La zimbabwense Elizabeth Mpofu es una aguerrida agricultora que se destaca entre quienes consideran que la seguridad alimentaria implica luchar contra el hambre y evitar prácticas agrícolas que dañan el ambiente y empobrecen a las personas, y en especial a las mujeres.
Mpofu cultiva maíz, leguminosas y diferentes frijoles en su terreno de 10 hectáreas en esta provincia de Masvingo, 290 kilómetros al sureste de Harare.
A pesar de la sequía que golpea a esta región, Mpofu cosechó unos 150 kilogramos de frijoles secos este año. Es mucho menos de lo que obtiene en una buena temporada, pero los guisantes y los frijoles secos le permiten a agricultores como ella hacer frente a la inseguridad alimentaria y nutricional.[pullquote]3[/pullquote]
Los guisantes y los frijoles son legumbres fundamentales que tienen varios beneficios, pues son ricos en proteínas, resistentes a la sequía y constituyen una fuente de ingresos y de combustible. Son un alimento perfecto para África, donde hay mucha gente malnutrida y con deficiencia de nutrientes, en especial menores de cinco años.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) señala que África es el continente con mayor proporción de personas hambrientas del mundo, con una de cada cuatro malnutridas y más de uno de cada tres niños con retrasos en el crecimiento.
Año Internacional de las legumbres
La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define a las legumbres como semillas secas comestibles con bajo contenido en grasas, como garbanzos, frijoles rojos, frijoles blancos, caupíes, lentejas, habas y guandú, entre muchas otras.
Las leguminosas usadas como verduras, como pueden ser las arvejas, o de las que se extrae aceite, como la soja y el maní, no se clasifican como legumbres.
“Las legumbres son clave para la seguridad alimentaria y nutricional en África, teniendo en cuenta la crisis climática que vive el continente”, explicó Mpofu en diálogo con IPS. “Permiten preparar varios alimentos para mi familia y también son importantes para mejorar el estado del suelo, en especial para promover un sistema de cultivo agroecológico”, precisó.
Mpofu integra el Comité de Coordinación Internacional de La Via Campesina, con millones de agricultores miembros. Además, está entre los seis embajadores especiales designados por la FAO en África para generar conciencia sobre los beneficios de las legumbres para la seguridad alimentaria, el cambio climático, la salud humana y el buen estado del suelo.
“Sin legumbres, una mujer no puede considerarse madre porque no puede completar un plato para su familia”, reveló Mpofu, quien tiene tres hijos. “Es importante crear conciencia sobre su importancia para que las mujeres presionan para que se creen políticas que promuevan la agroecología y la soberanía alimentaria”, explicó.
“Los principios de mantener y producir semillas autóctonas son nuestra forma de abogar por la soberanía alimentaria promoviendo nuestras semillas y métodos de cultivo agroecológicos, y también sirven para promover el cultivo y el consumo de legumbres en África, donde tenemos inseguridad alimentaria”, remarcó Mpofu.
Como forma de subrayar la importancia de las legumbres para la seguridad alimentaria y nutricional, así como para la sostenibilidad ambiental, la 68 sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas declaró en 2013 que este sería el Año Internacional de las Legumbres (IYOP, en inglés).
El director general de la FAO, José Graziano da Silva, dijo en el lanzamiento del IYOP en 2015, que las legumbres son importantes para la seguridad alimentaria de millones de personas en América Latina, África y Asia, donde forman parte de la dieta tradicional y suelen ser cultivadas por pequeños agricultores.
En Malawi, Janet Mingo no pasa hambre, aun cuando tiene una mala cosecha de maíz, lo que ocurre a menudo debido a la sequía, gracias a que intercala ese cultivo con el de guandú (Cajanus cajan), rico en proteínas, en su terreno de cuarta hectárea en la aldea de Chikalogwe, en el sureño distrito de Balaka, una de las regiones más áridas del país.
El guandú ayuda a fijar el nitrógeno al suelo, pero además es una fuente de ingresos, pues Mingo cosecha cada temporada unos 1.500 kilogramos, y gracias a lo que obtiene de la venta puede comprar maíz y cubrir otras necesidades del hogar.
El encargado de la División de Desarrollo Agrícola de Machinga, en el sur de Malawi, Mphatso Gama, dijo a IPS que los agricultores que dependían del maíz se diversificaron e incorporaron el guandú, lo que les permitió mejorar su alimentación y sus ingresos.
Aprovechando las posibilidades comerciales de las legumbres
Gavin Gibson, ex director ejecutivo de la Confederación Mundial de Legumbres, dijo a IPS que estas forman parte de la dieta tradicional de la mayor parte de los pueblos más pobres del mundo.
De las 60 millones a 65 millones de toneladas de legumbres producidas al año, hasta hace muy poco solo entre siete millones y 10 millones se comercializaban entre los países. El resto quedaba para el consumo interno de los países donde su cultivo es tradicional, indicó Gibson.[related_articles]
India, donde las legumbres forman parte de la alimentación básica desde hace miles de años, es el mayor productor y consumidor del mundo. A África todavía le cuesta aumentar su producción, pero logra avances.
Legumbres como cultivo climáticamente inteligente
El Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA), que desarrolló más de 80 por ciento de las variedades de caupí distribuidas entre agricultores de Nigeria, destaca que las legumbres son una fuente alternativa de proteínas y más barata que la animal.
El caupí, cultivado tanto para consumo humano como animal en las zonas semiáridas tropicales de África y Asia, es uno de los cultivos más tolerantes a la sequía y se adapta a suelos de mala calidad.
Políticas radicales para la producción de legumbres
Las legumbres son estratégicas para lograr la seguridad alimentaria en África, sin embargo, no se prioriza su cultivo, observó Charles Govati, especialista en desarrollo y presidente del Consorcio de Servicios de Suministro Agrícola, en Malawi.
“Las legumbres son el alimento perfecto para África, pero su producción es difícil porque no se implementan buenas políticas”, criticó Govati en diálogo con IPS.
“Se habla mucho de las legumbres, pero quedan varias dificultades para superar como la baja producción, el mal estado de los suelos, las pestes y las enfermedades que las perjudican”, detalló.
“Los agricultores se concentran en producir más para generar ingresos y menos para su alimentación; además, necesitamos mercados estructurados en África para impulsar la producción si queremos en serio garantizar la seguridad alimentaria”, añadió Govati.
Traducido por Verónica Firme