Las restricciones impuestas por los gobiernos para combatir la covid-19 deben ser mínimas para el comercio internacional de alimentos, porque de esa actividad depende la alimentación de millones de personas, alertaron en una declaración altos responsables del sistema de Naciones Unidas.
“Cuando actúen para proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos, los países deben garantizar que ninguna medida relacionada con el comercio interrumpa la cadena de suministro de alimentos”, planteó la declaración.
Presentaron el texto los directores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Qu Dongyu, y de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevêdo.
La declaración coincidió con una nuevo llamado a la solidaridad internacional del secretario general de la ONU, António Guterres, al cierre del mes de marzo que dejó cerca de 900 000 personas infectadas con el virus de covid-19 en 204 países y territorios, contabilizándose más de 40 000 fallecidos.
Guterres clamó porque junto a las medidas urgentes de salud los países actúen “de forma unida y decisiva para frenar la devastación económica” y aumenten la protección social, sobre todo de los sectores más vulnerables, con “medidas de seguridad alimentaria y de provisiones específicas para las mujeres y los niños”.
La declaración de la OMS, FAO y OMC advirtió que “la incertidumbre sobre la disponibilidad de alimentos puede desencadenar una ola de restricciones a la exportación, generando escasez en el mercado mundial”, lo que alteraría el equilibrio entre oferta y demanda y dispararía los precios.
“Hemos aprendido de crisis anteriores que esas medidas son muy perjudiciales para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, así como para los esfuerzos de las organizaciones humanitarias para adquirir alimentos destinados a quienes los necesitan de manera desesperada”, indicaron los responsables.
Junto con garantizar que fluya el comercio de alimentos, “es fundamental proteger a los productores de alimentos y a los trabajadores del sector alimentario en el ámbito de la elaboración y la venta al por menor, a fin de reducir al mínimo la propagación de la enfermedad dentro de este sector y mantener las cadenas de suministro”.
Los consumidores, especialmente los más vulnerables, deben acceder a alimentos que cumplan requisitos de inocuidad, se agregó.
Levantar sanciones
Por su parte, el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Hilal Elver, pidió levantar las sanciones contra países del Sur para prevenir una crisis de hambre asociada al auge de la pandemia.
“La continua imposición de sanciones económicas paralizantes en Siria, Venezuela, Irán, Cuba y, en menor grado, Zimbabwe, por nombrar los casos más destacados, socava gravemente el derecho fundamental de los ciudadanos comunes a una alimentación suficiente y adecuada», dijo Elver.
Esos países “ya están bajo estrés y no pueden manejar la carga adicional de las sanciones. Es una cuestión humanitaria, práctica y urgente levantar las sanciones económicas unilaterales de inmediato”, sostuvo el especialista.
También pidió prestar atención especial a la situación de los civiles atrapados en entornos de conflicto “y en particular a aquellos que ya están sufriendo violaciones graves de sus derechos a la alimentación, como en Yemen, Sudán del Sur, Gaza, Siria y en los campos de refugiados en todo el mundo”.
“Si la comunidad internacional se toma en serio la lucha contra covid-19 y la erradicación de la inseguridad alimentaria, los Estados deben abstenerse de interferencia directa e indirecta en el acceso a los alimentos”, concluyó.
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