El cambio climático genera fenómenos meteorológicos extremos que son un desafío para sectores vulnerables, como los pequeños agricultores del mundo en desarrollo que, entre 2004 y 2014, cargaron con gran parte del costo de 100.000 millones de dólares que provocaron los desastres naturales.
Como los seguros tradicionales son caros, especialmente para los pequeños agricultores del medio rural, la alternativa – el seguro climático, que vincula los pagos a hechos provocados por condiciones meteorológicas extremas – es cada vez más popular.[pullquote]3[/pullquote]
En Zambia, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha dirigido una intervención de este tipo durante los dos últimos años en el distrito de Pemba, en la Provincia del Sur. El producto se basa en la mejora de la captación del crédito y de ahorro, dos factores clave para el crecimiento agrícola, y se dirige a los agricultores que adoptaron prácticas de agricultura de conservación inteligentes para el clima.
El proyecto, conocido como Iniciativa de Resiliencia Rural R4, adopta un enfoque integral de la gestión del riesgo mediante la integración de una mejor gestión de los recursos naturales (reducción del riesgo de desastres), crédito (prudente toma de riesgos), seguros (transferencia de riesgos) y ahorro (reservas de riesgo).
¿El proyecto logró ayudar a los pequeños agricultores? Abshy Nchimunya, del Club de Granjeros de Kayokela, considera que sí, y mucho. Aunque ningún agricultor recibió pagos en los dos años del proyecto piloto, el hombre de 34 años cree que el hecho de tener la cobertura de seguro es un incentivo suficiente para que los productores resistan a los vaivenes climáticos.
El proyecto “me abrió los ojos para comenzar la diversificación de cultivos y así mejorar la seguridad alimentaria en mi hogar», afirmó Nchimunya. «Además, la oportunidad de acceder a los insumos a tiempo a través de las microfinanzas me hizo plantar temprano y en una gran extensión, lo que no sucede en mis prácticas agrícolas desde hace mucho tiempo», añadió.
A lo largo de los años, Nchimunya, al igual que muchos agricultores de su zona, siempre había cultivado el maíz como cultivo principal. Pero cuando llegó el proyecto, especialmente con la cobertura de seguros como recompensa por las prácticas agrícolas de conservación, se convirtió en un incentivo para que los agricultores se diversificaran en otros cultivos, como el caupí y los porotos.
Choobwe Meldah, de 29 años y perteneciente al Campo Agrícola de Ndondi, en la localidad de Sinamanjolo, considera que el énfasis del proyecto en la diversificación empoderó a las voces femeninas en hogares dominados por hombres donde las leguminosas suelen considerarse cultivos femeninos con poca o ninguna importancia.
«A lo largo de los años se nos condicionó a creer que el maíz es el mejor cultivo con unas pocas legumbres cultivadas solo para consumo doméstico, y principalmente cultivadas por nosotras las mujeres», indicó Choobwe.
Sin embargo, desde el R4, «los servicios de extensión mejoraron. Junto con la provisión de información meteorológica oportuna de los compañeros productores a cargo de las estaciones de pluviómetros del proyecto, tenemos confianza para plantar otros cultivos y ahora tratamos a la agricultura como un negocio», manifestó.
El enfoque integrado de R4 – crédito para los insumos, información meteorológica confiable, un mercado lucrativo y planes sencillos de ahorro – para la reducción del riesgo cambió la mentalidad de más de 2.000 agricultores, que antes se inclinaban por el monocultivo.
«El proyecto ha demostrado mucho impacto. Al menos de 60 a 70 por ciento de los agricultores están practicando la agricultura de conservación. Todos… están accediendo al seguro, el microcrédito y nosotros… nos aseguramos que pertenezcan a pequeños grupos de ahorro», explicó Nervous Nsansaula, de Ayuda al Desarrollo de la Gente para la Gente, una organización que aplica el R4.
«Como tenemos muchos casos de éxito, el plan ahora es extender el proyecto por cuatro años y alcanzar una meta de 17.000 agricultores pequeños en cuatro distritos», informó Stanley Ndhlovu, gerente de proyectos R4 en la oficina del PMA en Zambia.
Esos casos de éxito llevaron a agricultores y agencias de desarrollo a buscar maneras sostenibles de mejorar la adaptación climática de los productores dependientes de las lluvias.
El Centro Técnico para la Cooperación Agrícola y Rural y la Fundación Syngenta para la Agricultura Sostenible, como parte del programa de investigación de CGIAR sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria, analizaron cómo fortalecer la adaptación climática en una reunión de dos semanas del Cuerpo Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en mayo en Bonn, Alemania.
En la reunión, Bruce Campbell, director del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria de CGIAR, compartió el razonamiento de los agricultores referido a que los seguros brindan numerosas oportunidades, además de los pagos previstos por las pérdidas que causa el clima.
«A través de la investigación hemos visto que asegurar a los agricultores contra daños y pérdidas que causa el cambio climático es efectivo. Los seguros no solo compensan a los pequeños agricultores por pérdidas catastróficas, sino que también les permiten invertir y adaptarse, incluso cuando no reciben un pago», añadió.
Campbell aboga para que todos los actores se involucren con el fin de llegar a más agricultores, señalando la importancia de vincular a la industria aseguradora con el cambio climático y los investigadores agrícolas para desarrollar soluciones verdaderamente globales.
Michael Hailu, director del Centro Técnico para la Cooperación Agrícola y Rural, se refirió al proyecto emblemático de su organización, que pretende hacer que los cereales y la ganadería del sur de África sean resistentes al clima.
Con ese fin promueve cuatro soluciones específicas resistentes al clima para los productores de cereales y ganaderos, con semillas tolerantes a la sequía, mejores servicios de información climática, opciones diversificadas para los ganaderos y seguros climáticos innovadores.
«En uno de nuestros proyectos emblemáticos en el sur de África, 200.000 granjeros de maíz y ganado en Zimbabwe, Malawi y Zambia tendrán acceso a servicios de información meteorológica para 2019, lo que ayudará a reforzar el mercado de seguros como uno de los elementos de un paquete de soluciones de adaptación», explicó Hailu.
El proyecto se realiza en asociación con la Confederación de Sindicatos Agrícolas de África Austral. El cambio climático está afectando a todos los sectores de la economía de la región, pero especialmente a la agricultura, que generalmente subsiste gracias a la lluvia.
Traducido por Álvaro Queiruga