La prohibición establecida por el presidente Donald Trump de que la asistencia internacional de Estados Unidos beneficie a organizaciones que brinden servicios o asesoría vinculados con el aborto, está perjudicando gravemente a la población de Malawi, según un reporte que seleccionó para medir la medida.
El informe “Una fuerza poderosa: Asistencia global de salud de Estados Unidos. La salud y los derechos sexuales y reproductivos de Malawi” fue publicado el 10 de febrero por el Centro de Equidad de Género y Salud (Change, en inglés), con sede en Washington.
Serra Sippel, presidenta de Change, dijo a IPS que eligieron estudiar Malawi en parte porque el país recibe asistencia estadounidense en los tres campos clave de la salud sexual y reproductiva: planificación familiar, salud materno-infantil y VIH/sida.
«La regla mordaza impacta las estructuras de salud y cuando las estructuras de salud se ven afectadas, a menudo son los grupos marginados y criminalizados quienes llevan la peor parte del impacto», explicó. «Esto incluye a personas que viven en zonas rurales, adolescentes y mujeres jóvenes y trabajadoras sexuales», precisó.
El informe detalla las numerosas formas en que la llamada regla de mordaza global (GGR, en inglés) afecta al tejido social de un país donde muchas comunidades ya son reacias al aborto, a menudo debido a razones religiosas.
Esto significa que cuando una mujer joven necesita interrumpir su embarazo, puede hacerlo de manera insegura para mantenerlo en secreto.
Una organización que opera en Malawi se cita en el informe asegurando que, a veces, una niña «bebería una poción como una solución de detergente en polvo y algunas usarán palos» para intentar abortar, si no tienen respaldo para una interrupción segura del embarazo.
En el país subsahariano el aborto es un tema tabú y salvo que en los casos en que la vida de la madre esté en comprobado peligro puede acarrear 14 años de prisión para la gestante. El resultado es que más de 50000 mujeres sufren anualmente interrupciones del embarazo inseguras, según el reporte.
La organización Marie Stopes International (MSI), que no tiene servicios directos en Malawi, estima que alrededor de 78000 mujeres se someten a prácticas de aborto inseguro en el país, según el informe. Abebe Shibru, director de MSI en Zimbabwe, compartió con IPS el efecto general que está teniendo en África subsahariana.
«El GGR agrava el socavamiento del derecho de las mujeres a elegir» sobre su embarazo, dijo Shibru. «La falta de servicios adecuados para la planificación familiar, el aumento de la tasa de embarazo en la adolescencia y el aumento de la mortalidad materna, principalmente por abortos inseguros, son algunos de los problemas a los que contribuye la GGR», aseguró..
Sippel, de Change, contó que una filial de MSI en Malawi se vio “forzada a terminar su participación en la estadounidense Asociación de Sueños, con un programa altamente eficaz en la prevención del VIH, debido a la GGR».
Parte del impacto es de arriba hacia abajo del gobierno.
Ya en 2015, el ministro malauí de Salud «ralentizó» el proyecto de Ley de Terminación del Embarazo, que despenalizaba el aborto en casos de violación, incesto o anomalía fetal, por el temor de que la ampliación del derecho interrumpir el embarazo afectase la ayuda procedente de Estados Unidos, aunque entonces gobernaba este país el demócrata Barak Obama.
También la Asociación de Planificación Familiar de Malawi, afiliada a la Federación Internacional de Planificación de la Familia, se vio obligada a detener su participación en el proyecto LINKAGES que proporciona servicios de prevención, atención y tratamiento del VIH y el sida para poblaciones especialmente vulnerables, puntualizó Sippel.
“Además, por la GGR tuvieron que cerrar cuatro clínicas», agregó.
También hay un efecto adicional en una comunidad que es duramente afectada por el cambio climático y vulnerable a una variedad de eventos climáticos extremos, como lluvias intensas e inundaciones o graves sequías.
Estos fenómenos no están directamente relacionados con la GGR, pero amplifican aún más los efectos negativos que la política internacional contra la salud sexual y reproductiva de Washington tiene para los países pobres y especialmente afectados por la emergencia climática, coinciden activistas.
«Cuando las mujeres son desplazadas debido al cambio climático, su riesgo de exposición a la violencia de género a menudo aumenta», puso Sippel a título de ejemplo.
«También caminan distancias más largas para obtener agua y leña. Además, a medida que las mujeres ingresan a los campamentos (de refugio) después del desastre, su acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva a menudo puede ser limitado», destacó.
T: MF