Indígenas de América Latina siguen excluidos del desarrollo

Indígenas bribri reunidos en 2015 con la viceministra Ana Gabriel Zuñiga, de Costa Rica, por la violencia que soportan por la invasión de sus tierras. Crédito: Cortesía de Casa Presidencia de Costa Rica.
Indígenas bribri reunidos en 2015 con la viceministra Ana Gabriel Zuñiga, de Costa Rica, por la violencia que soportan por la invasión de sus tierras. Crédito: Cortesía de Casa Presidencia de Costa Rica.

La pobreza y la brecha educativa se achicaron de forma significativa en beneficio de las poblaciones indígenas de América Latina, pero todavía quedan muchas personas al margen de los avances sociales, subraya un estudio del Banco Mundial.

El estudio “Indígenas de América Latina en el siglo XXI” registró un inmenso progreso social en la región en los 10 primeros años de este milenio, a los que ya se llama la “década de oro”.

En gran parte de la región, la participación política de las poblaciones indígenas aumentó. En Bolivia, la representación de los pueblos originarios en el parlamento asciende a 30 por ciento de los legisladores.[pullquote]3[/pullquote]

Además, hay más países que aceptaron tradiciones indígenas en los procesos electorales, como el estado mexicano de Oaxaca, donde 418, de las 570 municipalidades, se rigen según sus costumbres.

Esos acontecimiento obedecen, en parte, a la concreción de tratados internacionales y manifiestos como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada en 2007.

El estudio, publicado el lunes 15, también señala que unas 70 millones de personas salieron de la pobreza, entre ellas indígenas de Bolivia, Brasil y Perú.

El acceso a la educación primaria fue uno de los mayores y más claros logros de la década de oro, subraya el Banco Mundial. En países como Ecuador, México y Nicaragua se cerró la brecha educativa, asegura.

Pero a pesar de los avances, las comunidades indígenas siguen excluidas del desarrollo.

“América Latina experimentó una profunda transformación social que redujo la pobreza y expandió la clase media, pero las comunidades indígenas se beneficiaron menos que el resto de los latinoamericanos”, observó el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, el mexicano Jorge Familiar.

El estudio también señala que la pobreza disminuyó entre las comunidades indígenas, pero la brecha entre ellas y el resto de la ciudadanía se mantuvo igual o se amplió.

Los indígenas representan 14 por ciento de las personas pobres en la región y 17 por ciento de las que viven en extrema pobreza, a pesar de constituir ocho por ciento de la población.

Ser descendiente de indígenas aumenta las probabilidades de crecer en un hogar pobre, independientemente del nivel educativo de los padres, del tamaño o la ubicación del hogar, subraya el documento.

En Ecuador, la probabilidad de que una familia sea pobre aumenta 13 por ciento si sus integrantes son indígenas; y la de vivir en la extrema pobreza, 15,5 por ciento. Otros indicadores en materia de género y geografía, también realzan la exclusión que padecen los pueblos originarios.

Por ejemplo, en Ecuador, si el mismo hogar está encabezado por una mujer, las probabilidades de ser pobre aumentan seis por ciento. También hay una mayor proporción de analfabetismo entre las indígenas, así como deserción escolar.

En lo que respecta al factor geográfico, en Perú, por ejemplo, un hogar indígena de un área rural tiene 37 más probabilidades de ser pobre que uno de la ciudad. Las familias indígenas siguen padeciendo peores condiciones de vida con menos servicios de saneamiento y más propensión a los desastres que el resto de la ciudadanía.

El Banco Mundial urge a una inclusión multifacética de las comunidades indígenas, en especial a la luz de la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible, adoptada a fines de 2015.[related_articles]

“Si los pueblos indígenas han de adoptar un papel como actores clave en la Agenda Posterior a 2015, es necesario considerar sus voces y sus ideas”, subrayó el director de desarrollo urbano, rural y social del Banco Mundial, Ede Ijjasz-Vasquez.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen compromisos en relación con el derecho de los pueblos indígenas a la educación, las tierras y los mercados.

El estudio del Banco Mundial recomienda la efectiva implementación de las leyes nacionales para garantizar la participación política de las comunidades indígenas, además de fortalecer el acceso a la educación, mejorar las estrategias de recolección de datos para implementar mejor los programas dirigidos a los pueblos originarios e incluirlos en el diseño de los objetivos de desarrollo.

“La inclusión de los pueblos indígenas en las políticas y los programas de desarrollo no es solo una cuestión de reducir la pobreza, es el proceso de mejorar su capacidad y su oportunidad de ser actores activos de la sociedad”, destacó Ijjasz-Vasquez.

“Su inclusión es lo correcto desde el punto de vista moral e inteligente desde el punto de vista económico para los países” de América Latina, añadió.

El Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas, creado en 2002, se reunirá en mayo de este año para debatir la situación de las comunidades originarias en relación con los conflictos, su resolución y la paz.

Traducido por Verónica Firme

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