Brasil convirtió su Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) en una experiencia ejemplar, al vincularlo a la agricultura familiar, mejorando la nutrición de los 43 millones de estudiantes de la red pública de enseñanza infantil, básica y secundaria, y promoviendo al mismo tiempo el desarrollo local.
Desde 2009, por ley, al menos 30 por ciento de sus alimentos deben ser comprados a los agricultores familiares. Ello incrementó el consumo de verduras y frutas entre los niños y aseguró un mercado permanente a los horticultores locales.
Vitoria, capital del pequeño estado de Espirito Santo, en el sudeste del país y con costas al océano Atlántico, es una referencia del programa, por haber sido pionera en priorizar los pequeños proveedores de alimentos saludables, superando la cuota legal exigida.
En 2016 la agricultura familiar de los alrededores de la ciudad respondió por 34 por ciento de las compras, destacó Marcia Moreira Pinto, coordinadora del Sector de Alimentación y Nutrición de la Secretaría Municipal de Educación.
Para aprender de esta experiencia, 22 funcionarios de 12 países latinoamericanos y caribeños visitaron Vitoria entre el 16 y el 18 de mayo, en el marco del de plan del Fortalecimiento de Programas de Alimentación Escolar en América Latina y el Caribe, ejecutado por la Organización de Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO), con el objetivo mejorar la alimentación escolar en la región.
Para mayor información lea el artículo Brasil empuja nuevo modelo de alimentación escolar en la región.
Editado por Estrella Gutiérrez