Supremacía blanca, xenofobia y “virus chino”, un coctel en tiempos volátiles

Los discursos políticos respecto al covid-19 que estigmatizan, excluyen y hacen que ciertas poblaciones sean más vulnerables a la violencia son inexcusables, inconcebibles e inconsistentes con las obligaciones internacionales de los Estados en materia de derechos humanos
Foto: ONU

Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, definió en repetidas ocasiones a la covid-19 como producto del “virus chino», alentó a que supremacistas blancos resucitasen un antiguo insulto étnico contra chinos y asiáticos orientales: el «peligro amarillo», que en el pasado se usaba como expresión xenófoba en diferentes partes de Occidente.

Tendayi Achiume, relatora especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, es muy crítica con las expresiones racistas sobre una pandemia que se había cobrado hasta este miércoles 25 casi 19 000 muertes y 25 000 contagiados en el mundo, con su epicentro desplazado de China a Europa.

Consideró que «es desalentador ver a autoridades, incluido el presidente de Estados Unidos, adoptar nombres alternativos para el coronavirus covid-19”.

“En lugar de utilizar el nombre internacionalmente reconocido del virus, estas autoridades han adoptado nombres con referencias geográficas, que generalmente se refieren a su aparición en China”, se quejó la especialista en racismo y xenofobia nacida en Zambia.

La también  profesora asistente de Derecho en la Escuela de Leyes de la estadounidense Universidad de California, consideró que “este uso calculado de un nombre geográfico para este virus se basa en el racismo y la xenofobia y los fomenta”.

La clara intención, a su juicio, es “aislar y estigmatizar a las personas que son chinas, percibidas como provenientes de China o del este asiático”.

Mientras tanto, los grupos de supremacía blanca en Estados Unidos han justificado la calificación del coronavirus como chino, principalmente en publicaciones en la red social de Facebook. Argumentan si las etiquetas de sarampión alemán (1814), la gripe española (1918) y la enfermedad de Lyme (1975) son ampliamente aceptadas, ¿por qué no la de “virus chino”.

Achiume insistió que reducir el señalamiento étnico o geográfico de la enfermedad a un asunto semántico es mucho más que un error.

“Personas percibidas como chinas, de ascendencia china o de origen asiático han sido objeto de ataques racistas y xenófobos relacionados con el virus. Estos ataques han abarcado desde insultos de odio, pasando por la negación de servicios hasta actos brutales de violencia», explicó.

A su juicio, no es sorprendente que los líderes que atribuyen a la covid-19 a grupos nacionales o étnicos,  “sean los mismos líderes populistas nacionalistas que han convertido la retórica racista y xenófoba en el centro de sus plataformas políticas”.

Para la relatora especial esta retórica de los líderes alimenta “expresiones de racismo y xenofobia relacionadas con covid-19 en plataformas digitales”. Entre ellas, dijo, se incluyen “acoso, discurso de odio, proliferación de estereotipos discriminatorios y teorías de conspiración.

“No es un momento para la semántica”, insistió Achiume.

«Estamos ante una pandemia mundial que requiere que los líderes defiendan y protejan la dignidad de todas las personas, independientemente de su raza o etnia», consideró Achiume, quien también es investigadora asociada del Centro Africano para las Migraciones y la Sociedad, de la sudafricana Universidad de Witwatersrand.

Según la NBC, una de las principales cadenas de televisión abierta de Estados Unidos, el Buró Federal de Investigación (FBI) sostuvo durante una sesión informativa de inteligencia en febrero, que había planes de grupos supremacistas blancos tratar de “armamentizar” el coronavirus,

Esos supuestos planes pretendían, entre otras cosas, “atacar a los no blancos y las minorías, con saliva infectada, botellas de spray” y otros artículos.

En una información en Yahoo News, Hunter Walker y Jana Winter, aseguraron que en un informe de inteligencia del Servicio Federal de Protección, publicado el 17 de febrero, se decía que  “los extremistas violentos continúan haciendo del bioterrorismo un tema popular entre ellos».

«Los extremistas violentos blancos con motivaciones racistas han comentado recientemente sobre el coronavirus, afirmando que es una ‘OBLIGACIÓN’ difundirlo, en caso de que alguno de ellos contraiga el virus», para propiciar respuestas por su parte, se afirmó en el informe.

Matthew Lee, investigador de políticas de salud y candidato a doctorado en ciencias sociomédicas en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, señala que durante los brotes de enfermedades, los ataques a grupos marginados no son una excepción, sino la norma.

El racismo y la xenofobia también se avivan con los discursos que señalan a los comportamientos de los estadounidenses de origen chino y otros asiático-estadounidenses  como sospechosos, e incluso culpables, de propagación de enfermedades, señaló.

«Si bien los virus y otros agentes patógenos no discriminan entre los contagiados en función de la raza, el origen étnico, la nacionalidad o el estado migratorio, el estigma y la desinformación ciertamente lo hacen», agregó Lee.

Achiume, por su parte, aseguró que ante los dramáticos impactos de la pandemia,  la retórica estatal irresponsable y discriminatoria no es un problema menor.

Recordó que la Organización Mundial de la Salud dijo en 2015: “los nombres de enfermedades realmente importan a las personas directamente afectadas … ciertos nombres de enfermedades provocan una reacción violenta contra miembros de comunidades religiosas o étnicas particulares … Esto puede tener graves consecuencias para la vida de las personas y sus medios de subsistencia”.

«Las respuestas políticas al brote de covid-19 que estigmatizan, excluyen y hacen que ciertas poblaciones sean más vulnerables a la violencia son inexcusables, inconcebibles e inconsistentes con las obligaciones internacionales de los Estados en materia de derechos humanos”, afirmó la relatora especial.

Según Achiume, “la retórica política y la política que aviva el miedo y disminuye la igualdad de todas las personas es contraproducente”.

“Para tratar y combatir la propagación de covid-19 de manera efectiva, las personas deben tener acceso a consejos de salud precisos y atención médica suficiente sin temor a la discriminación», subrayó en su crítica al manejo en este sentido de líderes mundiales.

T: MF

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