La vida de millones de personas está en riesgo en Yemen

Niñas yemeníes comen pan con legumbres en el campo de refugiados de Al Mazraq. En el país hay 3,6 millones de desplazados internos, principalmente por la guerra civil, y 16 millones de personas con insuficiencia alimentaria. Foto: Abeer Etefa/PMA
Niñas yemeníes comen pan con legumbres en el campo de refugiados de Al Mazraq. En el país hay 3,6 millones de desplazados internos, principalmente por la guerra civil, y 16 millones de personas con insuficiencia alimentaria. Foto: Abeer Etefa/PMA

Responsables de la ONU multiplicaron sus llamados de atención sobre la situación en Yemen, donde los combates de la guerra civil han recrudecido y colocado en riesgo la subsistencia de millones de personas en ese país de la península arábiga.

Responsables de la ONU multiplicaron sus llamados de atención sobre la situación en Yemen, donde los combates de la guerra civil han recrudecido y colocado en riesgo la subsistencia de millones de personas en ese país de la península arábiga.

Yemen “se precipita hacia la peor hambruna que el mundo ha visto en décadas”, con tasas de malnutrición en máximos históricos y unos 400 000 niños menores de cinco años gravemente desnutridos, dijo el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock.

También Martin Griffiths, enviado del secretario general para el país árabe, dijo que “se vislumbra la amenaza de la hambruna. Nos llegan informes de que los hospitales y las fábricas de alimentos se están quedando sin combustible”, pues no pueden entrar los barcos que lo llevan a las zonas del norte controladas por Ansar Allah.

Ese movimiento de hutíes, militantes chiítas respaldados por Irán, está en conflicto abierto con el gobierno del presidente Abu Rabu Mansur Hadi desde hace seis años y la confrontación, más las emergencias asociadas con el clima, han generado 3,6 millones de desplazados internos en ese país de 29 millones de habitantes.

La portavoz de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, mostró especial preocupación por el destino de los civiles en la gobernación de Marib, en el norte de Yemen, donde hay unos 800 000 desplazados en sitios que han quedado sin agua, electricidad, servicios de salud y educación.

“Si las líneas del frente continúan moviéndose hacia el este hacia la ciudad de Marib, es probable que cientos de miles de civiles se vean obligados a huir de la zona, que solo tiene una carretera principal hacia el este y otra más precaria hacia el Sur”, con consecuencias humanitarias “potencialmente desastrosas”, dijo Throssell.

Agencias de la ONU han estimado que en todo el país unos 24 millones de personas necesitan asistencia, con 16 millones en algún grado de inseguridad alimentaria y ocho millones que reciben ayudas del Programa Mundial de Alimentos.

Throssell dijo que “instamos a todas las partes en el conflicto a respetar los principios del derecho internacional humanitario sobre la conducción de las hostilidades, en particular los principios de distinción, que prohíben atacar a civiles y bienes e infraestructura civiles”.

“También pedimos a todas las partes en el conflicto que acuerden un alto el fuego y regresen a la mesa de negociaciones”, agregó.

Griffiths también pidió a los contendientes “acordar inmediatamente un alto el fuego en todo el país, que acabe con todas las formas de combate, y adoptar medidas económicas y humanitarias que incluyan como mínimo garantizar el flujo sin obstáculos de combustible y otros productos básicos”.

El enviado dijo que pese a la delicada situación sobre el terreno “existe un renovado impulso internacional” para buscar una solución pacífica al conflicto y dio la bienvenida  a lo que denominó “una renovada atención de Estados Unidos a Yemen”.

El 4 de febrero el presidente estadounidense Joe Biden nombró un enviado especial para Yemen, Timothy Lenderking, y anunció el fin del apoyo estadounidense a la coalición militar liderada por Arabia Saudita contra los hutíes.

“El apoyo internacional para poner fin al conflicto es indispensable, y esto nos ofrece una nueva oportunidad de reabrir el espacio para una solución negociada”, estimó Griffiths.

Lowcock destacó la necesidad de actuar urgentemente en cinco puntos: la protección de civiles, el acceso humanitario, la financiación de las operaciones de ayuda, el apoyo a la economía y el progreso hacia la paz.

En cuanto a la ayuda, dijo que el año pasado se colectaron 1900 millones de dólares de fuentes internacionales “la mitad de lo que necesitábamos”, y como consecuencia  “muchas familias hambrientas del norte están recibiendo solo la mitad de la ayuda alimentaria que deberían”, por lo que sus vidas se mantienen en riesgo, concluyó.

A-E/HM

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