El juicio contra cuatro acusados del asesinato de un periodista y su prometida en Eslovaquia, iniciado este mes, representa un momento histórico para la libertad de prensa y una prueba para la independencia de la justicia y la gobernabilidad democrática en este país de Europa central.
Casi un año después del asesinato, el 21 de febrero de 2018, del periodista Jan Kuciak y su novia, la arqueóloga Martina Kušnírová, ambos de 27 años, comenzó el día 13 la fase oral del proceso por un caso que sacudió la sociedad eslovaca y generó una gran crisis política interna.
Miroslav Marček, Tomáš Szabo, Alena Zsuszová y Marian Kočner se sientan en el banquillo por la muerte de Kuciak y su pareja, mientras que un quinto acusado, Zoltan Andrusko, fue condenado el año pasado a 15 años de prisión por su intermediación en la muerte, tras llegar a un acuerdo con la fiscalía.
En la apertura del juicio, que se celebra en Pezinok, a 20 kilómetros de Bratislava, Marcek, un exmilitar de 37 años, admitió ser autor material de los dos asesinatos, al haberles disparado en la vivienda de la pareja en Velká Mača, una localidad a 60 kilómetros de la capital.
Mientras, mantuvieron su inocencia su primo y expolicía Szabo, acusado también como autor material de los dos asesinatos, Zsuszová, presunta intermediaria, y Kočner, al que la fiscalía en su escrito de casi 100 páginas responsabiliza de ordenar los crímenes. Los cuatro pueden ser condenados a cadena perpetua revisable.
Es Kočner, un poderoso, oscuro y multimillonario empresario local, con supuestos vínculos con el crimen organizado y sobre quien Kuciak investigaba cuando fue muerto, quien concentra la atención del juicio y es percibido por amplios sectores de la sociedad como un símbolo de la corrupción, que se considera profundamente arraigada en los niveles más altos del Estado eslovaco.
Por eso, este caso es percibido no solo como un test sobre la libertad de los medios para investigar a las figuras ricas y poderosas del país, sino también sobre la capacidad del Poder Judicial de aplicar justicia para ellas.
Adam Valcek, periodista de investigación del diario eslovaco Sme, reflexionó para IPS que “es absolutamente fundamental lo que representa este juicio para Eslovaquia”.
Para él la muerte de Kuciak confirmó lo que los periodista venían denunciando hacía tiempo, sobre que “el Estado había sido tomado por una élite que lo dirigía” de acuerdo con sus intereses.
En el caso de Kočner, demás, el juicio podría confirmar evidencias de que “llegó a controlar los órganos del Estado”.
Los asesinatos de Kuciak y Kušnírová ya provocaron un terremoto en Eslovaquia y provocaron las mayores protestas sociales desde su nacimiento como nación independiente en 1993.
Las manifestaciones y las revelaciones de la connivencia de Kočner con el poder, forzaron la renuncia del entonces primer ministro, Robert Fico, y de su ministro del Interior, Robert Kalinak, así como la posterior dimisión del jefe del servicio de policía.
La policía reconoció que los asesinatos estaban relacionados con el trabajo de Kuciak como periodista de investigación. Su última historia expuso supuestos vínculos entre la mafia italiana y el gobernante Partido Socialdemócrata (SMER), de Fico.
La investigación de su muerte también puso al descubierto presuntos vínculos entre políticos, fiscales, jueces y policías con las personas acusadas de su asesinato, en particular con Kočner, quien se supo que había amenazado al periodista por sus artículos.
Los rumores respecto a la conexión de Kočner con el crimen organizado tenían décadas, al igual de sus vínculos inapropiados con políticos y funcionarios del más alto nivel, como el propio Fico, el fiscal general Dobroslav Trnka y otras figuras judiciales, lo que le garantizaba la impunidad, según las denuncias.
También se alega que usaba sus contactos para obtener información privada sobre diferentes figuras eslovacas, que podía usar para chantajearlas.
Los fiscales en el juicio por asesinato de Kuciak han argumentado que el empresario hizo lo mismo con el periodista y que ordeno su muerte luego que no pudo hallar nada que pudiera desacreditarlo y forzar su silencio sobre sus actividades.
El juicio, que se desarrollará al menos hasta febrero, está siendo seguido con gran atención dentro del país y ha atraído a organizaciones defensoras de la libertad de expresión y de los periodistas y otros grupos internacionales vinculados a los derechos humanos.
Dentro de la comunidad local del periodismo, algunos oscilan entre la esperanza y el miedo sobre las consecuencias del juicio para el futuro de la libertad de expresión en Eslovaquia.
«Es alarmante», dijo Lukas Fila, editor del diario eslovaco Dennik N, sobre lo que se está revelando.
«Miembros del gobierno, fiscales superiores, jueces y agentes de policía estuvieron involucrados de una forma u otra con los presuntos autores de estos crímenes. Los exmiembros de los servicios de inteligencia estaban espiando a los periodistas. Un expolicía y un exsoldado perpetrando el asesinato. Podríamos continuar. Ahora es evidente que trabajar como periodista en Eslovaquia no es seguro”, dijo Fila a IPS.
Por otro lado, añadió, el juicio proporciona algo de esperanza. Hemos aprendido cosas que no podemos desaprender. Si algo puede devolver una sensación de seguridad, es solo un castigo severo para todos los involucrados no solo en el asesinato, sino también para todos los demás crímenes que han desvelado las investigaciones».
La mayoría de los medios son, en todo caso, reacios a aventurar el resultado del juicio.
En un editorial justo al comienzo de la apertura del juicio oral, el diario Sme sugirió que Kočner probablemente no sería declarado culpable. Pero algunos periodistas que hablaron con IPS dijeron que los primeros días de las audiencias, por el contrario, les lleva a creer que sí será condenado.
Pase lo que pase, el resultado del juicio será, de una forma u otra, un hito en la historia eslovaca.
«Este es un momento fundamental que mostrará si el país puede lidiar y castigar claramente los crímenes destinados a silenciar a los periodistas que descubren verdades ocultas basándose en hechos y si los periodistas pueden hacer su trabajo libremente sin temer por sus vidas», dijo a IPS un periodista local que pidió no brindar su nombre.
Algunos profesionales de comunicación temen que el caso, por mucha notoriedad que haya alcanzado, no va a acabar con más dos décadas de amenazas para el periodismo independiente.
«Después de una serie de escándalos y la exposición de vínculos entre individuos muy dudosos y jueces, fiscales y policías, la confianza en el Poder Judicial es débil”, reconoció el periodista. «Por esta razón, este es un juicio igualmente importante para la Justicia. Necesitamos saber que existe en Eslovaquia, y que el sistema judicial es capaz y está decidido a actuar contra los ‘grandes peces’”, añadió.
Otros profesionales expresaron su preocupación si Kočner resulta inocente.
Fila dijo que podría haber «una amenaza real para la vida de periodistas, policías y fiscales, y un alto grado de indignación pública, lo que podría tener enormes consecuencias políticas».
«Queda por ver en qué dirección irá la historia. Puede recordarse como un momento en que el país ganó nuevas esperanzas, o cuando la frustración aumentó a niveles nunca antes vistos», dijo.
El especialista en investigación Valcek señaló, sin embargo, que incluso si Kočner no fuera condenado, no podría escapar del castigo por otros delitos. Actualmente también se juzga al empresario por supuesta falsificación de pagarés y enfrenta varias acusaciones de fraude fiscal en diferentes procesos.
«Kočner podría terminar como Al Capone, no condenado por asesinato, pero finalmente encarcelado por delitos económicos», dijo Valcek.
Otra vertiente del juicio más importante de la historia de Eslovaquia, es su impacto en las elecciones legislativas del 29 de febrero, en que SMER se mantiene como favorito, según las encuestas, pese a la conexión de algunos de los dirigentes de la populista formación con los enjuiciados.
T: MF