Las precipitaciones extremas y las graves inundaciones que amplifican el cambio climático, causan devastación entre las comunidades. Pero esos peligrosos eventos también son clave en la recarga de los acuíferos en los secos territorios de África subsahariana, haciéndolos valiosos dentro de la adaptación al recalentamiento planetario.
Esa paradoja la revela una investigación publicada el miércoles 7 por la revista Nature, dirigida por el University College de Londres (UCL) y la Universidad de Cardiff.
«Nuestro estudio revela, por primera vez, cómo el clima juega un papel dominante en el control del proceso por el cual se reponen las aguas subterráneas», dijo a IPS el profesor de hidrogeología de la UCL, Richard Taylor. El investigador codirigió el nuevo estudio, realizado por un consorcio de 32 científicos de diferentes universidades e instituciones de África y otros continentes.
Los investigadores revisaron un conjunto de datos sobre los niveles de agua de 14 pozos en la región que generalmente no son utilizados por personas.
«Nuestros resultados basados en datos implican una mayor resiliencia al cambio climático de lo que se suponía anteriormente en muchos lugares desde una perspectiva de aguas subterráneas”, explicó Taylor.
El investigador puntualizó que “esos hallazgos cuestionan, por ejemplo, el consenso del IPCC (Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático)” sobre la gran merma que el recalentamiento global producirá en los recursos hídricos de las regiones subtropicales secas.
El Quinto Informe de Evaluación del IPCC afirma, justamente, que «se prevé que el cambio climático durante el siglo XXI reducirá significativamente los recursos renovables de agua superficial y subterránea en la mayoría de las regiones subtropicales secas, intensificando la competencia por el agua entre sectores».
El agua subterránea desempeña un papel central en el mantenimiento de los suministros de agua y los medios de subsistencia en la región de África subsahariana debido a su amplia disponibilidad, generalmente de alta calidad y su capacidad intrínseca para amortiguar los episodios de sequía y aumentar la variabilidad climática.
Por lo tanto, el hallazgo es una buena noticia para las comunidades y los gobiernos de África, donde los medios de vida dependen cada vez más de las aguas subterráneas.
«En nuestro presupuesto actual, hemos asignado más de 164 millones de chelines kenianos (1,64 millones de dólares) a proyectos de riego, y la mayor parte del agua que ya se utiliza proviene de pozos», dijo a IPS Chris Aleta, ministro de Agua e Irrigación del condado de Turkana, en Kenia.
Turkana es un condado dedicado al pastoreo y uno de los más secos de Kenia. La investigación ha revelado que entre 1977 y 2016, el ganado, que es la principal fuente de sustento en este territorio, se redujo en 60 por ciento.
Actualmente miles de hogares están produciendo cultivos hortícolas que se venden localmente en las principales ciudades e incluso en el extranjero.
«Algunos de nosotros no tenemos una sola vaca para pastar», dijo a IPS el pastor Paul Samal, del pueblo de Kaptir Ward, parte del condado, que se ha tenido que reconvertir en agricultor.
«Tenía más de 200 cabras y un rebaño de 50 reses, pero la mayoría de ellas fueron consumidas por la sequía en 2011, y el resto fue robado en 2015», dijo este padre de cinco hijos.
Entonces, en 2016 comenzó a usar agua subterránea para cultivar tomates, sandías y vegetales autóctonos.
La capital de Kenia, Nairobi, depende en gran medida de las aguas subterráneas para complementar su fuente hídrica principal, la presa Dakaini, cuya recarga depende principalmente de lluvias cuyas temporadas son poco confiables.
Tanzania, vecina de Kenia, también se beneficiará de los hallazgos. La capital del país, Dodoma, se basa únicamente en el agua subterránea del campo de pozos Makutapora.
Según Lister Kongola, un hidrólogo retirado que trabajó para el gobierno de Tanzania de 1977 a 2012, la demanda de agua en Dodoma ha aumentado con los años, de 20 millones de litros por día (l/día) en la década de los 70 a 30 millones de l/día en la década de los 80 y hasta los actuales 61 millones de l/día.
El Banco Mundial estima que al menos 70 por ciento de los más de 250 millones de personas que viven en los países del sur de África dependen del agua subterránea como su principal fuente del recurso para beber, saneamiento y medios de subsistencia a través de la agricultura, la salud del ecosistema y el crecimiento industrial.
Según los científicos, comprender el nexo de los extremos climáticos y la reposición de las aguas subterráneas es vital para la sostenibilidad. Esta mejor comprensión también es crítica para producir proyecciones de impacto y estrategias de adaptación confiables sobre el cambio climático.
El nuevo estudio también encontró que, a diferencia de las tierras secas, donde las fugas de las corrientes estacionales, los ríos y los estanques reponen las aguas subterráneas, en las zonas húmedas las aguas subterráneas se reponen principalmente por la lluvia que se infiltra directamente desde la superficie.
«Este hallazgo es importante porque las evaluaciones basadas en modelos de los recursos de agua subterránea actualmente ignoran la contribución de las corrientes y estanques con fugas a los suministros de agua subterránea, subestimando su renovabilidad en las tierras secas y la resistencia al cambio climático», dijo Mark Cuthbert, científico investigador de la Universidad de Cardiff.
Según Michael Arunga, de la organización humanitaria World Vision International, que entre sus actividades en ocasiones apoya a las comunidades durante los eventos climáticos extremos, los hallazgos son vitales para la planificación espacial de los gobiernos en África.
«Lo bueno es que las sequías extremas y las temporadas de lluvia son predecibles, y los patrones son los mismos en África», dijo Arunga a IPS. «Por lo tanto, estos hallazgos facilitarán a los gobiernos el diseño de políticas para el uso sostenible del agua subterránea basadas en el conocimiento», añadió.
Dado que las inundaciones extremas se pueden predecir fácilmente con hasta nueve meses de anticipación, los investigadores dicen que existe la posibilidad de diseñar esquemas para mejorar la recarga de aguas subterráneas mediante la captura de una parte de las descargas de inundaciones a través de un proceso conocido como recarga gestionada de acuíferos.
Según Daniel Olago, profesor titular del Departamento de Geología de la Universidad de Nairobi, el agua subterránea en África sigue siendo un recurso oculto que no se ha estudiado exhaustivamente.
«Cuando las personas quieren acceder al agua subterránea, les piden a los expertos que salgan y realicen un estudio hidrogeofísico básicamente para ubicar un pozo sin necesariamente comprender las características de ese acuífero en particular», dijo a IPS.
Sin embargo, en el pasado reciente, los consejos de investigación de Gran Bretaña, el Departamento de Desarrollo Internacional y la Real Sociedad de Londres han estado apoyando estudios que buscan comprender el potencial de los recursos de aguas subterráneas en África, y cómo se puede utilizar para aliviar la pobreza.
«Al entrar en el siglo XXI con el cambio climático, con una población en crecimiento, con centros urbanos en rápido crecimiento, el agua subterránea será cada vez más muy importante», concluyó Olago.
T: MF