La sequía afecta el crecimiento de niñas y niños en Madagascar

En algunos países africanos hay suficientes alimentos, pero es el tipo de alimentos disponibles lo que cuenta. Casi la mitad de las niñas y los niños de las zonas afectadas por la sequía en el sur de Madagascar sufren malnutrición. Crédito: Miriam Gathigah/IPS.
En algunos países africanos hay suficientes alimentos, pero es el tipo de alimentos disponibles lo que cuenta. Casi la mitad de las niñas y los niños de las zonas afectadas por la sequía en el sur de Madagascar sufren malnutrición. Crédito: Miriam Gathigah/IPS.

El pequeño malgache Voahevetse Fotetse aparenta tres años, pero tiene seis y va a la escuela de Ankilimafaitsy, en este distrito de Ambovombe, en la región de Androy en Madagascar, una de las más golpeadas por la sequía que afecta el sur de este país africano.

“Fotetse es uno de los muchos alumnos de la escuela que, debido a la malnutrición crónica, es demasiado pequeño para su edad, demasiado bajo y demasiado flaco”, explicó la directora Seraphine Sasara.

La escuela tiene 348 alumnos, 72 varones y 276 niñas, de entre tres y 15 años. Hay muy pocos varones porque tienen que ayudar en la granja o pastorear al ganado.

Pero la tendencia cambia cuando las niñas cumplen 15 años, la mayoría se ve obligada a abandonar la escuela para casarse.

Pero escolarizados o no, casi la mitad de niñas y niños del sur de Madagascar no escapan a la malnutrición. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo que el retraso en el crecimiento, cuando la estatura está por debajo del promedio para su edad, afecta a por lo menos 47 por ciento de los menores de cinco años.

A diferencia de la malnutrición aguda, que puede desarrollarse en un breve lapso y es reversible, el retraso en el crecimiento tiene consecuencias de largo alcance.

“El retraso en el crecimiento es un proceso gradual y acumulativo de 1.000 días, desde la concepción y hasta los dos primeros años de vida del niño”, explicó Sasara a IPS.

Las causas tienen que ver con una ingesta deficiente y sostenida, repetidas infecciones o una combinación de ambas.

“No se trata solo de que un niño sea demasiado pequeño para su edad, tiene severas consecuencias irreversibles, como riesgo de muerte y capacidades físicas y cognitivas limitadas”, detalló Sasara.

Los datos disponibles muestran que dos millones de niñas y niños en este país de África austral tienen retraso en el crecimiento, lo que ubica a Madagascar en el cuarto lugar en la lista de Malnutrición Crónica Global.

Si bien en febrero de este año, la malnutrición aguda global, la deficiencia del peso para la edad, afectaba a ocho por ciento de los niños, es mucho mayor en varias regiones del sur del país, donde muchos distritos superaron el límite crítico de 10 por ciento.

La falta de lluvias y la sequía persistente en el sur del país deterioró la seguridad alimentaria en numerosos hogares, lo que tuvo un impacto significativo en el estado nutricional de los menores de cinco años.

Además, Sasara dijo que la situación empeoró debido a la costumbre de comer arroz en todo el país, “donde comen en el desayuno, el almuerzo y la cena”, precisó.

Pero Mamy Perline dijo a IPS que no siempre hay arroz disponible. “Le doy a mis ocho hijos arroz en el desayuno y en la cena, pero en el almuerzo tienen que comer la fruta del cactus”, relató.

Según el PMA, que está a cargo de un programa de alimentación en las escuelas de los distritos afectados por la sequía, el de Tsihombe es el que está en peor situación con un promedio de 14 por ciento de los menores de cinco años con síntomas de malnutrición aguda.

La agencia estima que casi 50 por ciento de los niños y niñas malgaches menores de cinco años tienen deficiencia de hierro, que causa anemia.

Eso hace que 62 niños de cada 1.000 nacidos vivos mueran antes de cumplir los cinco años.

La falta de agua potable y de condiciones adecuadas de saneamiento agravan la situación que padece el sur de Madagascar.

La educación sigue soportando la peor parte de la grave sequía, pues los datos de varias agencias humanitarias, incluido el PMA, muestran que la matrícula en primaria registra un espiral descendente en Madagascar.

En 2006, 96,2 por ciento de niños y niñas se inscribieron en la escuela, pero la proporción cayó a 69,4 por ciento en 2012. Sasara estima que actualmente, la matrícula es mucho menor porque los niños están pasando demasiada hambre como para permanecer en el aula.

Eso ocurre en la aldea de Tanandava, en el distrito de Amboasary, en Anosy, donde cientos de escolares se reúnen cada día en un centro de la organización Catholic Relief Services, donde se les sirve una comida diaria.

Datos del PMA revelan que hay 1,5 millones de niños y niñas no escolarizados de entre seis y 12 años, con regiones como Anosy, Androy y Atsimo Andrefana, en el sur, donde las elevadas cifras de inseguridad alimentaria causan un alarmantemente bajo rendimiento escolar.

Desde 2005, el PMA implementa el programa de alimentación escolar, en el marco del cual ofrece una comida fortificada a casi 300.000 niñas y niños a diario en 1.300 escuelas primarias en el sur, pero también en los asentamiento irregulares de Antananarivo, Tulear y Tamatave.[related_articles]

“Las comidas se complementan con micronutrientes, que son fundamentales para cortar el ciclo de malnutrición en el país”, explicó Sasara.

El programa de alimentación escolar es un esfuerzo comunitario en que los padres participan en la elaboración de la comida, lo que se convierte en una plataforma para implementar otras intervenciones tendientes a mejorar la salud y la nutrición de niños vulnerables.

Las intervenciones apuntan a mejorar la disponibilidad de agua potable y el saneamiento, un problema doble en la región.

“Cuando llueve y se acumula agua en baches del camino, la recolectamos en contenedores para beber, cocinar y lavar. No importa cuántos automóviles o personas la hayan pisado, es la única fuente que tenemos”, relató Perline.

Con el aumento de casos de malnutrición aguda, un factor que propicia la mortalidad infantil, el PMA respalda a la Oficina Nacional de Nutrición por medio de su Oficina Regional de Nutrición, que ofrece programas de alimentación complementarios para el tratamiento de casos moderados de malnutrición agua en las aldeas del sur del país.

“El tratamiento de niñas y niños con malnutrición aguda moderada puede reducir de forma drástica el número de personas afectadas y restablecer un estado nutricional adecuado”, remarcó Yves Christian, director de la Oficina Regional para la Nutrición.

Además, el PMA ofrece asistencia técnica al gobierno en distintos niveles, que se espera derive en un programa nacional de alimentación escolar.

Por último, se implementarán nuevos proyectos pilotos con otras modalidades de alimentación escolar al inicio del próximo año lectivo, en septiembre de este año.

Traducido por Verónica Firme

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe