Cada vez hay más jóvenes nini en el mundo: ni estudian, ni trabajan, ni reciben ninguna formación, con lo cual se compromete su futuro y se socava el crecimiento económico de los países donde viven, señala el más reciente informe de la OIT.
Las mujeres jóvenes tienen dos veces más probabilidades de ser nini, y esa brecha de género se acentúa en Asia Meridional y los países árabes, donde las normas sociales y culturales impiden a las mujeres estudiar o trabajar fuera de su hogar, recogió el estudio de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
En 2016 había 259 millones de jóvenes ni-ni, pero para 2019 se los calculaba en 267 millones y se prevé que la cifra aumente hasta 273 millones en 2021, de los que 181 millones, dos terceras partes, serán mujeres. La tendencia porcentual también aumenta: de 21,7 por ciento en 2015 a 22,4 por ciento en 2020.
La proyección pone en riesgo una meta dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la que señala que se necesitan 470 millones de puestos de trabajo en todo el mundo para aquellos que van a acceder por primera vez al mercado laboral.
“Demasiados jóvenes en todo el mundo se desvinculan de la enseñanza y del mercado de trabajo, lo que puede perjudicar a su futuro a largo plazo, y en última instancia, socavar el desarrollo socioeconómico de su país”, dijo Sangheon Lee, director del Departamento de Política de Empleo de la OIT.
Además, de los 429 millones de jóvenes (de 15 a 24 años) empleados, 55 millones viven en condiciones de pobreza extrema, debido a que sus ingresos son inferiores a 1,90 dólares al día, y la pobreza moderada afecta a 71 millones.
La automatización expone a los jóvenes trabajadores a un mayor riesgo de pérdida de empleo que en el caso de los trabajadores de mayor edad, según el informe Tendencias mundiales del empleo juvenil 2020: La tecnología y el futuro de los empleos, dado a conocer el 9 de marzo.
Ello “pone de manifiesto que la calificación adquirida mediante formación profesional para lograr un empleo específico tiende a quedar obsoleta más rápidamente que la adquirida en programas de enseñanza general”, se indicó.
“Al no crearse suficientes puestos de trabajo para esos jóvenes no se aprovecha debidamente la capacidad de millones de personas”, señaló Sukti Dasgupta, también del Departamento de Política de Empleo de la OIT.
Dangupta destacó que “si queremos superar los problemas que plantean la tecnología, el cambio climático, la desigualdad y la demografía, no podemos desaprovechar ese talento ni esa inversión en enseñanza”.
Lee reconoce que “las causas por las que los jóvenes llegan a ser ni-ni son sumamente variadas, y el reto consistirá en ofrecer a esos jóvenes políticas y medidas adecuadas para que la situación cambie. Una solución única para todos no servirá de nada”.
La OIT urge “a revisar y modernizar los programas de formación profesional de acuerdo con la evolución de la economía digital”, y Dangupta agregó que “necesitamos marcos políticos integradores y sistemas de formación flexibles, basados en el diálogo entre gobiernos, trabajadores y empleadores”.
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