La Organización Mundial de Agricultores reunió este mes a unos 600 representantes de por lo menos 570 millones de productores de todo el mundo en Zambia para debatir sobre varios asuntos que les tocan de cerca como el cambio climático, la tenencia de la tierra, la innovación y la construcción de capacidades, como los pilares para el desarrollo del sector.
“Tengo una granja de 35 hectáreas, pero solo uso cinco por falta de agua”, relató Mary Nyirenda, una agricultora residente en esta ciudad zambiana de Livingstone, donde se realizó la reunión de la OMA.
“Con un pozo solo puedo regar un área limitada. No dependo más de las lluvias desde la temporada 2013-2014, cuando perdí cinco hectáreas de maíz por la sequía”, contó a IPS.
Sintiéndose privilegiada por participar en la Asamblea General de la OMA de este año, Nyirenda espera aprender formas innovadoras de mejorar la productividad y lograr acceso mercados para sus productos hortícolas y avícolas.
«Aprendí que trabajar en grupo nos da una voz más fuerte y capacidad de negociación”, indicó Nyiendra, al comparar las expectativas del encuentro en relación con la realidad.
“He tenido varias dificultades sola, pero ahora comprendo que dos es mejor que uno, así que mi trabajo ahora es fortalecer nuestra cooperativa, que todavía está desarticulada en términos de asociación de productores”, precisó Nyirenda, al destacar el poder de las organizaciones de agricultores, que es para lo que existe OMA.
Bajo el lema “Asociación para el crecimiento”, el reclamo de los delegados en la conferencia, realizada entre el 4 y el 7 de ese mes, fue el de cambiar el discurso, pues a pesar de ser el eje del multimillonario sector alimentario, responsable de dar de comer a todo el mundo, los agricultores están entre las personas más pobres del mundo.
La presidenta de la OMA, Evelyn Nguleka, señaló que la situación tiene que cambiar.
“Es cierto que los agricultores en todas partes del mundo constituyen la mayoría de las personas pobres, pero ¿por qué?”, preguntó durante la conferencia de prensa en el cierre de la Asamblea General de la OMA.
Según ella, la falta de organización y de información son las principales razones de que no se logren muchos avances. “Si los agricultores permanecen aislados, seguirán siendo pobres”, sentenció.
“Por eso desarrollamos una herramienta legal de agricultura por contrato, que será especialmente útil para los pequeños agricultores cuyos conocimientos legales son escasos y son prezas fáciles de abuso”, explicó David Velde, presidente de la Unión Nacional de Agricultores de Estados Unidos e integrante de la junta de la OMA.
Velde dijo a IPS que se necesitarán varias herramientas para ayudar a los pequeños agricultores a estar bien equipados para sacar el máximo provecho de su trabajo, en especial en un mundo con un clima inestable, un subtema que se coló en todos los debates de la conferencia debido a su naturaleza multifacética.
Como la transferencia de tecnología es uno de los elementos clave de la agenda de desarrollo sostenible, como quedó remarcado en el Acuerdo de París, los delegados sostuvieron que tanto la innovación como la construcción de capacidad para que los agricultores mejoren su productividad no se puede discutir en el vacío.
El Acuerdo de París es el resultado de la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
“La agricultura es, por cierto, un sector que necesita una atención seria”, coincidió el presidente de Zambia, Edgar Lungu, en su presentación frente a la Asamblea General de la OMA.
“El hecho de que exista una organización de agricultores es una señal de que la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y el cambio climático son asuntos globales que no pueden considerarse de forma aislada”, prosiguió.
“Los agricultores necesitan información sobre los mejores métodos y tecnologías para aumentar la productividad con conciencia climática”, añadió Lungu.
Cuando el mundo busca la forma de alimentar a 793 millones de personas para 2030, con la perspectiva de que en 2050 haya 9.600 millones de habitantes en el planeta, de los cuales más de la mitad en África, la OMA existe para hacer frente a la enorme tarea que afrontan sus miembros y que solo podrá lograrse mediante el aumento de la productividad.
“La OMA reconoce que el mundo tiene dos asuntos conflictivos, alimentar al mundo y mitigar el cambio climático”, puntualizó William Rolleston, presidente de Agricultores Federados de Nueva Zelandia.
“Las dos requieren enormes recursos, pero creemos que es posible atender ambas cuestiones a través de una mayor productividad utilizando la última tecnología”, precisó.[related_articles]
Rolleston, también vicepresidente de la OMA, dijo a IPS que el trabajo de la organización no abarca la financiación de agricultores, pero sí ayuda a sus miembros a innovar y a forjar asociaciones para el crecimiento.
Existe un consenso mundial de que si no se hace frente al cambio climático, este podría ser un obstáculo para conseguir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Quizá esa sea la elección más difícil que tengan que hacer los gobernantes, contener el recalentamiento planetario, con enormes consecuencias para la capacidad de producción mundial, que a lo largo de los años ha dependido de una economía con vastas emisiones de carbono.
Al aprobarse los ODS y lograr un acuerdo climático histórico en 2015, la agenda socioeconómica global se encamina hacia un completo cambio de paradigma. Pero la presidenta de la OMA aspira a que los agricultores sigan siendo el eje de las políticas mundiales.
“Cualesquiera sean los cambios que el mundo decida emprender, no deben ser a expensas de que los agricultores sobrevivan o logren rentabilidad”, subrayó Nguleka.
Según Nyirenda, el acceso a los mercados es la clave de la capacidad de producción de los agricultores, en especial de las mujeres, quienes según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), constituyen la mitad de la fuerza laboral del sector. En África, la proporción es notoriamente más alta, de alrededor de 80 por ciento.
“Mis intercambios con organizaciones internacionales, como FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola) y otras interesadas en el empoderamiento de las mujeres me abrieron realmente los ojos para seguir adelante”, acotó.
Traducido por Verónica Firme