La zimbabwense Silindiwe Moyana, con cinco hijos y portadora del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), ya no puede ocultar su ansiedad. Agobiada por el hambre en Chipinge, en el este de Zimbabwe, le preocupa que su familia no vaya a sobrevivir a la sequía de este año.
La falta de lluvias es devastadora y pone en riesgo la nutrición de las personas con VIH, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
Numerosos especialistas coinciden en relacionar la sequía con el fenómeno meteorológico de El Niño, que coincide con que este país todavía no se había recuperado de la falta de lluvias de la temporada pasada.
“Tenemos medicamentos antirretrovirales, pero no alimentos”, comentó abatida. “El agua para beber ahora también es muy escasa. La nutrición es muy importante para las personas que toman antirretrovirales, pero no tenemos alimentos. Es un desafío grave”, subrayó.
Con 1,2 millones de personas con VIH/sida, Zimbabwe es uno de los países africanos más agobiados por la enfermedad y que históricamente ha tenido las mayores proporciones de casos en el mundo, aunque en los últimos años había recibido elogios por sus logros para revertir la situación.
En 2013, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria le dio a Zimbabwe 555 millones de dólares para apoyar el tratamiento con antirretrovirales para atender a más de un millón de personas entre 2014 y 2016.
En la actualidad, más de 700.000 pacientes con VIH/sida son beneficiarios del programa gratuito de tratamiento con antirretrovirales. Pero ahora se teme que esos logros se pierdan por la sequía.
Hay unas 2,4 millones de personas que sufren la inseguridad alimentaria este año, según datos oficiales divulgados en febrero. El coordinador de la Red Nacional para Personas con VIH/sida de Zimbabwe en la provincia de Manicalandia, Lloyd Dembure, dijo que la sequía actual afecta a una gran número de pacientes.
Muchas de las personas con VIH/sida reciben tratamiento gratuito con antirretrovirales, pero muchas de ellas pasan varios días sin una ingesta adecuada, explicó.
“La situación es grave. La mayoría de nuestros miembros son pobres y no pueden tomar los antirretrovirales con el estómago vacío. Incluso podría obligar a algunas directamente a abandonar el tratamiento”, abundó. Dembure.
Los especialistas han reiterado que si no se sigue todo el tratamiento, el virus del sida muta y se vuelve resistente. “Nos urge asistencia alimentaria para las personas con VIH”, subrayó. Además, la situación se agrava por las principales infecciones con VIH y tuberculosis. Muchas personas con VIH también toman medicamentos contra la tuberculosis.
“Son medicamentos fuertes y necesitan de una buena alimentación”, subrayó.
Casper Pound, un hombre seropositivo residente en esta oriental ciudad fronteriza de Mutare, confirmó que muchas personas portadoras del virus del sida padecían la sequía.
“Las personas con VIH pasan por una situación difícil en lo que concierne a la alimentación. Se hace cada vez más difícil tomar la medicación con el estómago vacío”, precisó Pound, quien dirige la Organización de Apoyo a las Familias contra el Sida.
Según el Consejo Nacional contra el Sida de Zimbabwe, más de 60.000 personas sucumben al sida cada año. Este país tiene una de las mayores prevalencia de VIH en África con 15 por ciento, lo que hace que 1,3 millones de personas sean portadores del virus.
El programa gratuito de tratamiento con antirretrovirales comenzó hace una década con el fin de reducir la morbilidad y mortalidad por el VIH/sida y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Por lo menos 618.000 adultos con VIH eran beneficiarios del programa gratuito, además de 46.000 niñas y niños en diciembre de 2014.[related_articles]
El portavoz del consejo, Tadiwa Pfupa, arguyó que no le corresponde a la institución ofrecer complementos alimenticios a los pacientes. “Hay otros organismos gubernamentales responsables de eso”, explicó.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el tratamiento contra el VIH/sida está estrechamente relacionado con la alimentación.
“La mala nutrición puede perjudicar al sistema inmunológico y contribuir a que se desarrolle la enfermedad”, alerta el documento. En cambio, una dieta balanceada es un componente esencial de una atención básica de una persona con VIH/sida.
“Dada la falta de atención médica y de tratamiento contra el sida en la mayoría de los países en desarrollo afectados por la enfermedad, es fundamental realizar grandes esfuerzos y mantener la buena alimentación de las personas infectadas con VIH”, subraya.
Con el fin de evitar una catástrofe, el gobierno compró 650.000 toneladas de maíz, un alimento básico en este país, a Zambia y Ucrania para el consumo interno, con un costo de unos 200 millones de dólares.
Debido a la sequía, el país espera una cosecha de no más de 200.000 toneladas, muy por debajo de la demanda nacional de por lo menos 1,4 millones de toneladas.
El gobierno realizó un llamado de ayuda por 1.600 millones de dólares para alimentar a un cuarto de los más de 13 millones de habitantes que están al borde de la hambruna.
El presidente Emmerson Mnangagwa aseguró: “Estamos organizando la logística para la distribución del maíz”, según informó la prensa local.
Traducido por Verónica Firme