pueden exportar sus productos a los distritos vecinos.
Desde entonces, Saccos se ha convertido en un banco de pleno derecho registrado por el Banco Central de Tanzania, y ofrece servicios de crédito y ahorro, pero específicamente para los agricultores de las ocho aldeas meta.
Sin embargo, el Banco Mucoba, que es un banco comunitario con sede en la ciudad de Mafinga en el centro de Tanzania, cubre un área más grande y se dirige a los pequeños agricultores en áreas lejanas que no tienen un buen acceso de infraestructura a los centros urbanos. Actualmente cuenta con unos 50 grupos de miembros agricultores.
“Nuestro banco tiene agentes que también son nuestros oficiales de extensión agrícola en el terreno, a quienes utilizamos para registrar a los agricultores a través de grupos de agricultores y luego enviarnos información a través de Internet”, dijo a IPS gerente general de Mucoba, Philipo Raymond.
Con Mucoba, los agricultores que califican reciben su dinero a través de teléfonos móviles y, una vez que cosechan, pueden atender sus préstamos a través del mismo canal digital.
Tanto con esta institución como con Saccos, los agricultores han podido pedir prestado desde el equivalente a 87 dólares hasta 6520.
“Además de recibir el dinero en lotes para satisfacer necesidades específicas, el uso del pago M-Pesa nos lo ha facilitado porque no tenemos que viajar hasta la ciudad y hemos reducido el riesgo de llevar dinero en efectivo en nuestros bolsillos”, dijo a IPS Emanik Mgwiranga, presidente del grupo de agricultores Nguvu Kazi Itengulinyi de la aldea Itengulinyi, a 44 kilómetros de la ciudad más cercana, Mafinga.
Los principales cultivos son el maíz, los frijoles y el arroz, pero algunos agricultores también incluyen patatas irlandesas.
Además, Saccos Mahanje ha introducido la avicultura autóctona para proteger a los agricultores cuando fallan las temporadas agrícolas o cuando los precios de mercado de sus productos siguen siendo bajos.
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