Inquietudes e incomprensiones genera en Cuba el anuncio de que, desde octubre, empleados de empresas estatales que ganen más del equivalente a 100 dólares mensuales deberán pagar por primera vez impuestos sobre ingresos personales.
Aunque el tema ha sido explicado en medios de comunicación, buena parte de los cubanos aseguran no saber con exactitud los pormenores de la medida, que implica también una contribución especial a la seguridad social en dependencia del monto percibido por el trabajador o la trabajadora.
“Ahora que empezamos a ganar un poco más, viene esto de los impuestos que uno ni entiende. Lo único que queda claro es que nos quitarán dinero del salario”, señaló molesto Eduardo Ortega, de un centro de la poligrafía.
“Hace falta que expliquen un poco más y que cada cual sepa lo que le toca. Por lo que me han dicho, el tres por ciento no parece mucho”, dice Nieves, recepcionista de una entidad productiva donde se aplica el pago por resultados, que prefirió no brindar su apellido.
El jubilado Jesús Martín ve las cosas desde una óptica diferente.
“La gente se queja porque no sabe nada de impuestos y por muchos años no han tenido que pagar nada, si acaso el impuesto sobre la circulación de algún carro. Si vivieran en otro lado sabrían que con el fisco no se juega, porque a la corta o a la larga, te atrapan”, opinó.
La viceministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños, explicó que las nuevas regulaciones establecen:
-El personal de empresas estatales que realizan pagos adicionales al salario básico por los resultados obtenidos y por la distribución de utilidades deberá pagar tributos.
-El impuesto sobre los ingresos personales se fijará cuando existan retribuciones mensuales a partir de los 2.500 pesos cubanos (CUP), cifra equivalente a 100 dólares.
-Se aplicará un gravamen de tres por ciento para quienes perciban hasta 5.000 pesos y de cinco por ciento por encima de ese ingreso.
-Los cálculos se harán según los resultados empresariales y remuneraciones generadas al cierre del mes de septiembre.
-La contribución especial a la seguridad social la realizarán aquellas personas que reciban remuneraciones superiores a los 500 pesos, con un importe de cinco por ciento.
De acuerdo con datos ofrecidos por las autoridades, este nuevo tributo abarcaría 94 por ciento de las empresas estatales del país, que se encargarán de descontar las cifras correspondientes a cada trabajador, sin que estos tengan que ocuparse de los trámites.
Aunque las autoridades de Finanzas y Precios señalan que estos impuestos, establecidos por la nueva Ley del Sistema Tributario, están dirigidos a “respaldar el desarrollo económico del país y los gastos públicos”, algunos cuestionamientos de la población están relacionados con el destino del dinero.
En foros de sitios web donde se anunció la medida, internautas manifestaron interés por “saber si el próximo presupuesto y rendición de cuentas ante la ANPP (Asamblea Nacional del Poder Popular, parlamento unicameral), será más detallado en la explicación del destino de los impuestos”.
Además de un deber cívico, indican autoridades, el pago de los tributos constituye una de las fuentes para las partidas de sectores como educación, salud, cultura y deportes, así como los subsidios para personas de bajos ingresos que necesiten reparar sus viviendas.
En Cuba pagan impuestos los trabajadores privados, de cooperativas agropecuarias y no agropecuarias, artistas, creadores, personal de apoyo del sector cultural, diseñadores, empleados de empresas extranjeras, propietarios de transporte terrestre y embarcaciones, y las empresas y sociedades mercantiles obligadas al pago del impuesto sobre utilidades.
La Ley 113 del Sistema Tributario, aprobada en 2012 y que entró en vigor en 2013, estableció la aplicación gradual y flexible de los tributos.
A inicios de 2016, quedaron exonerados del pago de impuestos sobre ingresos personales y de uso de fuerza de trabajo los usufructuarios de tierras, como un estímulo a la deprimida producción de alimentos.
Entonces, funcionarios informaron que el mayor por ciento de los impuestos los pagan las empresas y entidades estatales, mientras quienes trabajan de forma independiente, artistas y creadores del sector de la cultural, su personal de apoyo y comunicadores sociales representan seis por ciento del total de las contribuciones al fisco.
Editado por Estrella Gutiérrez