«Necesito ayuda, ahora mismo no puedo caminar correctamente», suplicó la víctima nigeriana de trata de personas Nkiru Obasi desde su cama de hospital en un vídeo en la capital de Líbano que publicó en línea.
La joven nigeriana resultó herida en la explosión del 4 de agosto en Beirut, que arrasó parte de la capital libanesa, mató al menos a 190 personas, hirió a otras 6500 y dañó 40 por ciento de la ciudad. Sin embargo, no son sus heridas las que la mantienen en el Líbano, sino un sistema restrictivo y abusivo de leyes sobre migrantes.
Obasi es solo una de las miles de jóvenes nigerianas traficadas a Líbano con falsas promesas de una vida mejor.
El periódico New Telegraph, que se edita en Lagos, la ciudad más poblada el país, citó a una fuente de la embajada de Nigeria en Líbano que aseguró que unas 4541 mujeres nigerianas fueron traficadas al país el año pasado.[pullquote]3[/pullquote]
La política y presidenta de la Comisión de Nigerianos en la Diáspora, Abike Dabiri-Erewa, describió la tasa a la que las mujeres nigerianas son traficadas al Líbano como «una epidemia».
Tras sufrir heridas en la explosión, Obasi intentó regresar a Nigeria, pero ella y otras cuatro personas fueron detenidas en el aeropuerto bajo el sistema de “kafala” (patrocinio, en árabe).
Ese sistema, que consolida la explotación laboral y se practica ampliamente en Líbano y otras partes de Medio Oriente, prohíbe a los trabajadores migrantes salir del país sin el permiso de su empleador.
«El sistema restrictivo y explotador de kafala atrapa en Líbano a decenas de miles de trabajadoras domésticas migrantes en situaciones potencialmente dañinas al vincular su estatus legal al de su empleador, lo que facilita condiciones altamente abusivas que, en el peor de los casos, equivalen a la esclavitud moderna», según Aya Majzoub, investigadora en Líbano de Human Rights Watch.
La organización humanitaria internacional con su sede principal en Nueva York pidió que ese sistema sea sustituido por un contrato que reconozca y proteja los derechos de los trabajadores garantizados internacionalmente.
A fines de mayo, Nigeria intentó repatriar a 60 mujeres víctimas de trata desde Líbano, pero solo 50 pudieron regresar a casa. Los activistas contra la trata en el Medio Oriente dijeron que las 10 mujeres restantes fueron retenidas en Líbano bajo el kafala.
El sistema kafala propicia acciones de esclavitud con las mujeres víctimas de trata y/o de tráfico.
Un ejemplo: en abril, un libanés publicó un anuncio en Facebook en su sección de «Compra y venta en el Líbano». «Trabajadora doméstica de Nigeria a la venta con nuevo documento legal, tiene 30 años, es muy activa y muy limpia», decía el anuncio en árabe. El precio era de 1000 dólares.
Una protesta de Nigeria obligó a las autoridades libanesas a rescatar a la mujer, mientras que un hombre al que se creía responsable de la publicación de Facebook fue arrestado. El Ministerio de Trabajo libanés dijo que el hombre sería juzgado por trata de personas, aunque trata estos delitos como casos aislados.
Pero está lejos de ser un caso aislado. Muchas mujeres nigerianas traficadas a Medio Oriente cuentan historias similares sobre cómo fueron vendidas como esclavas.
En enero, Ajayi Omolola, de 23 años, apareció en un vídeo en línea asegurando que ella y algunas otras mujeres nigerianas estaban retenidas en duras condiciones y que sus vidas corrían peligro.
«Cuando estamos enfermas, no nos llevan al hospital, algunas con las que llegué al Líbano han muerto», dijo.
Omolola denunció que a su llegada a Líbano, le quitaron el pasaporte y la «vendieron».
«Inicialmente no me di cuenta de que me habían vendido como esclava», dijo, y agregó que solo tomó conciencia de la gravedad de su situación cuando su jefe le dijo que no podía regresar a Nigeria porque la había «comprado».
Kikelomo Olayide tiene una historia similar. A su llegada al Líbano desde Nigeria, la llevaron a un mercado. «En ese mercado nos llaman directamente esclavos» y los trataban como tales, dijo.
Roland Nwoha, director de programas y coordinador de migración y trata de personas de Idia Renaissance, una organización nigeriana que trabaja para desalentar la migración irregular y la trata de personas, dijo a IPS que aunque Europa es un gran atractivo para los nigerianos en busca de un futuro mejor, Medio Oriente está resultando una creciente alternativa.
Nwoha explicó que, a diferencia del viaje a Europa, que implica un peligroso viaje por tierra a través del desierto del Sahara y un cruce igualmente peligroso del mar Mediterráneo, los traficantes llevan a sus víctimas al Medio Oriente por avión después de conseguirles visas y la promesa de buenos empleos.
El presidente del Comité de Asuntos de la Diáspora de la legislativa Cámara de Representantes de Nigeria, Tolulope Akande-Sadipe, dijo que 80 000 mujeres nigerianas están detenidas como esclavas sexuales y trabajos forzados en Medio Oriente, especialmente en el Líbano, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Omán.
Las mujeres nigerianas traficadas hacia el Medio Oriente «casi siempre terminan en explotación laboral y sexual», dijo Daniel Atokolo Lagos, comandante de la Agencia Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas.
Gloria Bright es una maestra nigeriana a la que se le prometió un trabajo de docente con un salario mensual de 1000 dólares en Líbano, pero cuando llegó a Beirut se la obligó a trabajar como empleada doméstica y estuvo cautiva por sus empleadores.
Logró publicar un vídeo en que pedía ayuda para ser rescatada, donde denunció que además de forzarla a trabajar en condiciones extenuantes, su jefe la acosaba sexualmente. «A veces me pide que le dé un masaje, me abraza, me besa», dijo.[related_articles]
Bright tuvo mucha suerte porque fue rescatada por las autoridades nigerianas antes de la explosión del 4 de agosto en Beirut.
La política Dabiri-Erewa insistió en que el tráfico de nigerianos al Líbano «se está convirtiendo en una gran vergüenza y hay que detenerlo».
En un esfuerzo por detener el crimen, las autoridades nigerianas han arrestado a varias personas, incluidos residentes libaneses en Nigeria. Un libanés está siendo investigado en relación con la trata de 27 mujeres al Líbano, dos de las cuales han sido rescatadas.
El embajador libanés en Nigeria, Houssam Diab, asegura que su legación está ayudando al gobierno a detener la trata de mujeres a su país. Dijo que la emisión de visas de trabajo hacia su país se suspendió tras la confirmación de casos de abuso de mujeres nigerianas a manos de sus empleadores libaneses.
El embajador dijo que el Ministerio de Trabajo libanés buscará una «forma legal y sistémica de hacer que el personal doméstico ingrese legalmente al Líbano sin temor a un trato inhumano».
Los activistas, como Nwoha, que trabajan contra la trata de personas, ponen el foco sobre el gobierno y aseguran que debe hacer más para reducir las actividades de los traficantes en este país de África occidental y más de 220 millones de personas, 90 millones con menos de 18 años y una gran proporción en situación de pobreza.
Además, demandaron que el gobierno debería mejorar las condiciones en casa para evitar que los nigerianos busquen desesperadamente una vida mejor en el extranjero.
T: MF