Un millón de estudiantes regresan a la escuela en Costa Rica

Los escolares regresan a sus pupitres, bajo medidas de bioseguridad, en la escuela León XIII en San José, al cabo de meses en que debieron seguir clases a distancia y 57 de sus 1300 alumnos estuvieron a punto de abandonar los estudios. Foto Priscilla Mora/Unicef

Más de un millón de estudiantes iniciaron el regreso a sus escuelas en Costa Rica, mediante un modelo que combina la educación presencial segura y la remota, para evitar el abandono y la exclusión de miles de niños, niñas y adolescentes, destacó un reporte divulgado este lunes 15 por las Naciones Unidas.

“Con educación combinada, presencial y a distancia en el servicio educativo, y con cumplimiento estricto de los protocolos de salud, avanzamos en el propósito de que nadie se quede atrás”, dijo la ministra de Educación, Giselle Cruz Maduro.

Dos agencias de la ONU, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), prestaron apoyo al regreso a clases en el país centroamericano.

Ambas agencias dieron soporte técnico y financiero a la educación a distancia, incluso con tabletas para estudiantes en condición de riesgo para que pudieran acceder a clases virtuales, y al retorno seguro a la escuela con medidas de seguridad e implementos de higiene y protección, como mascarillas.

Allegra Baiocchi, coordinadora de la ONU en Costa Rica, saludó el regreso a la educación presencial porque “es clave para superar las desigualdades y un paso firme para luchar contra la desigualdad y la discriminación que el país trata de erradicar”.

En la región de América Latina y el Caribe el cierre de escuelas desde el arribo de la pandemia covid-19 hace un año ha promediado cinco meses, equivalente a dos tercios de un año lectivo. Costa Rica estuvo en el rango promedio.

Un estudio de Unesco mostró que en la región el cierre de centros de enseñanza en 33 países (solo Nicaragua mantuvo abiertas las escuelas públicas) afectó en el pico de confinamientos por la covid, en abril de 2020, a 165 millones de estudiantes.

En Costa Rica, si bien 92 por  ciento de los estudiantes pudieron seguir con su formación a pesar de las dificultades, no todos lo lograron y 91 000 de ellos, ocho por ciento, vieron su educación interrumpida.

Solo 60 por ciento del alumnado tuvo acceso a la plataforma educativa que se estableció para enseñar a distancia, y el resto debió seguir el proceso con aplicaciones como WhatsApp, y otros recursos digitales o impresos.

Equipo y conectividad plena a internet solo tienen 34 por ciento de los estudiantes, 29 por ciento tienen esos recursos limitados y el resto no posee ninguno.

De allí la importancia acordada al regreso a clases con medidas de bioseguridad, que reduzcan la vulnerabilidad, y bajo la consigna de no dejar a nadie atrás.

El reporte de la ONU mostró como ejemplo la escuela León XIII, ubicada en una zona de exclusión y vulnerabilidad social en esta capital, en la que 57 de los 1300 alumnos que tenía en 2020 quedaron en riesgo de deserción escolar.

La detección fue posible mediante el programa de intercambio: la familia en situación vulnerable recibe un paquete de comestibles junto con guías de estudio que el alumno debe completar, y 57 estudiantes dejaron de llevar sus guías para recibir las que correspondían al nuevo año escolar.

Disparadas las alarmas, la escuela movilizó a sus orientadores, trabajadores sociales, miembros de la comunidad y personal de apoyo para ubicar y lograr el regreso de los potenciales desertores. “Logramos rescatar a los 57 estudiantes”, narró satisfecho el director del plantel, Marco Flores.

El regreso a la educación presencial se considera clave para superar desigualdades. , en este país de 50 100 kilómetros cuadrados y 5,1 millones de habitantes, de los cuales al menos 100 000 son indígenas y cerca de 400 000 son afrodescendientes.

Según la agencias de la ONU, 60 por ciento de los indígenas asisten a la escuela, pero 41 por ciento tiene rezago escolar, y entre los afrodescendientes 49 por ciento no cursa la secundaria completa, por encima de la media nacional de 45 por ciento.

A-E/HM

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