Transición en Sudán, oportunidad para acabar con crisis de Darfur

Los cascos azules de la Minuad, la misión de paz conjunta en Darfur, podrían reducirse desde nombre, si la situación en el terreno mejora, ahora que Sudán cuenta con un gobierno cívico-militar que en 39 meses debe llevar al país a elecciones democráticas. Crédito: Albert González Farran / Minuad
Los cascos azules de la Minuad, la misión de paz conjunta en Darfur, podrían reducirse desde nombre, si la situación en el terreno mejora, ahora que Sudán cuenta con un gobierno cívico-militar que en 39 meses debe llevar al país a elecciones democráticas. Crédito: Albert González Farran / Minuad

La transición que acaba de comenzar Sudán hacia un gobierno civil ofrece la oportunidad de terminar con la violencia étnica que azota la región occidental de Darfur y poder poner fin a una larga misión de la paz allí, según un alto funcionario de las Naciones Unidas.

Jean-Pierre Lacroix, subsecretario general de las Naciones Unidas para Operaciones de Paz, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU el lunes 26 que la fuerza de mantenimiento de la paz en la conflictiva región,  la Misión Conjunta de Naciones Unidas y de la Unión Africana en Darfur (Minuad), podría reducirse desde noviembre si la situación en el terreno mejora.

Un complejo gobierno de transición cívico-militar de 11 miembros, denominado Consejo Soberano de Sudán,  comenzó el 20 de agosto a gobernar el país por 39 meses, hasta que se puedan celebrar elecciones.

La decisión pone fin a la crisis iniciada con las protestas masivas que forzaron a la dimisión del presidente Omar al Bashir en abril, tras encabezar un régimen autoritario por 30 años, y movilizaciones posteriores contra el Consejo Militar Transitorio (TMC) que asumió el poder entonces.

«Esta es una oportunidad para poner fin definitivamente al conflicto en Darfur», dijo Lacroix.

«El apoyo de los donantes será más importante que nunca para ayudar a las transiciones simultáneas en Darfur y en Sudán en general, particularmente teniendo en cuenta la crisis económica que desencadenó el cambio político».

En junio, los miembros del Consejo de Seguridad acordaron “dejó en suspenso” la retirada de los 5.600 cascos azules de la Minuad, desplegados en Darfur en 2007 en medio de combates entre rebeldes y fuerzas del gobierno sudanés.

El nuevo gobierno en Jartum se ha comprometido a reimpulsar los esfuerzos de paz en la región de Darfur y otras zonas conflictivas, aunque no está claro si serán los miembros civiles o militares del nuevo Consejo Soberano los que ejercerán más influencia.

El cambio político en Jartum no ha cambiado la situación en Darfur, donde los rebeldes antigubernamentales chocan con las fuerzas armadas sudanesas y un grupo paramilitar llamado Fuerzas de Apoyo Rápido, dijo Lacroix.

Omer Mohamed Ahmed Siddig, embajador de Sudán ante la ONU (Organización de Naciones Unidas), instó a los miembros del Consejo a levantar un embargo de armas a Darfur y comenzar a retirar las fuerzas de paz antes de la fecha límite acordada: junio de 2020.

«La concretización de la paz será la prioridad de mi gobierno durante los próximos seis meses», dijo Siddig a los miembros del Consejo de Seguridad en Nueva York.

«Hacemos un llamado a la comunidad internacional a unirse a mi gobierno para inducir a los revolucionarios que lucharon por derrocar al régimen anterior a unirse con nosotros para mejorar la difícil situación de nuestro pueblo que sufrió las consecuencias de la guerra», afirmó el diplomático.

Darfur no es el único punto candente en Sudán. El domingo 25, el Consejo Soberano declaró formalmente un estado de emergencia en la ciudad de Port Sudan, en el Mar Rojo, luego de enfrentamientos que según fuerzas policiales causaron la muerte de al menos 16 personas.

Dirigiéndose al Consejo de Seguridad, el diplomático británico Jonathan Allen habló de «esperanza y optimismo» al «comienzo de un nuevo capítulo en la historia de Sudán» que podría aliviar  las amargas divisiones étnicas de la nación del noreste de África, con una población de 40 millones de personas.

«El nuevo gobierno se ha comprometido a lograr una paz justa, integral y sostenible en Sudán y priorizar el proceso de paz», dijo Allen.

«Hacemos un llamado a todas las partes, pero en particular a los movimientos armados para que participen de manera constructiva, inmediata y sin condiciones previas en las negociaciones para finalmente lograr una solución pacífica al conflicto en Darfur», añadió el diplomático británico.

Los militares derrocaron a Bashir el 11 de abril después de meses de manifestaciones masivas, pero los manifestantes continuaron saliendo a las calles, por temor a que los militares pudieran aferrarse al poder, y exigieron una transición rápida a un gobierno civil.

A principios de este mes se firmó un acuerdo para compartir el poder entre los líderes de las movilizaciones y el Consejo Militar de Transición (TMC) de Sudán, poniendo fin a meses de caos político.

Pero se espera que las tensiones entre los militares y los civiles mantendrán un lugar destacado en la agenda y las preocupaciones del gobierno de transición del nuevo primer ministro Abdalla Hamdok.

Más allá de la política, Sudán se ha visto afectado por las inundaciones en 17 de sus 18 estados que se han cobrado la vida de al menos 62 personas, según las autoridades. Miles de personas han sido desplazadas por las inundaciones, que son peores en las áreas a lo largo de la cuenca del río Nilo.

T: MF

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