Jayashree Parwar no se ha movido mucho de su pueblo en el estado de Goa, en la costa occidental de India. Pero esta mujer, dedicada hasta hace poco solo a su familia, se convirtió en una empresaria social, que llega a los hogares de decenas de ciudades con un producto de higiene femenina, confeccionado junto a algunas vecinas.
Llamada Sakhi (amiga, en hindi), la toalla sanitaria libre de plástico es el primer producto de higiene menstrual de Goa confeccionado con base en materiales orgánicos por las mujeres de Pilgaon, en el municipio de Bicholim, en el norte del estado.
Según un informe de 2018, elaborado conjuntamente por Water Aid India y la Alianza de Higiene Menstrual de la India, las mujeres y adolescentes usan la increíble cantidad de 12 000 millones de compresas al año, en un país con una población femenina de 700 millones, la mitad del total nacional.
Esas toallas sanitarias podrían demorar hasta 800 años en descomponerse, indica el informe, porque actualmente la mayoría de estos productos tienen más de 90 por ciento de composición plástica, el equivalente a cuatro bolsas de ese material.
Goa es uno de los estados menos extensos y poblados de India, pero produce 7300 toneladas de residuos plásticos al año. Según la estatal Junta de Contaminación de Goa, la gestión de residuos plásticos sigue siendo un desafío enorme para el estado, que tiene como objetivo prescindir del plástico en apenas dos años más, lo que parece quimérico.
El excesivo consumo de plástico se atribuye en gran medida a la floreciente industria del turismo en el estado, que con una población de menos de dos millones de habitantes, recibe anualmente un número cuatro veces superior de turistas, atraídos por sus particulares y tropicales costas sobre el océano Índico.
Según el Instituto Nacional de Oceanografía, con sede en el estado, la mayor parte de la basura plástica en las playas de Goa la vierten los propios visitantes a sus costas.
Parwar no conoce muy bien estas estadísticas, pero sí es consciente de la creciente presencia de basura plástica en su entorno.
«Donde quiera que vayas, hay plástico. Puedes ir a cualquier playa y hay montones de desechos plásticos. Vasos, botellas, cucharas… son utilizados por turistas y hoteles, pero los locales también usamos mucho plástico, especialmente las bolsas de la compra», dijo a IPS.
Por eso siente, agrega, que las compresas ecológicas Sakhi son su propia contribución a mitigar el desafío del plástico.
«Un pequeño paso para reducir una gran carga»
Todo comenzó en el verano de 2015 en el estrecho recinto con techo de hojalata, contiguo a la sala de estar de su casa, que ella llama su «taller».
Otras tres mujeres de su comunidad se unieron a ella. Todas comparten historias similares: ninguna estudió más allá de la escuela secundaria, pertenecen a un sector de bajos ingresos y sueñan con una vida mejor para sus familias y, en especial, para sus hijos.
Sus recursos eran más que escasos: unos cientos de rupias como capital y una máquina de compresión (para prensar materiales) donada por el médico local Subbu Nayak, quien también las capacitó en la fabricación de compresas y las conectó con el proveedor de materias primas Tamil Nadu, de la ciudad de Coimbatore, en el sur del país.
El proceso es bastante simple y hacer cada compresa toma unos cinco minutos, explicó Nasreen Sheikh, una de las mujeres que trabaja con Parwar.
«Primero trituramos la fibra de madera de pino, luego la ponemos en un molde, la presionamos y la envolvemos en una tela no tejida (en que las fibras se unen sin antes convertirla en hilo), pegando papel vegetal (sulfurizado o de mantequilla) en un lado y finalmente la esterilizamos», detalló Sheikh a IPS.
Sin embargo, aunque contaban con una máquina, los materiales y sus habilidades, les faltaba un componente crucial: los clientes.
Afortunadamente para ellas, encontraron apoyo en varios sectores, incluido el Departamento de Desarrollo Urbano del gobierno de Goa. Sumit Singh, un funcionario del departamento que dirige la Misión India Limpia, enseñó a Parwar y a sus socias cómo vender su producto en plataformas en línea como Amazon.
Parwar y sus socias no tenían experiencia comercial y con su escasez de recursos, el mercadeo en línea les pareció una oportunidad emocionante.
«Elegimos vender en Amazon porque ninguna tiene el tiempo o los medios para salir a hacer mercadeo en tiendas o centros comerciales. Además, en línea podemos tener clientes lejos de Goa», djo Parwar.
Después de cuatro años de lucha para consolidar su emprendimiento y desarrollar una base estable de clientes, pese al fracaso en lograr algún crédito para consolidar su negocio, las mujeres finalmente lograron expandirse y establecer su pequeña fábrica en un espacio más amplio, donde ahora confeccionan 1000 compresas al mes.
“Es todavía un paso muy pequeño, pero cada pequeño paso cuenta”, aseguró Parwar.
Demanda de productos libres de plástico
Han recibido pedidos de las ciudades más grandes del país, como Mumbai, Pune, Bangalore, Hyderabad y Nueva Delhi. No tienen capacidad de hacer publicidad, a diferencia de las marcas y fabricantes comerciales, pero el boca a boca, las redes sociales y una creciente conciencia ambiental les ha funcionado como reclamo.
«Utilizamos materiales que son completamente naturales: fibra de madera de pino, tela no tejida, papel de mantequilla. No hay nada que pueda causar picazón o erupciones cutáneas y una vez que lo deseche, la compresa se volverá compost en ocho días. Las hemos mostrado en muchas escuelas y otras organizaciones. Las mujeres las han probado y han visto cómo funciona realmente el compostaje «, dijo a IPS otra integrante del grupo, Alita Pilgaonkar.
Además de descomponerse en un máximo de dos semanas, un paquete de ocho toallas sanitarias cuesta 40 rupias (54 centavos de dólar) y el de venta a granel de 96 unidades vale 700 rupias (9,6 dólares). Son bastante más baratas que las marcas comerciales más populares, pero aun así, el grupo obtiene una pequeña ganancia.
Reutilizable versus “compostable”
¿Podrían ganar las toallas sanitarias ecológicas y frenar la huella de plástico de este producto de higiene femenina?
Idealmente, es posible, pero no hay voluntad para ello, dijo a IPS la cofundadora de Ecofemme, Kathy Walkling. Ecofemme es otra iniciativa liderada por mujeres que fabrica productos de higiene menstrual ecológicos. Con sede en Puducherry, en la costa sur de India, Ecofemme produce y aboga por toallas sanitarias reutilizables, libres de plástico y asequibles.
«Si el gobierno respaldara estas iniciativas, esto podría tener un efecto poderoso para hacer un cambio general» en el uso de toallas sanitarias por parte de las mujeres en India, aseguró Walkling.
Pero Eline Bakker Kruijne, ingeniera ambiental y antigua responsable de programas en el grupo de expertos internacional IRC WASH, con sede en Países Bajos, dijo a IPS que no es posible realizar cambios significativos en esta área de consumo sin cambiar su actual sistema de eliminación.
Recordó que la práctica es que se elaboren compresas de un solo uso, que se tratan como desechos peligrosos, sean orgánicos o plásticos, que generalmente se incinera, lo que aumenta la contaminación.
«Se trata de cómo estos materiales de un solo uso se descomponen en el ambiente y si requiere un proceso industrial (como la incineración), ¿realmente nos ayuda?», se preguntó Bakker.
Walkling también considera que los productos menstruales de un solo uso, incluso si son compostables, aumentan el volumen de desechos. Pero la preferencia actualmente se inclina fuertemente hacia las compresas de un solo uso, ya que las personas las ven como más higiénicas que las reutilizables y más fáciles de gestionar.
Sin embargo, ambas expertas creen que alejarse del plástico es un paso positivo.
«Con cada persona que cambiase a un producto reutilizable y no contaminante, se evitarían aproximadamente 125 kilos de desechos sanitarios por persona durante toda su vida”, dijo Walking.
En el caso de India, añadió, “actualmente hay aproximadamente 355 millones de adolescentes y mujeres que menstrúan en el país y si cada una usa 10 compresas por mes esto generaría 42 600 millones de toallitas cada año (355 millones x 10 compresas x 12 meses)”.
«Obviamente, dados estos números, si más mujeres cambian a productos reutilizables harán una diferencia significativa», aseguró.
Mientras tanto, las productoras de Sakhi se vieron afectadas por la cuarentena y el freno en la actividad económica, debido a las medidas para contener la pandemia de la covid-19 en India, el tercer país del mundo en contagios y muertes, solo por detrás de Estados Unidos y Brasil, y con 742 417 casos confirmados hasta el miércoles 8 de julio.
Su principal proveedor, el de Coimbatore, detuvo sus operaciones por la covid y casi obliga a hacer lo mismo a las mujeres de Bicholim. Pero felizmente lograron encontrar otro abastecedor en Mumbai.
Las ventas también cayeron, pero Parwar confía en recuperarse rápidamente una vez que termine la crisis desatada por la pandemia, porque, como ella dice, «los períodos de las mujeres no se han detenido, ni se detendrán”.
T: MF