Sector privado cubano ante necesidad de diversificar sus mercados

La terraza del restaurante La Farmacia, de gestión privada, en el peatonal y turístico Callejón de los Peluqueros, en el corazón de la Habana Vieja, en la capital cubana, participante en la Ruta de Tapas, que durante agosto busca acercar a la población local a locales de restauración destinados al turismo extranjero. Crédito: Ivet González/IPS
La terraza del restaurante La Farmacia, de gestión privada, en el peatonal y turístico Callejón de los Peluqueros, en el corazón de la Habana Vieja, en la capital cubana, participante en la Ruta de Tapas, que durante agosto busca acercar a la población local a locales de restauración destinados al turismo extranjero. Crédito: Ivet González/IPS

Cuando cae la tarde de un sábado de agosto, apenas dos mesas permanecen vacías en el restaurante privado La Farmacia, ubicado en el Callejón de los Peluqueros, una calle peatonal de La Habana Vieja repleta de emprendimientos dirigidos a los turistas internacionales.

Pero ese día quienes colman el lugar son clientes locales que, con un folleto plegable rojo en mano, asisten a un proyecto de promoción inusual en Cuba, llamado Ruta de Tapas Habana, que organiza durante agosto el directorio gastronómico privado A la mesa, junto a 11 restaurantes y una marca chilena de vino.

Promovida en redes sociales y medios alternativos, la Ruta invita a recorrer de viernes a domingo, en un horario especifico, los locales seleccionados, que ofertan una tapa con elementos de la cocina cubana junto a una copa de vino, a un precio subsidiado por los participantes y por ello más asequible para una parte de la población local.[pullquote]3[/pullquote]

“Es realmente una fortaleza de la Ruta de Tapas que las personas nacionales conozcan el lugar y nuestros servicios”, dijo a IPS Camila Gutiérrez, la representante de La Farmacia, que abrió sus puertas en 2014 en un pintoresca esquina del callejón, justo antes de que comenzara el boom turístico, que desde 2018 tiende al declive.

Con varias mesas en la calle  adoquinada y otras resguardadas en su pequeño interior, este restaurante enfocado al turismo y con una carta de comida saludable, ahora le toca reinventarse por los cambios del mercado. “Este momento no es comparable con ninguno de los años anteriores”, dijo Gutiérrez sobre el descenso de viajeros.

Ahora “vienen bastantes turistas latinoamericanos, europeos, incluso, el mercado chino se está insertando”, contó sobre los cambios visibles en corto tiempo en el mercado, que les obliga a revisar su oferta y adaptarse a nuevos gustos.

Los restaurantes, hostales y autos antiguos de lujo proliferaron con el boom turístico detonado en parte por las licencias de viaje permitidas a estadounidenses por el expresidente Barack Obama (2009-2017), durante el histórico deshielo entre los dos vecinos iniciado en 2014 pero que se recongeló con su sucesor, Donald Trump.

En junio, Washington asestó un duro golpe a La Habana con restricciones en las licencias de viaje permitidas a sus ciudadanos y la prohibición de la entrada de cruceros estadounidenses a puertos cubanos, lo que presiona al sector privado local, que tiene en los estadounidenses su principal mercado.

La estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei) reveló que en los siete primeros meses del año, el arribo de visitantes cayó 1,1 por ciento con respecto al mismo período de 2018, pero las perspectivas preocupan porque en julio el descenso fue de 23,6 por ciento respecto al mismo mes del año anterior.

Según la Onei, hasta agosto arribaron 2.856.761 visitantes provenientes de Canadá, Estados Unidos,  Francia, Alemania, México, Gran Bretaña,  Rusia, Italia, España y otros, en un año que la industria aspira a llegar a cinco millones de turistas.

Yondainer Gutiérrez, coordinador de A la Mesa, un directorio de locales de restauración de La Habana, mientras explicaba a IPS la adaptación que el sector realiza en Cuba, para lograr nuevos mercados que compensen el declive del boom del turismo extranjero. Crédito: Ivet Gonzáles/IPS
Yondainer Gutiérrez, coordinador de A la Mesa, un directorio de locales de restauración de La Habana, mientras explicaba a IPS la adaptación que el sector realiza en Cuba, para lograr nuevos mercados que compensen el declive del boom del turismo extranjero. Crédito: Ivet Gonzáles/IPS

“Aunque todo se ha complicado del lado externo con presiones hacia una parte del sector privado y la economía nacional atraviesa una situación tan complicada, muchas personas siguen viendo en el sector privado una oportunidad de generarse ingresos y realizar sus proyectos de vida en Cuba”, aseguró a IPS el coordinador de la consultora Auge, Oniel Díaz.

Muy conocido en el mundo del emprendimiento en La Habana, Díaz es un biólogo con posgrados en comercio y experiencia en empresas estatales, que junto a otras tres personas creó en 2014 esta consultoría para quienes quieren empezar o mejorar un negocio privado de mediana envergadura.

Hasta ahora, Auge ha apoyado a 50 clientes, con emprendimientos diversos como restaurantes, hostales y talleres mecánicos, dentro de las 128 actividades donde las autoridades permiten los negocios “por cuenta propia”, como se llama localmente al sector privado, que actualmente emplea a casi 600.000 personas.

Pero el sector no estatal, al que se suman las cooperativas, ya cubre una parte considerable de la economía porque emplea más de 1,4 millones de trabajadores mientras el Estado contrata a poco más de tres millones.

“Sin dudas el sector privado llegó al panorama económico cubano para quedarse, no solo porque lo han dicho las autoridades sino porque ya es imposible echarlo a un lado por decisiones políticas ni situaciones coyunturales”, sostuvo Díaz, quien identifica las actuales estrategias del sector para sostenerse, como prueba de su solidez.

“Por ejemplo, negocios en La Habana Vieja llegan a nosotros en busca de cambios para no seguir dependiendo del turismo estadounidense, del vaivén de la política entre Cuba y Estados Unidos”, continuó el coordinador de la consultoría, que en sí misma es un ejemplo del alcance del emprendimiento privado, pese a los obstáculos.

Con el folleto de la Ruta de Tapas Habana al lado, unas clientas degustan los platos que se ofrecen en el hotel Packard, en la capital cubana, dentro de la iniciativa para acercar a la población local a establecimientos dedicados al turismo extranjero. Crédito: Ivet González/IPS
Con el folleto de la Ruta de Tapas Habana al lado, unas clientas degustan los platos que se ofrecen en el hotel Packard, en la capital cubana, dentro de la iniciativa para acercar a la población local a establecimientos dedicados al turismo extranjero. Crédito: Ivet González/IPS

Tampoco faltan limitaciones internas para este segmento que bracea hoy entre el desabastecimiento de los mercados y medidas como el tope de precios a los agroproductos y trasportación, aplicadas por las autoridades para contener los efectos de la actual recaída económica.

La situación de la economía cubana empeoró desde 2016 y se acentuó este año a causa del colapso de Venezuela, que todavía cubre un porcentaje del petróleo requerido en Cuba, y la intensificación del embargo económico estadounidense, vigente desde 1962.  [related_articles]

“De agosto de 2017 para acá, el sector ha vivido una inestabilidad en cuestiones regulatorias”, valoró Díaz. “Las autoridades cubanas no acaban de tomar una decisión firme y sostenida de cómo van a operar los negocios”, lamentó el experto, que junto a su equipo realiza folletos digitales y gratuitos para facilitar la comprensión del marco legal para el sector.

Este panorama frena a un rubro que economistas identifican como clave para salir de la actual crisis.

Documentos programáticos del desarrollo hasta 2030 del país de gobierno socialista y economía aún centralizada prevén hasta la legalización de pequeñas y medianas empresas privadas, aunque se desconoce una fecha exacta.

“Nosotros no estamos pidiendo muchos permisos para hacer las cosas, obviamente todo respeta el marco legal vigente, pero intentamos hacer y hacer lo mejor posible”, dijo Yondainer Gutiérrez, el coordinador de A la Mesa, sobre la Ruta de Tapas y su aporte a los negocios en su mayoría privados.

Con más de 1.200 negocios de restauración de todas las formas de gestión en su directorio, el equipo de A la Mesa propone proyectos como esta Ruta para captar a los clientes cubanos, que se hace por segunda ocasión y en un mes y horario de habitual poca afluencia a los restaurantes de La Habana Vieja. Esta vez participa también un hotel con inversión extranjera.

“La promoción de la ruta corre por nuestra cuenta, en redes sociales, boca a boca, con volantes”, explicó Gutiérrez, que lamenta el poco apoyo recibido. “Hemos pedido ayuda a medios de comunicación estatales y no hemos recibido respuesta alguna, tampoco de la Oficina del Historiador de la Ciudad”, especificó a IPS.

La Ruta acudió a esa oficina estatal, que se encarga de la conservación y manejo del casco histórico, porque la iniciativa este año se presenta como parte de las celebraciones por los 500 años de la capital cubana en noviembre.

Entre risas y conversaciones con amigas,  la relacionista pública Jenny Pupo contó sus impresiones sobre la Ruta, que conoció por redes sociales y a la que acude por primera vez. “Me ha parecido fascinante… la idea es genial. Si no fuera por esta oferta, no pudiéramos venir aquí, al hotel Iberostar Grand Packard”, opinó, por los costos inabordables de estos establecimientos para los cubanos de ingresos promedio.

Edición: Estrella Gutiérrez

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