¿Pagarán los refugiados palestinos el costo de los errores de UNRWA?

Un camión con ayuda para los refugiados palestinos, de Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente. Crédito: UNRWA
Un camión con ayuda para los refugiados palestinos, de Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente. Crédito: UNRWA

Se teme que la crisis que amenaza el futuro de la UNRWA tenga un impacto devastador para la credibilidad de las Naciones Unida y, peor, para la vida de cinco millones de refugiados palestinos cuya supervivencia depende de los servicios humanitarios proporcionados por esa agencia de la ONU con sede en Ammán y Gaza.

Mouin Rabbani, investigador principal del Instituto de Estudios de Palestina, dijo a IPS que “esta crisis debe resolverse en forma veloz, de acuerdo con los procedimientos organizativos adecuados”.

Algo imperioso, subrayó, por el propio bien de la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente), como para garantizar que esos refugiados no paguen “el costo de lo que es indiscutiblemente una campaña política dirigida por Estados Unidos e Israel para eliminar a los refugiados palestinos y sus derechos de la agenda internacional».

Rabbani dijo que la crisis de UNRWA se debe mirar desde una doble perspectiva: organizativa y política.

Visto desde el lado organizativo, consideró, el comisionado general de la UNRWA, Pierre Krahenbuhl, está formalmente acusado de concentrar ilegítimamente poder para restringir la toma de decisiones en un pequeño círculo de colaboradores cuidadosamente seleccionados y poder cometer así abusos de autoridad extremadamente graves.

Significativamente, señaló Rabbani, estas acusaciones han emanado desde dentro de UNRWA, y también desde la Oficina de Ética de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que afirma tener evidencia «creíble y corroborada» sobre las irregularidades.

Esa Oficina presentó un detallado informe al secretario general de la ONU, António Guterres, que lo consideró lo suficientemente sólida como para pedir una investigación formal por parte de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU (OSSI).

Mientras continúan las investigaciones, Bélgica, Holanda y Suiza suspendieron sus contribuciones a UNRWA, después que ya, desde enero de 2018, la administración estadounidense de Donald Trump decidió, principalmente por razones políticas, retener un aporte a la Agencia de 65 millones de dólares, de un paquete de ayuda 125 millones, lo que desencadenó su crisis financiera.

Un exalto funcionario de la ONU, que habló bajo condición de anonimato, expresó su alarma por el hecho de que algunos Estados miembros se apresuraron a suspender sus contribuciones, vitales para UNRWA, con lo que castigan a palestinos inocentes, con lo que decenas de miles de niñas y niños serán víctimas de nuevas privaciones.

«Dar un paso tan drástico, con base en la cobertura mediática de un informe interno confidencial que no está disponible para los Estados miembros y que ellos saben que la OSSI todavía está investigando, es demasiado duro, especialmente en un momento en que incluso la separación de un solo niño refugiado de sus padres es considerado inaceptable «, declaró a IPS.

El diplomático manifestó su alarma por la demonización de los altos funcionarios de la UNRWA sobre la base de las filtraciones a los medios del informe confidencial de la Oficina de Ética, que son necesariamente selectivas pero también podrían ser erróneas, engañosas o francamente maliciosas, al ser un asunto que incluye a Palestina e Israel.

Puntualizó que la Oficina de Ética es una unidad clave de la ONU diseñada para verificar los abusos, y sus informes se toman en serio.

Pero acotó que no tiene el mandato ni los recursos para realizar investigaciones definitivas, por lo que reúne y presenta información y evidencia a la OSSI para su verificación.

El diplomático enfatizó que incluso si la OSSI encontrara graves fallas e irregularidades de los directivos de la UNRWA, los refugiados palestinos no deberían sufrir las consecuencias.

A su juicio, UNRWA recibió un golpe catastrófico cuando Trump canceló la contribución anual de 360 ​​millones de dólares de Estados Unidos. Pero una intensa y continua campaña de UNRWA había recaudado el mes pasado más 110 millones de otros países.

«Si UNRWA estuviera plagado de graves disfunciones en la parte superior, no puedo imaginar que los Estados miembros no estuvieran totalmente conscientes y hubieran sido tan excepcionalmente solidarios», declaró el antiguo alto funcionario del foro mundial.

Según la UNRWA, su financiamiento proviene casi en su totalidad por contribuciones voluntarias. La única excepción es un subsidio muy limitado del presupuesto ordinario de la ONU, que se utiliza exclusivamente para gastos administrativos.

«El trabajo de UNRWA no podría llevarse a cabo sin contribuciones sostenidas de los gobiernos de los Estados y las regiones, la Unión Europea (UE) y otros socios gubernamentales, que representaron  93,28 por ciento de todas las contribuciones en 2018», indicó la Agencia.

En 2018, añadió en un informe, 50 por ciento de los compromisos totales de aportes, de unos 1.270 millones de dólares, provino de los Estados miembros de la UE, que contribuyeron con 643 millones de dólares, incluida la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque.

La UE (incluida la Comisión Europea), Alemania y Arabia Saudita fueron los principales donantes individuales, aportando acumuladamente 40 por ciento de la financiación total de la Agencia. Gran Bretaña y Suecia también se encontraban entre los cinco principales donantes.

E l investigador Rabbani planteó a IPS que lo correcto para Krahenbuhl es renunciar de inmediato si sabe que estas acusaciones tienen fundamento.

O separarse temporalmente de su cargo de comisionado general hasta que concluya la investigación de la OSSI, si considera que son acusaciones falsas o interesadas de un entorno hostil, en vista de su gravedad.

Si se niega a hacerlo, como parece ser el caso, Guterres debería ejercer su responsabilidad y colocar a Krahenbuhl en licencia administrativa con efecto inmediato hasta que se resuelva el asunto.

«Esto es lo que cabría esperar que suceda, y de hecho a menudo se hace, tanto en el sector público como en el privado”, planteó.

A su juicio la renuncia de varios subordinados de Krahenbuhl y el nombramiento de un director adjunto interino para la UNRWA “es una respuesta insuficiente que podría decirse que solo sirve para profundizar la crisis y aumentar el daño tanto a UNRWA como a la ONU».

Además, no favorece a la imagen de la ONU y de su Secretaria General que se haya sabido que el informe de la Oficina de Ética y las acusaciones contra Krahenbuhl se le comunicaron en diciembre de 2018 y que, desde entonces, no se adoptó ninguna medida relevante hasta el que documento se filtró a los medios en julio.

Es este punto el que más subrayan los donantes que suspendieron sus contribuciones a la Agencia y otros Estados que anunciaron que estudian medidas similares.

Desde una perspectiva política, dijo, es vital tener en cuenta que esta crisis ha estallado en un momento crítico para la UNRWA, cuando la administración Trump ataca la existencia misma de la Agencia y se prevé que usará la crisis para liquidar la asistencia a los refugiados palestinos.

Además, el mandato de UNRWA debe renovarse en los próximos meses y son muchos los que recelan de la confluencia de las filtraciones sobre su irregular manejo y la intensificación de la campaña de Estados Unidos y su aliado Israel contra la Agencia y los refugiados a los que asiste.

El contexto político es el que hace aún más urgente una actuación de la ONU sobre la permanencia de Krahenbuhl como comisionado general, cargo que ejerce desde 2014.

Para Rabbani, la prioridad tiene que ser la de los refugiados palestinos, que son el sector más vulnerable de un pueblo en permanente crisis.

«Esta crisis, y la respuesta ante su estallido, es la prueba definitiva de su compromiso (de Krahenbuhl) con este mandato, y si falla, los altos cargos de la ONU deben intervenir en forma clara y sin más demoras, para preservar los intereses de la propia ONU, de la UNRWA y de los refugiados palestinos a los que sirve”, subrayó.

Sin perjuicio de la gravedad de las acusaciones, el especialista en asuntos palestios dijo que es importante tener en cuenta cuatro elementos:

a) Las acusaciones se han dirigido contra individuos dentro de UNRWA y no contra la agencia misma.

b) El propio informe de ética de UNRWA señala que la decisión de Estados Unidos de terminar las contribuciones a UNRWA y hacer campaña para la eliminación de la Agencia, así como la crisis resultante dentro de la Agencia, forman el contexto en el que ocurrieron los presuntos abusos de autoridad.

c) Los abusos de autoridad y otras conductas inapropiadas que se detallan en el informe no son exclusivos de UNRWA, y se han documentado abusos similares y más discutibles en otras agencias de la ONU a lo largo de los años.

d) Las acusaciones se refieren principalmente a altos funcionarios ajenos al personal palestino (Krahenbuhl es suizo y su asistente principal estadounidense). El único miembro del personal palestino implicado ya ha sido despedido.

T: MF

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