A medida que el sol se pone sobre el follaje de los árboles albizia amara, una fina capa de niebla comienza a descender sobre los bosques del Santuario de Vida Silvestre las Colinas Malai Mahadeshwara, que se encuentra aproximadamente a 150 kilómetros al sur de la ciudad india de Bangalore.
No hace mucho tiempo, columnas de humo se elevaban desde las aldeas que salpicaban los bosques mientras las mujeres preparaban la cena para sus familias en cocinas de leña.
Pero esta noche, la cena no la enturbia el humo en decenas de pueblos de la zona, ya que las comunidades han optado por el uso de gas licuado de petróleo (GLP), un combustible de combustión limpia que ha dado un impulso a la salud y seguridad, tanto del bosque como de su gente, gracias a un proyecto de conservación único.
Repartidas en un área de 906 kilómetros cuadrados y ubicadas a lo largo de la frontera de dos estados: Karnataka y Tamil Nadu, en el sur de la India, las Colinas de Malai Mahadeshwara (MM Hills, en inglés) fueron declaradas un santuario de vida silvestre en 2013.
Se estima que en el pasado 2000 elefantes y 150 personas, en su mayoría policías y agentes de seguridad, fueron asesinados en el ahora santuario debido a la caza furtiva desenfrenada.
Pero gracias a una serie de proyectos de conservación llevados a cabo por varias agencias gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, en inglés), la población de vida silvestre está prosperando nuevamente en este rincón de India.
El bosque es ahora el hogar de unos 500 elefantes y varias otras especies de caza mayor, incluidos bisontes y tigres.
Además de los animales, el paisaje forestal también incluye más de 50 aldeas de pueblos nativos. Y en un cambio notable hacia la sostenibilidad, miles de habitantes de los bosques se han cambiado a un combustible respetuoso con los bosques para salvar el hábitat de estos animales salvajes gracias a un proyecto encabezado por la Fundación para la Conservación de la Naturaleza (NCF, en inglés), una oenegé india, en asociación con la IUCN.
Conservando el hábitat natural de los elefantes
Financiado por el Programa Integrado de Conservación del Hábitat del Tigre (ITHCP, en inglés), de la IUCN, el proyecto tiene como objetivo minimizar el conflicto entre humanos y vida silvestre y promover una vida sostenible entre los pueblos del bosque.
Sanjay Gubbi, científico principal de NCF, describe los primeros años en que su equipo empezó a trabajar en MM Hills.
Casi todas las comunidades de las aldeas de MM Hills practican la agricultura, pero también dependen de los recursos forestales, incluido el uso de leña como combustible.
Y la destrucción de un árbol en particular, el albizia amara, un árbol de la familia de las fabáceas, también conocido como acacia amara (amarga), fue de importancia para la población de vida silvestre.
“Realizamos una encuesta y descubrimos que 53 por ciento de la leña utilizada por la comunidad provenía del árbol albizia amara. Los elefantes se alimentan de las cortezas de estos árboles, por lo que, debido al consumo de leña, los elefantes se vieron afectados directamente”, explicó Gubbi.
Entonces, explicó Gubbi a IPS, “decidimos comenzar por abordar este problema de la leña, especialmente a lo largo de los corredores de elefantes (parcelas de bosque que los elefantes usan para moverse de una parte a otra del bosque)”.
Una solución con numerosos beneficios
El equipo se enfocó en introducir una fuente de combustible alternativa que no contaminara, fuera accesible y asequible para la comunidad. Además, tenía que ser algo que ayudara a los habitantes de los bosques a adoptar una forma de vida más sostenible, uno de los principios básicos de conservación que practica la IUCN.
La NCF le dio a cada familia una suscripción gratuita a GLP, que venía con una estufa, un cilindro y accesorios, y costaba alrededor de 5300 rupias (71 dólares). Además, capacitaron a la comunidad para usar la estufa y los conectaron con un distribuidor de GLP cercano, para que pudieran volver a rellenar su suministro de gas de forma independiente.
Cambiar la fuente de combustible de las comunidades no fue fácil.
Los aldeanos, la mayoría de los cuales nunca antes habían visto una estufa de GLP, tenían miedo de llevarse una a casa. Sus preocupaciones iban desde la creencia de que la comida cocinada en una estufa de gas podría causar dolor de estómago, hasta el temor de que los cilindros explotaran y los mataran.
Todos los días, los trabajadores de campo de NCF viajaban a las aldeas, enfrentándose a una cascada de preguntas de la comunidad.
Y así, el equipo ideó una solución única para abordar el doble desafío de romper el tabú y convencer a los campesinos a que adoptasen el GLP: Producir un cortometraje en el que todos los actores fueran de las propias comunidades.
El documental de 16 minutos responde las preguntas de los miembros de la comunidad, calma sus miedos y les informa sobre el uso de GLP.
La cinta también explica los beneficios colaterales de usar GLP en lugar de leña: las mujeres pasarán menos tiempo buscando y recolectando leña, dejándolas con más tiempo para hacer otras cosas, mejorando la salud pulmonar y reduciendo el riesgo de enfrentarse a los elefantes mientras recolectan madera.
“La película fue un gran éxito y una gran herramienta de comunicación”, comentó Gubbi en su diálogo con IPS.
Una de las aldeas donde un gran número de personas pasó a utilizar GLP es Lokkanahalli. El pueblo es de importancia geográfica ya que se encuentra a lo largo del corredor Doddasampige-Yediyaralli, uno de los caminos que toman los elefantes hacia las colinas Biligirirangana Ranganathaswamy, un santuario de vida silvestre adyacente.
“Tenía miedo (al principio) de usar GLP porque podía ser perjudicial para nuestra salud. También pensé que significaría un costo extra para nuestra familia (recargar el cilindro de GLP) y quizás no podríamos pagarlo”, dijo a IPS una de las mujeres de la aldea, Pushpa Vadanagahalli, de 28 años.
La recarga cuesta el equivalente a unos ocho dólares.
“Pero después de recibir el primer cilindro y cocinar con él, me di cuenta de que no había nada que temer. De hecho, creo que es mucho más seguro que ir al bosque todos los días y recoger leña, así que no nos importa gastar en la recarga”, dijo Vadanagahalli.
Otra campesina de la misma aldea, Seethamma, de 40 años, se había enfrentado a elefantes y otros animales en el bosque durante varios años mientras recogía leña.
“Cortar árboles y llevarlos a casa no es fácil, solía tener dolor de espalda. También debemos tener cuidado con los animales grandes, especialmente los elefantes. Además, me llevaba mucho tiempo todos los días. Ahora ya no tengo que hacer eso, así que estoy muy aliviada”, dijo a IPS sobre sus razones para pasar a usar GLP.
Un caso de estudio para un debate global sobre la gestión de paisajes para la naturaleza y las personas
Según Gubbi, en los últimos cuatro años casi 2000 familias de 44 aldeas en MM Hills y su bosque contiguo, el Santuario de Vida Silvestre Cauvery, han dejado de usar leña como fuente de combustible.
El consumo de leña se ha reducido en 65 por ciento entre estos aldeanos.
Sin embargo, la comunidad sigue utilizando leña para calentar el agua; para ello recogen residuos agrícolas o ramas secas y muertas que han caído al suelo del bosque. Ahora necesitamos abordar la cuestión de brindar una alternativa para calentar agua.
Es una gestión armoniosa del paisaje tanto para la naturaleza como para las personas que lo habitan.
De hecho, este sera uno de los temas del Congreso Mundial de la Naturaleza de la IUCN, que se celebrará del 3 al 11 de septiembre en la ciudad francesa de Marsella.
El Congreso será un evento histórico para la conservación, ofreciendo una plataforma para los expertos en conservación y los guardianes, el gobierno y las empresas, los pueblos indígenas, los científicos y otras partes interesadas, según adelantan los organizadores.
El éxito del proyecto MM Hills y Cauvery demuestra que un equilibrio entre «la integridad ecológica de los paisajes naturales, una prosperidad compartida y la justicia para los guardianes de los paisajes de trabajo dentro de los límites que la naturaleza puede sostener» es posible y será uno de los puntos de discusión del Congreso, según se adelanta.
Otro tema de debate se centrará en comprender cómo «lograr un desarrollo resiliente al clima y económicamente viable, conservando al mismo tiempo la naturaleza y reconociendo sus derechos» es una de las preguntas en torno al tema “gestión de paisajes para la naturaleza y las personas”.
De la caza furtiva a la protección
Otra cuestión es cómo escuchar las voces de los guardianes ambientales, especialmente aquellos que a menudo son marginados, como los pueblos indígenas y las mujeres.
Quizás el proyecto MM Hills proporcione una respuesta a esto.
La NCF ha encontrado una forma única de incluir a los pueblos indígenas del área en sus esfuerzos de conservación. Y han descubierto que las mujeres están liderando de manera abrumadora estos esfuerzos.
Con cada suscripción a GLP proporcionada por la NCF, se requiere un compromiso por escrito de no cortar o destruir árboles silvestres y de no participar en actividades de caza ilegal.
Los signatarios son parte del comité comunitario, un grupo enfocado en la conservación y protección del bosque.
Actualmente, 27 aldeas tienen un grupo de protección forestal, que comprende a más de 80 por ciento de mujeres.
Hacia un futuro sostenible
Los esfuerzos de conservación en MM Hills y Cauvery continúan.
Siete años después de que se convirtiera en un bosque protegido, MM Hills ahora alberga de 12 a 15 tigres y pronto se convertirá en una reserva de tigres. A principios de este año, el gobierno del estado de Karnataka y el gobierno federal indio dieron su aprobación y se espera que pronto se haga un anuncio formal.
También se espera que el estatus formal de una reserva de tigres traiga más fondos, lo que podría ayudar a mitigar aún más el conflicto entre humanos y la vida silvestre y ayudar a convertir a las comunidades de allí a una forma de vida más sostenible.
T: MLM / ED: EG