Los países del Sur en desarrollo, más de las dos terceras partes de los 193 Estados miembro de la ONU, se quejan de que no están bien representados en los cargos más altos del foro mundial, a pesar de que hay candidatos capacitados, competentes, profesionales y con formación académica.
El Grupo de los 77 (G77) países en desarrollo, con 134 miembros, la mayor coalición dentro de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) considera que: “los permanentes desequilibrios en la representación geográfica en la Secretaría General son un gran motivo de preocupación”.
La ONU ha recibido elogios por garantizar una representación equitativa de mujeres en los últimos años, pero todavía descuida las candidaturas de ciudadanos de países en desarrollo de Asia, Medio Oriente, África y América Latina y el Caribe.
Los empleos de alto nivel terminan generalmente en manos de candidatos de países occidentales, grandes donantes o de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
“Todos los secretarios generales, sin excepción, terminan cediendo a las demandas de las grandes potencias”, observó un diplomático asiático, que prefirió mantener reserva de su identidad. “Esos países creen que los cargos altos son un derecho de nacimiento”, se lamentó.
La representación geográfica equitativa es clave para garantizar el carácter internacional de la organización y sus Estados miembro, dijo Karim Ismail, de Egipto, en la Comisión de Asuntos Administrativos y Presupuestarios, hablando en nombre del G77 y China, en noviembre.
También pidió mayor transparencia en cómo se mide la representación geográfica y en la base de esa evaluación, al urgir a la Secretaría a realizar mayores esfuerzos en ese sentido, incluida la representación de países que aportan soldados y policías.
“La Asamblea General necesita información más completa y fácil de comprender sobre cómo la paridad de género y la representación geográfica se reflejan en los 38.000 cargos de la Secretaría General”, añadió Ismail.
Los altos cargos incluyen los subsecretarios general, los secretarios generales adjuntos, directores (categorías D1 y D2), jefes de misiones de paz en el extranjero, la mayoría en África, y enviados especiales del secretario general, António Guterres.
De acuerdo al sistema de equidad geográfica, cuando el secretario general es de un país occidental, el subsecretario general es de una nación en desarrollo, y vice versa. En la actualidad, Amina Mohammed, de Nigeria, tiene el segundo cargo más alto de la ONU, después de Guterres, ex primer ministro de Portugal.
El presidente del Comité Coordinador de Sindicatos y Asociaciones de Funcionarios Públicos Internacionales del Sistema de la ONU, con 60.000 miembros, Ian Richards, dijo a IPS: “La situación actual en que el personal de países en desarrollo tiene menos probabilidades de acceder a un cargo alto es inaceptable y, por desgracia, refleja la influencia política y económica” en el foro mundial.
“Guterres debe mantener un debate franco al respecto”, sostuvo. De lo contrario, las tan mentadas reformas serán un ejercicio inutil y no tendrán mucho significado.
Entre los mayores contribuyentes al presupuesto regular de la ONU, y que reclaman su derecho a los cargos altos están: Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Rusia. Entre los países asiáticos están China (asociada al G77) y Japón, que aunque es asiático, no pertenece al grupo de países en desarrollo y tiene un gran peso económico como donante, son favoritos para los altos cargos.
Pero Asia no es solo China, Japón e India, de los estados con más habitantes del mundo.
Jayantha Dhanapala, ex secretario general adjunto para Asuntos de Desarme, dijo a IPS que es sabido que la ONU busca activamente reclutar japoneses mandando un equipo especializado, como forma de reconocer el gran aporte económico de Japón.
“Es necesario hacerlo también con otros. Hay grandes vacíos en el reclutamiento de Recursos Humanos en la ONU, con Occidente que se queda con los mejores empleos, aunque hubo avances con respecto a la contratación de mujeres para enderezar los desequilibrios del pasado”, añadió.
Los responsables son principalmente los Estados miembro, aunque también el actual secretario general, observó el ex secretario general adjunto Ramesh Thakur, profesor emérito de la Facultad Crawford de Políticas Públicas, de la Universidad Nacional Australiana.
Los países asiáticos deben, primero, promover a sus conciudadanos, y segundo, promover a todo el grupo asiático.
Pueden reclamar, por ejemplo, que como la Universidad de la ONU es el único órgano del foro mundial con sede en Asia, el rector sea siempre asiático.
De hecho, un solo rector fue asiático, otro fue de América Latina, no hubo ningún africano y hubo tres de Europa occidental y otras regiones de la ONU.
Thakur señaló que se debería pedir cada dos años a los Estados miembro un informe sobre la representación regional en los altos cargos.
“El simple hecho de tener que presentar la documentación hará que el secretario general y el sistema de la ONU sean más sensibles a una representación desigual”, declaró.
Samir Sanbar, secretario general adjunto y director del Departamento de Información Pública, dijo a IPS: “la representación geográfica equitativa, como establece la Carta de la ONU, se desgastó progresivamente en las últimas dos décadas, a pesar de la disponibilidad de candidatos calificados”.
En la actualidad, precisó, dos británicos dirigen dos departamentos, de Comunicaciones Globales y de Asuntos Humanitarios, un neozelandés dirige el de gestión, y uno de Portugal está al frente de la oficina de asuntos legales.
Además, Francia sigue dirigiendo el Departamento de Operaciones de Paz, desde 1996, y China, el de Asuntos Sociales y Económicos. Estados Unidos suele estar al frente del Departamento de Asuntos Políticos, y Rusia, de la oficina de la ONU en Viena, luego de encabezar la de Ginebra.
Hubo algunos nombramientos notorios, independientemente de la nacionalidad del candidato producto de sus credenciales superlativas.[related_articles]
Por ejemplo, Brian Urquhart fue el director del Departamento de Operaciones de Paz más distinguido, independientemente de ser británico, al igual de Bernard Miyet, de Francia.
Otras figuras destacadas de países en desarrollo fueron Sergio Vieira de Mello (Brasil), Jayantha Dhanapala (Sri Lanka) y Nitin Desai (India), apuntó Sanbar, quien trabajó con cinco secretarios generales distintos en toda su carrera.
“Como dijo el inspirador (secretario general entre 1953 y 1961) Dag Hammarskjold: La ONU necesita de las grandes potencias para sobrevivir y de las pequeñas para tener éxito”, apuntó Sanbar.
Mientras, el grupo asiático representa 27 por ciento de los Estados miembro y más de la mitad de la población mundial, pero sigue concentrando solo 17 por ciento del personal internacional de la Secretaría General.
Por su parte, Mahesh Kumar señaló que hay menos de 10 por ciento de los 38.000 funcionarios cubiertos por el sistema de rangos deseables. Y aun para esos 3.600 cargos, 64 países están subrepresentados o sin representación alguna, y 50 son naciones en desarrollo.
Además, el número de Estados miembro en la categoría no representados o subrepresentados aumenta desde 2014.
Y casi 60 naciones en desarrollo más están en niveles tan bajos en términos de rango deseable de representación que están en riesgo de caer a la categoría de subrepresentados, apuntó.
Casi la mitad de los comandantes de las misiones de paz, seis de 14, son de Europa occidental, es decir 14 por ciento de todos los Estados miembro.
En la actualidad, cinco de los mayores contribuyentes a las fuerzas de paz, con 90.000 soldados, son Etiopía, con 7.597 efectivos, Bangladesh, con 6.624, Ruanda, con 6.528, India, con 6.445, y Nepal, con 6.098.
En cambio, de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, China está en el lugar 10 con 2.515 soldados, Francia, en el 31, con 729, Gran Bretaña, en el 36, con 618, Rusia, en el 68, con 85, y Estados Unidos, en el 77, con 51 efectivos.
Traducción: Verónica Firme