El alto nivel de indecisos en Ecuador convierte en una incógnita si algún candidato a la Presidencia obtendrá los votos necesarios para triunfar en la primera vuelta del domingo 19, o si habrá que esperar a abril para saber si el país escoge el continuismo o la ruptura con una década marcada por Rafael Correa y su Revolución Ciudadana.
Los portavoces del favorito según todas las encuestas, Lenín Moreno, exvicepresidente (2007-2013) y candidato de la gobernante Alianza País y otras fuerzas minoritarias, sí se muestran seguros, no obstante, de obtener el triunfo durante esa jornada de elecciones generales.
La ley electoral ecuatoriana establece que para ganar la Presidencia en primera vuelta se necesita más de 50 por ciento de los votos válidos, o más de 40 por ciento con una diferencia de 10 puntos porcentuales respecto al candidato siguiente.
A Moreno se le asigna esa ventaja de 10 puntos, pero sin llegar a 40 por ciento de los votos válidos y con una tendencia de decreciente respaldo, en unos sondeos que no concuerdan en quien sería su contrincante en un eventual balotaje, el 2 de abril.
La clave estará en el alto porcentaje de electores que decidirán su voto el mismo domingo, coinciden analistas, que recuerdan que ese elemento ha llevado a equivocarse a los sondeos en el pasado. En la penúltima semana antes de los comicios, entre 25 y 35 de los electores permanecían indecisos, según las firmas encuestadoras.
Adrián Bonilla, analista político y docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), aseguró a IPS que la predicción de las encuestas para estas elecciones se vuelve poco segura por este factor.
También puede jugar un papel protagónico el denominado “voto útil”, argumentó, porque un sector de indecisos puede decantarse por Moreno como “mal menor”, aunque sean críticos del gobierno del presidente Rafael Correa, y otro puede votar por quien ocupa el segundo lugar “para asegurar la segunda vuelta”.
Si se produce este segundo escenario, Moreno requeriría una corrección estratégica y Alianza País debería tender puentes reconociendo que no es la única fuerza política interna y que requiere establecer amplias alianzas para vencer, consideró.
Correa, en el poder desde enero de 2007 y quien triunfó en tres elecciones, impulsó una Revolución Ciudadana, que incluyó una nueva Constitución, inscribiéndose en la corriente de gobiernos bolivarianos y progresistas que triunfaron en América Latina a comienzo de siglo.
La reducción de la pobreza y la desigualdad, la mejora de la educación y la sanidad y la promoción de la inclusión social, se cuentan entre sus logros, mientras una gestión “pro autoritaria” y cortapisas a la libertad de expresión se mencionan como déficits de una década que transformó el país.
Los últimos sondeos de cinco firmas diferentes otorgan a Moreno la primera intención del voto, con entre 43 y 28,5 por ciento del favor de los encuestados, mientras que cuatro de ellos conceden al banquero Guillermo Lasso, de Creando Oportunidades, el segundo lugar, con entre 21,5 y 16 por ciento.
Una encuestadora coloca a Cynthia Viteri, del derechista Partido Social Cristiano, en el segundo, mientras las demás lo sitúan en tercera posición, con entre 20,2 y 13 por ciento. Quien aparece sin opciones es el exalcalde de Quito y aspirante de Izquierda Democrática, Paco Moncayo.
La campaña electoral, en que participan ocho candidatos, estuvo marcada por la difusión de escándalos de corrupción que involucraron a altos funcionarios del gobierno y figuras vinculadas a la oposición.
La corrupción en la estatal Petroecuador, un escándalo surgido a mediados de 2016, que involucró al exministro de Hidrocarburos, Carlos Pareja, hoy prófugo de la justicia, y altos funcionarios de esa empresa, fue un golpe para la campaña de Moreno, a quien hasta noviembre se le pronosticaba un triunfo en primera vuelta.
Meses después, el surgimiento de múltiples casos contra funcionarios del gobierno y líderes opositores terminaron ubicando a la corrupción como algo inherente a la política, que es solo el tercer tema de preocupación de los votantes, con 14 por ciento de los encuestados.
Paulina Recalde, de la empresa Perfiles de Opinión, aseguró a IPS que parece haberse posicionado en gran parte de los electores que todos los políticos son corruptos, y por lo tanto el tema no es decisivo para el voto.
Las denuncias de sobornos millonarios en los contratos de la empresa brasileña Odebrecht, estalladas en enero, sin que haya hasta ahora nombres de participantes o pruebas, fortalecieron esa percepción.
Para más de 60 por ciento de los encuestados, la mayor preocupación es el desempleo y la situación económica, así que los candidatos priorizaron en sus campañas las promesas de mejorar estos temas.
Moreno, por ejemplo, ofrece alcanzar el pleno empleo en dos años, con la creación de 500.000 nuevos puestos de trabajo, mientras que Lasso promete crear un millón de empleos en el próximo cuatrienio.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos del 17 de enero, Ecuador tiene 5,2 por ciento de desempleados y 19,9 por ciento de subempleados, dentro de una población económicamente activa de 7.874.021 personas, en un país de 16,4 millones de habitantes.
El llamado “empleo inadecuado”, que reporta ingresos por debajo del mínimo considerado necesario, está en 53 por ciento.
Mario Unda, analista político y docente de la Universidad Central, aseguró a IPS que los indecisos son una muestra de la apatía electoral y el poco entusiasmo que despiertan los candidatos.
“Esta campaña ha sido la que menos interés ha concitado desde el regreso a la democracia en 1979”, afirmó. A su juicio, la elección se definirá “el mismo domingo” y será muy importante el “voto útil”.
El gobierno, por su parte, se ha dedicado a mostrar sus logros en infraestructura, con la construcción de nueva vialidad nacional y centrales hidroeléctricas, la disminución de la pobreza y la inclusión de amplios sectores en la actividad económica, para frenar la caída de su candidato.
Mientras, Lasso y Viteri atacan todo lo hecho la última década y Moncayo reconoce algunos logros pero critica el “autoritarismo” de Correa.
Si bien las encuestas no establecen claramente posibles porcentajes para la Asamblea Nacional, todo indica que el partido de gobierno ya no tendría mayoría como en la legislatura actual donde controla 100 de los 137 escaños.
Para la jornada electoral, están habilitadas para votar 12.816.698 personas, que elegirán presidente y vicepresidente, 137 legisladores y cinco parlamentarios andinos.
Una consulta inédita en el mundo
El domingo 19 también se votará una consulta popular que podría crear ejemplo en el mundo, sobre los paraísos fiscales propuesta por Correa.
Los electores se pronunciarán sobre la pregunta: ¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener bienes o capitales de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales?
La interrogante plantea, asimismo, el plazo de un año para que los servidores públicos que tengan recursos en paraísos fiscales acaten el pronunciamiento popular para no ser destituidos. Varios líderes opositores, entre ellos el propio Lasso, tienen capitales en países considerados paraísos fiscales.
La mayoría de las encuestas le dan un triunfo al “Sí” con más de 50 por ciento de intención de voto.
Editado por Estrella Gutiérrez