Son músicas. Son mujeres. Y luchan por la igualdad de oportunidades en el rubro. Para que sus derechos sean respetados, tanto abajo como arriba del escenario.
«El trabajo de mujeres en la música ha sido opacado por el patriarcado, que ha provocado que la sociedad piense siempre en masculino”, sostiene en diálogo con DW la cantante y compositora costarricense Amanda Quesada.
«En la música existe una cierta división sexual del trabajo. Todavía hay recelo si una mujer es percusionista, bajista, sonidista o guitarrista eléctrica”, ejemplifica. «Tal vez no se las trata mal, pero se las subestima”, indica Quesada desde la capital costarricense.
«En el caso de mujeres cantantes de pop, se le da mucho énfasis a la parte estética, a la imagen, más que a su calidad vocal”, indica y sabe por experiencia propia.
La trayectoria se hace, no se nace con ella
La colombiana Alejandra Gómez, en tanto, suma otro aspecto, al referirse a la visibilidad y representatividad del género en el medio.
«Muchas mujeres que no están figurando en este momento es porque no tienen «trayectoria”. Pero entonces: no las contratan porque no tienen experiencia, y no tienen experiencia porque no las contratan”, analiza la cofundadora del colectivo Todopoderosa («un ecosistema de mujeres en la música”), consultada por DW.
¿De dónde van a salir esas mujeres con peso, si no se les da la oportunidad, porque siempre buscan a los mismos?, critica la también manager de bandas alternativas.
«Muchas veces la respuesta que encontramos frente al problema de la falta de inclusión de mujeres profesionales en la programación de festivales es: ‘no hay mujeres’”, cuenta Gómez.
«Pero no es que no hay, sino que no las conocen”, refuta.
Mujeres en acción, paradigma en entredicho
El listado de dificultades e injusticias a las que están expuestas las mujeres en el medio musical incluye también la discriminación, el acoso sexual, la escasez de oportunidades para el progreso profesional, la brecha salarial, y por supuesto, los prejuicios.
Pero las mujeres músicas del continente se están agrupando para dar respuesta de manera coordinada, para sumar fuerzas y hacerse oír.
En Argentina, la Asociación Civil Música de Mujeres de Santiago del Estero, lleva realizadas tres ediciones del «Encuentro Nacional de Música de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersexuales y No Binaries”.
«Generamos, proyectamos y deseamos este encuentro convencidas de que somos sujetas políticas que militamos por una construcción de políticas públicas más igualitarias, democráticas y federales”, dice a DW Carolina Haick, una de las principales propulsoras.
Y contextualiza: «Si bien en 2019 se ha sancionado una Ley de Cupo Femenino, que está siendo aplicada por el Instituto Nacional de la Música con una mirada no binaria, aun sentimos mucha resistencia a su efectivización”, sostiene la integrante de la banda «Las Mullieris”.
Efectivamente, impulsada por las músicas argentinas, en el país sudamericano fue aprobada la primera ley a nivel mundial que establece un cupo femenino para eventos musicales, que exige un 30 por ciento de participación de mujeres y disidencias en festivales.
En 2020, de la mano de la pandemia, han ido incluso por más, y valiéndose de la virtualidad, han dado origen a laRed TRUENA (Red Plurinacional Transfeminista de Trabajadorxs de la Música) «que tiene por principal misión el fortalecimiento de una red de trabajadorxs del sector musical con perspectiva de género”.
Una iniciativa similar es llevada adelante por el colectivo colombiano Todopoderosa: un directorio actualizado y en constante crecimiento de mujeres y géneros disidentes en el sector. «Somos el principio de la música del futuro”, prometen.
Costa Rica, por su parte, cobija anualmente el Simposio Internacional Mujeres en la Música, que ya va por su tercera convocatoria y con gran renombre en todo el continente.
«El Simposio logra ser una ventana para que las mujeres puedan exponer sus trabajos o que personas logren dar a conocer proyectos de mujeres músicas. Nos interesa el reconocimiento de las mujeres”, explica Amanda Quesada.
Así las cosas: el panorama es complejo. La desigualdad es grande. Pero la lucha por un cambio de paradigma es cada vez más fuerte.
Para el bien de las mujeres que hacen música, y de todas aquellas personas que merecen escucharlas.
Este artículo fue publicado originalmente por el sitio en español DW, el canal para América Latina de la televisora alemana Deutsche Welle.
RV: EG