El pueblo de los ogiek está implementado una moderna herramienta tecnológica con el fin de que el gobierno reconozca sus derechos sobre el territorio que ahora ocupa la Reserva Nacional Chepkitale y que ellos habitan desde tiempos inmemoriales en el oeste de Kenia, así como para informar y guiar la conservación y el manejo de su bosque natural.
Gracias a la Ley de Tierras Comunitarias de este país del este de África, los ancianos de la comunidad, los miembros de la sociedad civil y los representantes de los 32 clanes que forman la comunidad Chepkitale Ogiek están mapeando su territorio ancestral utilizando una metodología conocida como Modelado participativo tridimensional (P3DM).
Técnicamente hablando, los mapas P3DM o 3D reúnen tres elementos que antes se consideraban imposibles de integrar: conocimiento local espacial y de recursos naturales, sistemas de información geográfica (SIG) y modelado físico.
«El mapeo apoyará la planificación y gestión espacial de la Reserva Nacional Chepkitale mediante la identificación de las acciones necesarias para abordar los diversos desafíos que afectan la gestión y la conservación de los recursos naturales en el área objetivo», dijo a IPS John Owino, responsable de programas dentro del Programa de Agua y Humedales de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UINC).
El proceso, que comenzó en 2018, implica un amplio diálogo con los miembros de la comunidad para documentar su historia, el conocimiento indígena de la conservación de los bosques y la protección de los recursos naturales utilizando sus leyes tradicionales y territorios geográficos.
La UICN, una unión independiente de unas 1400 organizaciones de todo el mundo y que proporciona apoyo técnico y financiero para esta iniciativa, informó que se proyectaba que el ejercicio se completase para fines de este mismo año, pero el proceso se ha retrasado por el impacto de la pandemia de covid-19.
Algunas de las leyes comunitarias tradicionales y únicas del pueblo de los ogiek, recuperadas y registradas durante el proceso de mapeo participativo, establecen que la quema de carbón está totalmente prohibida, la caza furtiva está estrictamente prohibida y la agricultura comercial se considera ilícita.
“En esta comunidad, nos relacionamos con los árboles y la naturaleza de la misma manera que nos relacionamos con los humanos. Talar un árbol maduro en nuestra cultura es sinónimo de matar a una figura parental”, dijo a IPS uno de los ancianos de la comunidad, Cosmas Chemwotei Murunga, de 72 años.
«¿Por qué debería cortar un árbol cuando puede cosechar sus ramas y usarlas para cualquier propósito?», se preguntó.
De hecho los ogiek se hicieron famosos en Kenia en 1976, cuando la comunidad logró con sus sonadas protestas que se pusiera fin a la tala de los cedros rojos, que había sido autorizada por el gobierno en sus tierras.
Los troncos de los árboles talados hace unos 44 años permanecen aún intactos en el suelo, allí donde fueron cortados, en las inmediaciones del pueblo de Loboot.
Si bien los ogiek son un activo para la conservación del área boscosa dentro del parque, su larga disputa con el gobierno sobre sus derechos sobre la tierra boscosa sigue sin dirimirse.
Ha habido varios intentos por parte del gobierno de desalojar a la comunidad del bosque, luego de que en 2002 las tierras de los ogiek fueran transformadas por el gobierno en la Reserva Nacional Chepkitale, en el monte de Elgon, un volcán ya apagado que hace de frontera con Tanzania y que Kenia declaró a su parte Reserva de la Biosfera, en 2003.
Desde entonces, los agentes de policía invadieron la tierra de comunitaria de los indígenas en varias oportunidades, incendiaron sus casas, destruyeron sus propiedades y los alejaron a la fuerza del bosque.
Pero en 2008, la comunidad, a través del Proyecto de Desarrollo de Pueblos Indígenas Chepkitale (CIPDP), una organización que reúne a todos los miembros de la comunidad Ogiek, acudió a la justicia en demanda de un arbitraje.
Un tribunal emitió órdenes para detener de inmediato los desalojos forzosos de la ahora área protegida, pero todavía no hay sentencia sobre el fondo del caso.
«En muchas comunidades indígenas, los gobiernos siempre han usado una excusa de destrucción ambiental para desalojar a los residentes, y eso fue lo mismo que dijeron sobre nuestra comunidad», dijo Peter Kitelo, cofundador del CIPDP.
«Sin embargo, hemos demostrado que están equivocados, y cuando el caso finalmente se determina, tenemos muchas esperanzas de que salgamos victoriosos», planteó a IPS.
El mapeo 3D, según Owino, está en línea con el mecanismo de Whakatane, una iniciativa de la UICN que apoya la implementación de un «nuevo paradigma» de la conservación.
Ese modelo se centra en situaciones en las que los pueblos indígenas y/o las comunidades locales tradicionales están directamente asociados con las áreas protegidas y participan en su desarrollo y conservación como resultado de sus derechos sobre la tierra y los recursos, incluida la tenencia, el acceso y el uso.
El mecanismo promueve y apoya el respeto de los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales y su libre consentimiento previo e informado en las políticas y prácticas de áreas protegidas, como lo requiere el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales, de la Organización Internacional del Trabajo, el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Hay ejemplos previos de mapeo P3DM que han tenido éxito entre otras comunidades del pueblo ogiek: las del bosque de Mau, en el sur de Kenia.
En 2006, un ejercicio de P3DM que involucró a 120 hombres y mujeres de 21 clanes ogiek en el bosque de Mau dio como resultado un mapa en 3D del complejo forestal del este de Mau.
Según el Centro Técnico para la Cooperación Agrícola y Rural ACP-EU (CTA), el mapa 3D fue lo suficientemente persuasivo como para convencer al Gobierno de Kenia sobre los derechos de los ogiek sobre sus tierras y la necesidad de proteger el área del acaparamiento de tierras y la explotación de recursos.
El CTA también informó que una rica cartera de productos de P3DM, incluidos informes, documentos y mapas, se han utilizado en foros internacionales para documentar el valor del conocimiento local e indígena en la gestión sostenible de los recursos naturales, la gestión de conflictos y la adaptación al cambio climático, y en puentes La brecha entre los sistemas de conocimiento científico y tradicional.
Además del mapa 3D, la comunidad ogiek de Chepkitale ya está trabajando con la Comisión Nacional de Tierras de Kenia, un organismo independiente con varios mandatos. Entre ellos se encuentra el de investigar, por propia iniciativa o por denuncias, sobre injusticias territoriales actuales o históricas y recomendar una reparación adecuada.
«Una vez completado, el mapa 3D será una herramienta muy importante para esta comunidad porque, aparte de la gestión eficaz de los recursos naturales en Chepkitale, lo utilizaremos como un instrumento para demostrar cómo hemos coexistido de manera sostenible con la naturaleza durante muchas generaciones», dijo Kitelo .
La comunidad Ogiek quiere que su territorio sea reconocido oficialmente como tierra comunitaria prevista por la nueva Constitución de Kenia, de 2010, y la Ley de Tierras Comunitarias de seis años después, que establece el «reconocimiento, protección y registro de los derechos de tierras comunitarias; gestión y administración de tierras comunitarias ”.
Según subrayan los ancianos de la comunidad ogiek, el bosque es su principal fuente de sustento.
Dentro del bosque, la comunidad mantiene abejas para la producción de miel, que es una parte importante de su dieta, aparte de la leche, la sangre y la carne. También recolectan hierbas de los árboles indígenas, arbustos y vegetación forestal, y se alimentan de algunas especies que se encuentran en el bosque. Su dieta no se limita a brotes de bambú, hongos silvestres y vegetales silvestres como la ortiga.
«Desde que nací hace 72 años, este bosque siempre ha sido la fuente principal de nuestro sustento», dijo Chemwotei Muranga a IPS.
Ahora, armados con el conocimiento tradicional del manejo forestal y la conservación de los recursos naturales, las normas y reglamentos basados en la comunidad, y las disposiciones dentro de la nueva Constitución y la Ley de Tierras Comunitarias, esperan hacerlo durante los próximos siglos.
«Vivir en un lugar así es el único estilo de vida que entiendo», dijo Chemwotei Muranga.
T: MF