La idea de crear IPS nació al comenzar los años 60 como consecuencia de la constatación de un vacío, en dos dimensiones.
Primero, un gran desequilibrio informativo mundial: un universo noticioso concentrado en los mayores países industrializados y manejado por pocas y grandes agencias y servicios de redifusión del Norte industrializado.
En el lado opuesto, falta de información sobre los países no desarrollados del Sur y no solo del Sur; casi ninguna información sobre sus realidades políticas económicas y sociales, salvo cuando ocurrían desastres naturales, e incluso muchas de las pocas informaciones estaban plagadas de prejuicios culturales sobre esos países. En resumen, poca imagen y mala imagen.
Segundo, la escasez en general de análisis y enfoques sobre los procesos detrás de los hechos noticiosos y la escasez en las agencias de géneros periodísticos como reportajes especiales, análisis, artículos de opinión y periodismo investigativo.[pullquote]3[/pullquote]
Las agencias se dedicaban principalmente a las “spot news” (noticia inmediata), a las meras noticias con escaso contexto. Es claro que ese género periodístico no deja lugar para los temas vinculados con el desarrollo.
Si, por ejemplo, se habla de una epidemia, o incluso de una catástrofe en un país del Tercer Mundo, las spot news se limitan a describir los hechos, transmitir las imágenes, y enfocar la asistencia internacional.
Pero generalmente no tratan de identificar las causas que hacen que enfermedades desaparecidas o completamente controladas en el Norte puedan generar terribles pandemias en algunos de los países menos desarrollados o que un terremoto de mayor intensidad en la ciudad estadounidense de Los Ángeles o en Japón cause muchas menos muertes y destrucción que uno de menor intensidad en Haití.
Este tipo de tratamiento superficial y parcial aún predomina en la información internacional.
La información contextualizada y analítica se encontraba en una parte de los periódicos al estilo anglosajón, en las llamadas páginas de opinión. Pero los artículos de fondo y análisis de las páginas de opinión se concentraban en los países del Norte, enfocados en los intereses del norte.
Con relación a los años 60 este tipo de artículos aumentó en forma neta, pero sigue prevaleciendo el enfoque del Norte.
Este tipo de periodismo vertical era funcional a los intereses de los países industrializados y, por lo tanto, se orientaba a prolongar y extender su dominación mundial y la subordinación de los países no industrializados y exportadores de materias primas, sin o con escaso valor agregado.
Esta estructura concentrada y desigual de la información mundial afecta a los países en desarrollo. A modo de ejemplo, debido a la imagen creada por la escasa y distorsionada información, era difícil que un empresario de una industria en expansión del Norte se decidiera a instalar una fábrica en países del Sur, sobre los que poco o nada sabía, que presumía poco civilizados y peligrosos, carentes de economías externas, con inseguridad jurídica, etcétera.
Es claro que pocos se arriesgaban y las inversiones se concentraban siempre más en la dimensión Norte/Norte, reforzando el desarrollo en los países desarrollados y el subdesarrollo en los países subdesarrollados.
En los años 60, los que creamos IPS nos propusimos trabajar para contribuir a corregir ese imagen parcial, desigual y distorsionada que las agencias internacionales daban del mundo de entonces, cuya geografía política y económica era por cierto bastante distinta de la actual.
De los países hoy emergentes se podía decir lo mismo que la irónica y despectiva frase que circulaba sobre Brasil: «Es el país del futuro… y lo será siempre.»
Se estaba en medio del proceso de descolonización en África, Asia y el Caribe. América Latina era políticamente independiente pero económicamente dependiente. En 1961 nace el Movimiento de los Países No Alineados
En IPS nunca nos propusimos presentar una imagen «positiva» de los países del Sur, disminuyendo u ocultando los problemas reales como la corrupción, sino un enfoque objetivo que integrase la información del Sur, con los puntos de vista e intereses del Sur, en el universo informativo.
Esto significaba un modo distinto de mirar el mundo y de hacer periodismo, es decir, mirarlo desde la realidad del Sur y de sus problemas sociales y económicos.
Veamos un ejemplo vinculado directamente al desarrollo.
Los medios tradicionales de información suelen asociar los aumentos de los precios de las materias primas con signos negativos: causantes de inflación, costosos para los consumidores y las familias, distorsionadores de la economía mundial.
Claramente, este punto de vista es el de los países industrializados, que importan materias a bajo costo que transforman en manufacturas y así pueden expandir sus empresas y competir en el mercado mundial.
No hay duda de que algunos aumentos fuertes y repentinos de algunas materias primas pueden causar problemas a la economía internacional e incluso afectar a las poblaciones de algunos países pobres que deben importar esas materias primas.
Pero el enfoque generalizado y constante contra los aumentos de precios de las materias primas omite una realidad: el estadísticamente comprobado deterioro secular de los precios de las materias primas en relación a los precios de las manufacturas, con la excepción del petróleo desde 1973.
Por lo tanto, la política editorial de IPS consiste en aportar informaciones y análisis que muestren como, sin precios justos y bien remunerados por sus materias primas, y sin un creciente valor agregado en sus productos agrícolas y minerales, los países exportadores de productos básicos, no podrán superar el desarrollo y la pobreza.
Mucho ha cambiado desde los años 60 en la geografía económica y la política mundial, y las nuevas tecnologías de la comunicación han producido una revolución en los medios, como es notorio.
En este contexto, muchos investigadores de la comunicación han reconocido que IPS ha contribuido a incorporar un tipo de periodismo más analítico y más apropiado para enfocar y comprender procesos económicos, sociales y políticos, que simultáneamente ha contribuido a un mayor conocimiento de la problemática de los países del Sur.
El enfoque de los periodistas dedicados a los temas de desarrollo implica, en primer lugar, un análisis crítico del contenido de las noticias que circulan en el espectro informativo.[related_articles]
En segundo lugar, consiste en analizar los temas económicos y sociales, desde «el otro punto de vista»: el de los sectores sociales marginados u oprimidos, el de los países pobres que no logran salir del subdesarrollo debido a los términos desfavorables del intercambio comercial, el proteccionismo agrícola u otras razones.
Esa otra mirada sirve también para comprender cómo están logrando salir del subdesarrollo algunos países emergentes, qué papel puede jugar la cooperación internacional y si para prestar ayuda o hacer acuerdos bilaterales o multilaterales los países del Norte y las instituciones internacionales que controlan exigen condicionamientos que en realidad perpetúan la situación de desarrollo desigual.
Estos son solo algunas importantes esferas en las que se comprueba un tratamiento informativo desequilibrado y discriminatorio.
La conclusión es que un periodista especializado en los temas del desarrollo debe poder mirar y analizar la información y la realidad desde «el otro lado», que pese a la globalización y a la revolución en las comunicaciones, sigue siendo poco conocido y ocupa un espacio marginal en el universo informativo internacional.
Si se consideran los temas que hemos mencionado en su total y verdadera dimensión y se los confronta con las informaciones y análisis que a diario nos ofrecen los medios predominantes en casi todo el mundo -no solo en el Norte, también en muchos medios del Sur- salta a la vista la necesidad de una información global y desinteresada que corrija el desequilibrio entre norte y sur. A esta tarea ardua y a esta meta aún muy lejana dedica IPS todos sus esfuerzos desde hace medio siglo.
Pablo Piacentini fue cofundador de Inter Press Service-IPS y permaneció vinculado a la agencia hasta su muerte. Hasta hace escasos meses se mantuvo como director del Servicio de Columnistas de IPS.
Editado por Estrella Gutiérrez