Urgen ocho tareas para frenar el declive de la biodiversidad

Camino rodeado de árboles simboliza el camino de las ocho transformaciones por la biodiversidad.
El deterioro de la naturaleza continúa, los países alcanzaron solo parcialmente las metas de conservación que se fijaron hace 10 años y la pandemia covid-19 resalta la urgencia de adoptar un conjunto de transiciones en favor del planeta y la vida de la humanidad. Foto BID

La humanidad está en una encrucijada por el futuro de la naturaleza, y para garantizar su bienestar y proteger el planeta debe emprender ocho transformaciones pendientes, afirmó un informe del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU divulgado este martes 15.

Se trata del quinto informe Perspectiva Mundial sobre Diversidad Biológica (GBO-5 en inglés), con el que se pasa revista al cumplimiento de las 20 metas de Aichi (Japón), fijadas en 2010 para la siguiente década por la décima reunión de la Conferencia de las Partes (196 Estados) del CDB.

El GBO-5 señala que a pesar de avances alentadores en numerosas áreas, el mundo natural “está sufriendo y su situación sigue empeorando”, mientras la pandemia covid-19 “desafía a las personas a considerar las consecuencias que pueden resultar de la pérdida continua de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas”.

Elizabeth Maruma Mremala, secretaria ejecutiva del CDB, dijo que “la humanidad está en una encrucijada con respecto al legado que desea dejar a las generaciones futuras”, pues “las decisiones y acciones que tomemos ahora tendrán profundas consecuencias, para bien o para mal, en todas las especies, incluida la nuestra”.[pullquote]3[/pullquote]

Afirmó que “están sucediendo muchas cosas buenas en todo el mundo y debemos celebrarlas y alentarlas. Sin embargo, la tasa de pérdida de biodiversidad no tiene precedentes en la historia de la humanidad y las presiones se están intensificando”.

“Los sistemas vivos de la Tierra en su conjunto están comprometidos. Y cuanto más la humanidad explota la naturaleza en formas insostenibles, más socava su propio bienestar, seguridad y prosperidad”, agregó la responsable.

El GBO-5 considera como logradas parcialmente aquellas metas en las que se ha cumplido al menos un elemento. Por ejemplo, se cumplieron los elementos de la Meta 11 sobre las proporciones de tierras y mares que debían ser protegidos, pero no los elementos relacionados con la calidad de las áreas protegidas.

De manera similar, para la Meta 19, el conocimiento sobre la biodiversidad ha mejorado, pero no se ha compartido ni aplicado ampliamente. Y en el caso de la Meta 20, la asistencia oficial para el desarrollo se duplicó, pero los recursos no aumentaron en todas las fuentes.

En total se han logrado siete de los 60 elementos que conforman las 20 metas, y se muestra progreso en otros 38. En el caso de 13 elementos, no se avanzó o se indicó un alejamiento del objetivo, y se desconoce el avance en otros dos.

En el informe destaca la sentencia de que se necesitan 1,7 “planetas Tierra” para generar los recursos biológicos utilizados por la humanidad entre 2011 y 2016.

La deforestación se redujo 33 por ciento en los últimos cinco años en comparación con las tasas de la primera década del siglo, mientras que 66 por ciento de las poblaciones de peces fueron pescados dentro de niveles biológicamente sostenibles, un valor era de 71 por ciento en 2010.

Más de 60 por ciento de los arrecifes de coral en el mundo están amenazados, principalmente por la sobrepesca y la pesca destructiva, pero en cambio 43 por ciento de las áreas clave de biodiversidad están cubiertas como áreas protegidas, contra solo 29 por ciento en el año 2000.

Se calcula que en los océanos de mundo hay unos 5,25 millones (millones de millones) de partículas de plástico, con un peso de 260 000 toneladas, y en los ríos hay entre 1,25 y 2,41 millones de toneladas de basura plástica.

Hay 32 441 especies en peligro de extinción en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. En promedio, las poblaciones de animales silvestres en todo el mundo tienen menos de un tercio del tamaño que tenían en 1970.

El informe llama a transformar actividades humanas a través de ocho transiciones para las cuales se considera la urgencia de reducir sus impactos negativos, el valor de la biodiversidad y la necesidad de restaurar los ecosistemas.

Primero, transición de tierras y bosques, para conservar ecosistemas, restaurarlos y revertir la degradación, y transición hacia la agricultura sostenible, que minimice sus impactos negativos sobre la biodiversidad.

Luego, transición hacia sistemas alimentarios sostenibles: dietas saludables con énfasis en la diversidad de alimentos, en su mayoría de origen vegetal, y un consumo más moderado de carne y pescado, así como disminuir drásticamente el desperdicio en las fases de suministro y consumo de alimentos.

Transición hacia pesquerías y océanos sostenibles, y hacia agua dulce sostenible, que garantice caudales y calidades requeridos por la naturaleza y las personas.

Transición de las ciudades y la infraestructura: desplegar “infraestructura verde” y hacer espacio para la naturaleza dentro de los paisajes urbanos, y eliminar rápidamente el uso de combustibles fósiles.

Finalmente, transición con el enfoque “Una salud”: gestionar los ecosistemas, incluidos los agrícolas y urbanos, así como el uso de la vida silvestre, a través de un enfoque integrado que promueva la salud de las personas y los ecosistemas.

El GBO-5 subraya la importancia de la biodiversidad para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU en 2015 y el Acuerdo de París de 2016 contra el cambio climático, y se presentará a los gobernantes en la Cumbre sobre la Biodiversidad de la ONU el 30 de septiembre de este año.

A-E/HM

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