Dos importantes grupos humanitarios alertan que las sanciones de Estados Unidos contra Irán están deteniendo los flujos de efectivo para el trabajo humanitario vital en el país, lo que suma otra complicación a la creciente brecha entre Washington y Teherán.
El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) y la Sociedad de la Media Luna Roja Iraní (IRCS) se quejaron de que la llamada campaña de «máxima presión» sobre Irán del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está paralizando en ese país del Medio Oriente la asistencia clave para las víctimas de las inundaciones y los refugiados.
Jan Egeland, secretario general del NRC y exfuncionario de las Naciones Unidas, advirtió que el apoyo a unas 82.000 personas en Irán podría interrumpirse a mediados de agosto porque su grupo no puede ingresar fondos a la república islámica.
«Hemos intentado, durante un año completo, encontrar bancos que puedan y estén dispuestos a transferir dinero de donantes occidentales para apoyar nuestro trabajo para los refugiados afganos y las víctimas de desastres en Irán, pero estamos golpeando paredes de ladrillo por todos lados», dijo Egeland
A su juicio, «las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán son tan amplias que los bancos no están dispuestos a facilitar las transferencias para el trabajo humanitario”.
“Si todos los canales bancarios están bloqueados, entonces también lo está la entrega de ayuda crítica a las personas vulnerables», insistió el directivo del NRC.
Mientras tanto, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (FICR) y de la Media Luna Roja, con sede en Ginebra, ha recaudado fondos para atender las consecuencias de las inundaciones en el mundo, que no puede transferir a su equipo local, el IRCS.
«Debido a las sanciones de Estados Unidos, el IRCS no ha podido recibir contribuciones en efectivo de tres millones de euros” que “la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han donado a las personas afectadas por las inundaciones de Irán”, explicaron la FICR y la Media Luna Roja en un comunicado.
En 2018, Trump retiró a Estados Unidos de un acuerdo nuclear entre Irán y las potencias mundiales clave, suscrito en 2015, y luego aumentó las sanciones para presionar a Teherán mediante su estrangulación económica.
Trump dijo que el acuerdo histórico negociado por su predecesor, Barak Obama, no fue lo suficientemente lejos para evitar que Irán construya armas nucleares o ni estableció medidas para detener su apoyo a las milicias extranjeras y el desarrollo de misiles balísticos.
Funcionarios de la Casa Blanca defienden que las sanciones están dirigidas al sector energético de Irán y a la cúpula del régimen de los ayatolás, y no se aplican a artículos esenciales como alimentos, medicinas y ayuda humanitaria, aun cuando estos hayan sido afectados indirectamente.
Alemania y Francia y Gran Bretaña han tomado medidas para contrarrestar las restricciones de Washington, como el establecimiento de un instrumento financiero de apoyo al intercambio comercial (Intex), destinado a facilitar el comercio y los negocios entre Irán y los países europeos, soslayando al sistema financiero estadounidense.
Sin embargo, los informes indican que los temores sobre sobre el alcance de las sanciones estadounidenses han provocado que los agentes financieros occidentales no utilicen el Instex, por lo que el instrumento solo ha atraído a una pequeña cantidad de recursos de las empresas europeas, dejando a Irán sin recursos.
Según Egeland, los banqueros de Europa están demasiado asustados para mover dinero a Irán a pesar de las exenciones al régimen de las propias sanciones.
«Los bancos noruegos, europeos y de otro tipo tienen demasiado miedo de las sanciones de Estados Unidos para transferir el dinero que los gobiernos europeos han dado para nuestro trabajo de ayuda vital», dijo Egeland en otro comunicado.
«Nos quedaremos sin efectivo en dos semanas y ya no podremos brindar ayuda a las familias afganas pobres», agregó, en referencia a los más de tres millones de afganos que huyeron al vecino Irán de los conflictos, pobreza y desastres naturales en su país.
El posible cierre de las operaciones de ayuda en Irán es solo el último derrame de una escalada de tensiones entre Washington y Teherán, en medio de los temores generalizados de que podría convertirse en un enfrentamiento militar.
En medio de la crisis, Trump suspendió los ataques aéreos contra Irán en el último minuto de junio después de que las fuerzas de la república islámica derribaron un avión no tripulado de vigilancia militar estadounidense en el Golfo con un misil tierra-aire.
Trump ha reiterado públicamente que está dispuesto a mantener conversaciones con las autoridades iraníes, pese a sus críticas sobre su incompetencia, el peligro que representan para su aliado, Israel, la seguridad regional y los intereses estadounidenses.
T: MF