Los jóvenes activistas del mundo, que suman más de 3800 millones de personas, parecen avanzar hacia una guerra con un viejo orden que consideran obsoleto y que pone en peligro el futuro de las siguientes generaciones.
Los nuevos y crecientes movimientos sociales impulsados por jóvenes surgieron con lemas como «Las vidas negras importan” y «Ocupe Wall Street» –al que algunos manifestantes sumaron «No ocupe Palestina»- y tenían como objetivo luchar contra el racismo, la represión política y las desigualdades institucionalizadas en las sociedades capitalistas.
La revista estadounidense Time dedicó su edición del 3 de febrero al fenómeno del “Youthquake” (fusión de los vocablos ingleses juventud y terremoto), con el título en portada: “el mundo cambiará cuando una nueva generación lo lidere” y la imagen de un globo terráqueo viejo del que emerge otro nuevo y de colores resplandecientes.
Ya en 2017, el diccionario de Oxford de la lengua inglesa eligió como palabra del año a precisamente a youthquake, que define al cambio cultural, político o social que nace de las acciones o influencia de los jóvenes.
La palabra conceptualiza el fenómeno activista que sacude al viejo orden y en el que los jóvenes lideran la lucha contra el autoritarismo de derecha, el populismo de toda ideología, la corrupción política y el aumento de la crisis climática.
Joanne Mariner, asesora senior de respuesta a las crisis de Amnistía Internacional (AI), dijo a IPS que «es sorprendente ver cómo los esfuerzos agresivos de los gobiernos para anular las protestas, incluso matando a manifestantes, ni siquiera han logrado detenerlos a corto plazo».
A la larga, hay demasiado en juego, dijo, así que es muy probable que en los próximos años se vea una escalada de las protestas juveniles en lugar de una caída.
Y lo es más en Asia, asegura Amnistía en un informe recién publicado sobre los derechos humanos en 25 Estados y territorios de Asia y el Pacífico durante 2019.
«2019 fue un año de represión en Asia, pero también de resistencia», sintetiza la organización internacional con base en Londres.
«A medida que los gobiernos de todo el continente intentan desarraigar las libertades fundamentales, las personas están luchando, y los jóvenes están a la vanguardia de la lucha», asegura Nicholas Bequelin, director regional de AI para el Este y Sudeste de Asia y el Pacífico.
Esa lucha se escenifica «desde los jóvenes en Hong Kong, liderando un movimiento de masas contra la creciente invasión china, hasta los estudiantes de India, protestando contra las políticas antimusulmanas; desde los jóvenes votantes de Tailandia que apoyan en masa a un nuevo partido de oposición a los manifestantes pro igualdad LGBTI de Taiwán”, agregó.
A su juicio, “Tanto en línea como fuera de línea, las protestas populares lideradas por jóvenes desafían el orden establecido».
Además, el surgimiento de una nueva generación decidida a liderar la lucha contra la emergencia climática ha dado lugar a un importante movimiento juvenil en todo el mundo, lo que se traduce en marchas de protesta, con miles de jóvenes que se manifiestan en las calles de las grandes ciudades de mundo.
Time recordó en su edición sobre la irrupción del liderazgo juvenil que la población mundial menor de 30 años ha aumentado desde 2012, y representa ya más de la mitad de los 7500 millones de personas que habitan el planeta.
Sobre las principales razones de la explosión del activismo juvenil, Mariner dijo que este traduce la percepción de que está en juego su futuro.
«Si no exigen más de los gobiernos, incluida una voz en las decisiones que afectan sus vidas, su futuro es incierto. Son los jóvenes los que heredarán este planeta en rápido recalentamiento, y ven muy claramente las consecuencias de su inacción e irresponsabilidad de los mayores», argumentó.
Con el viento de cola de ese ímpetu, del 14 al 16 de este mes de febrero se realizará en Nueva York la 25 Asamblea de la Juventud, una de las mayores y más largar cumbres juveniles.
El tema del encuentro será: «Es hora: los jóvenes para el impacto global», con el objetivo de subrayar la importancia de involucrar a los jóvenes, «especialmente en un momento en que los jóvenes están influenciando y liderando movimientos que pueden cambiar el mundo».
Mientras se prepara esa cumbre, al otro lado del mundo Amnistía recuerda en su reporte que las dos naciones más pobladas de mundo y las mayores potencias de Asia continental, China e India, sobresalen en la represión con su rechazo manifiesto a los derechos humanos.
El respaldo de Beijing a un proyecto de ley de extradición en Hong Kong, que otorga al gobierno local el poder de extraditar a los sospechosos a China continental, originó las protestas masivas en el territorio insular, con una escalada sin precedentes.
Desde junio, los jóvenes de Hong Kong han llenado regularmente las calles para exigir responsabilidad ante las tácticas policiales abusivas que han incluido el uso desenfrenado de gases lacrimógenos, arrestos arbitrarios, agresiones físicas y abusos durante la detención. Esta lucha contra el orden establecido se ha repetido en todo el continente, según detalló AI.
Divya Srinivasan, consultora de Igualdad en Asia del Sur, dijo a IPS que los jóvenes de toda Asia han demostrado una increíble resistencia y valentía en su continua batalla contra la represión gubernamental en 2019.
Una característica notable de estas protestas es que, en muchos casos, han sido dirigidas por mujeres y niñas, incluidas las pertenecientes a comunidades minoritarias, agregó.
«Las mujeres jóvenes en Asia están haciendo oír su voz. No podemos ignorarlas por más tiempo», declaró Srinivasan, una abogada india con experiencia en derechos de las mujeres, incluido el trabajo sobre el acoso sexual en el lugar de trabajo y la violencia sexual contra las mujeres.
Mariner, la asesora senior de Amnistía, cree que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene un papel que hacer en respaldo al movimiento del activismo juvenil.
«La ONU, incluso en los niveles más altos, puede y debe hablar para exigir que los gobiernos respeten el derecho a protestar en paz», afirmó
Consideró que es alentador que el secretario general de la ONU, António Guterres, haya condenado las muertes de manifestantes en Iraq, pero se lamentó de que haya sido “mucho menos expresivo” con respecto a la represión en otros países.
También son positivas las demandas de varios relatores especiales de la ONU a Hong Kong, India e Indonesia para que protejan los derechos humanos y políticos de los manifestantes, consideró Mariner.
El informe de AI asegura que quienes denunciaron las agresiones fueron habitualmente castigadas pero su valentía hizo la diferencia y ayudaron a que haya habido éxitos en los esfuerzos a favor del avance de los derechos humanos en Asia.
T: MF