La interrupción de los servicios de salud, con la atención a la pandemia covid-19, puede echar por tierra décadas de progresos en la disminución de las muertes por enfermedades prevenibles en niños menores de cinco años, señaló este miércoles 9 un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Henrietta Fore, directora de Unicef, expuso que “los niños que no pueden acceder a los servicios de salud debido a la sobrecarga del sistema, o las mujeres que temen dar a luz en el hospital por miedo a infectarse, se convierten también en víctimas de la covid-19”.
La comunidad mundial, dijo Fore, “ha avanzado tanto hacia la eliminación de las muertes infantiles prevenibles que no podemos permitir que la pandemia nos frene”.[pullquote]3[/pullquote]
“Si no se invierte cuanto antes en reanudar los sistemas y los servicios de salud que se han interrumpido, millones de niños menores de cinco años, y sobre todo los recién nacidos, podrían morir”, agregó la directora.
Según estudios de Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de muertes de menores de cinco años, por enfermedades prevenibles, disminuyó en el mundo, de 12,5 millones en 1990 a 5,2 millones en 2019.
En esos 30 años, los servicios de salud para prevenir o tratar las causas de las muertes infantiles (como partos prematuros, insuficiencia ponderal al nacer, complicaciones durante el parto, sepsis neonatal, neumonía, diarrea y malaria), así como las vacunas, han sido decisivos para salvar la vida de millones de niños.
Pero ahora muchos servicios de salud infantil y materna, como los reconocimientos médicos, las vacunas y la atención pre y posnatal, son interrumpidos en todo el mundo debido a la limitación de los recursos y a la aprensión general a la hora de hacer uso de los servicios de salud por miedo a contagiarse con la covid.
Un estudio de Unicef en 77 países indicó que dos de cada tres de esos Estados notificaron al menos alguna interrupción en los reconocimientos médicos de los niños y en los servicios de inmunización.
Además, en 63 por ciento de los países se registraron interrupciones en los exámenes prenatales, y en 59 por ciento las hubo para la atención posnatal.
De su lado, la OMS informó que 52 por ciento de 105 países estudiados notificaron alteraciones en los servicios de salud para niños que padecían alguna enfermedad, y 51 por ciento notificó alteraciones en el tratamiento de la malnutrición.
Recordó la OMS que ese tipo de intervenciones son esenciales para salvar vidas. Por ejemplo, cuidados de matronas profesionales formadas según normas internacionales ofrecen 16 por ciento de menos probabilidades de que una madre pierda a su bebé y 24 por ciento menos probabilidades de dar a luz prematuramente.
Entre las razones más citadas para explicar las interrupciones en los servicios figuran la reticencia de los progenitores a la hora de visitar los centros de salud por el miedo a contagiarse, las restricciones a los transportes y la suspensión o el cierre de servicios y establecimientos de salud.
También la reducción de las plantillas de trabajadores de la salud por haber sido reubicados o por el temor a contagiarse ante la falta de equipos de protección personal como mascarillas y guantes, y el aumento de las dificultades financieras.
Entre los países más afectados el informe citó a Afganistán, Bolivia, Camerún, Libia, Madagascar, Pakistán, la República Centroafricana, Sudán y Yemen, y señaló que en siete de esas nueve naciones ya en 2019 se habían registrado índices de mortalidad infantil de más de 50 muertes por cada 1000 nacidos vivos.
Por ejemplo en Afganistán, donde uno de cada 17 niños murió antes de cumplir cinco años en 2019, el gobierno informó de reducciones en las visitas a los centros de salud, y en Camerún, donde en 2019 murió uno de cada 38 recién nacidos, los servicios de atención pre y postnatal se han reducido en 75 por ciento.
“No podemos permitir que la pandemia eche por tierra los avances logrados en favor de nuestros niños. Es el momento de poner en práctica lo que sabemos que funciona para salvar vidas y seguir invirtiendo en sistemas de salud más fuertes y resilientes”, dijo el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
A-E/HM