Fuera y dentro de Cuba se conocen el próspero balneario de Varadero y los pozos de petróleo en las tierras de la zona. Pero apenas se sabe de Cárdenas, a 150 kilómetros al este de La Habana, donde están enclavadas todas esas riquezas.
Es el municipio cubano que más crece en población, un caso raro en el país de 11,2 millones de habitantes marcado por el acelerado envejecimiento, entre muchas causas, debido a las bajas tasas de natalidad y fuerte emigración hacia otras naciones.
Cárdenas vive en la última década un aumento anual de 1,36 por ciento de su gente, en su mayoría por el flujo migratorio interno, lo que la convierte actualmente en una localidad casi tan poblada como Matanzas, la capital de la occidental provincia del mismo nombre, de la que el municipio forma parte.
“La ciudad no estaba concebida para un crecimiento de manera abrupta, que ha rebosado todos los servicios de infraestructura”, explicó a IPS el vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular (gobierno municipal), Lázaro Vicente Suárez.
Las autoridades calculan hoy 150.000 habitantes y 20.000 personas de paso en el territorio llano de 577 kilómetros cuadrados, de los que más de 300 los ocupa su ciudad cabecera del mismo nombre.
Esta cifra actualiza la del último censo de población y viviendas, de 2012, que contó 147.300 habitantes en el municipio de la costa noroeste de la isla.
Suárez explicó que los migrantes vienen de todas partes de este país insular, atraídos por las oportunidades en el los sectores de turismo, petróleo y construcción. También les siguen en importancia otras fuentes de empleo en las industrias estatales y el floreciente sector privado, que registra 12.300 trabajadores, la mayor cifra de la provincia.
En esos rubros, los trabajadores perciben salarios por encima de los 24 dólares mensuales que promedia el sueldo estatal.
Las personas que se dicen “nacidas y criadas” en Cárdenas opinan que la naturaleza bendijo a estas tierras por partida triple.
En el municipio se ubican los 22 kilómetros de playas de Varadero, conocidas en otras latitudes por sus aguas azules y arenas muy finas. Aquí se edificó y se sigue ampliando el mayor polo turístico de Cuba, que facturó 38 por ciento de los 2.700 millones de dólares percibidos en 2014 por la industria del ocio.
Debajo de esas costas paradisíacas, pasa un rico yacimiento de petróleo, el Varadero 1.000, explotado a través de la perforación horizontal más larga hecha en el país. Con 90 pozos, ese campo aportó 185 millones de barriles (169 litros) de 1971 a 2014.[pullquote]1[/pullquote]
Y la ciudad está rodeada de canteras de minerales, que nutrieron las grandes construcciones llevadas a cabo durante los últimos 20 años y siguen apoyando la expansión del polo turístico, a 10 kilómetros del centro cardenense.
Pero la llegada sostenida de nueva población hizo colapsar los servicios básicos de abasto de agua, recolección de desechos, tratamiento de aguas servidas, generación de electricidad y hasta de educación y salud. En la periferia de la ciudad crecieron los asentamientos informales.
Al alejarse pocos kilómetros del centro urbano, se llega al caserío La Cartonera, por estar cerca de una fábrica de cartones. Entre calles polvorientas, se alzan 200 viviendas ilegales de paredes de canto y techos de hormigón armado en su mayoría, aunque algunas pocas tienen cubiertas ligeras de metal o fibrocemento.
Sobre tendederos en lo que será el portal de su casa a medio construir, la camarera Yelenis Irán, de 32 años, cuelga una colada de sábanas blancas y ropa para secarlas al sol. “Somos naturales de Baire (en el oriente del país insular), pero toda la familia ya está aquí”, contó la trabajadora de un hotel en Varadero.
“Todavía no tenemos propiedad de la vivienda. Ellos (las autoridades) dijeron una vez de hacer los papeles. Hicimos algunos trámites, pero nunca más han vuelto. Eso se quedó ahí”, indicó la joven madre, para quien la falta de agua y deficiente recolección de basuras son los principales problemas del barrio informal.
“El objetivo del gobierno es legalizar los 21 asentamientos en esa situación, para poder ordenarlos de manera adecuada”, explicó Ernesto Pérez, de 37 años, presidente (alcalde) desde hace cuatro años del gobierno municipal de Cárdenas.
“No es política del Estado cubano que esas personas sean desalojadas”, aseguró.
Las autoridades registran alrededor de 4.500 viviendas ilegales, aunque en los últimos tiempos, la administración actual logró entregar las propiedades y mejorar la situación de ocho comunidades sin papeles.
“La ciudad se caracteriza por sus calles muy rectas. Eso se ha perdido en las zonas donde las personas construyeron en forma ilegal. Hasta (las autoridades) han tenido que demoler construcciones en lugares totalmente inadecuados”, valoró a IPS la profesora Beatriz Lima, de 37 años.
A su juicio, “Cárdenas de alguna manera se ha detenido para desarrollar a otros como Varadero. Me parece que todos los esfuerzos han ido hacia allá”.
Para terminar con el problema, las autoridades locales no tienen todas las herramientas en sus manos.
Integrantes del consejo de gobierno municipal explicaron a IPS que el estatal Instituto de Planificación Física carece actualmente de una norma para legalizar los asentamientos irregulares, como la hubo en el pasado reciente. Y en la localidad dependen de la decisión centralizada de esa entidad.
Como Cárdenas, los 168 municipios subordinados a las 15 provincias del país sufren de limitaciones para desempeñar su gestión, burocratismo y afrontan grandes problemas acumulados por la postergación durante décadas de los planes territoriales, en un país de sistema centralizado y estatatizado que las reforma iniciadas en 2008 pretenden cambiar.[related_articles]
Aunque calificadas por especialistas de lentas e insuficientes en el ámbito local, las transformaciones realizadas por el gobierno de Raúl Castro soplan aires de empoderamiento a las municipalidades, sobre todo en la creación de pequeños fondos propios derivados de los impuestos al sector privado y otros.
“La idea del impuesto de uno por ciento es magnífica porque todo va al desarrollo local”, sostuvo Pérez, en referencia al gravamen sobre los ingresos que desde 2015 todas las empresas, sociedades mercantiles y cooperativas pagan a las arcas municipales.
Cárdenas el pasado año recaudó 7,6 millones de pesos cubanos (316.600 dólares) y estima ingresar ocho millones en 2016 (333.300 dólares).
De ahí destinaron fondos para la construcción del nuevo acueducto, en fase de ejecución, que ya ha beneficiado a 25.000 personas, aunque todavía otras 30.000 esperan por agua corriente.
El presidente señaló que manejan alternativas para la montaña de asuntos pendientes, en un plan de ordenamiento territorial y una estrategia de desarrollo local.
Discuten entre otros un proyecto para construir el ansiado alcantarillado, planean con la cooperación alemana un sistema de clasificación, recolección y reciclaje de basuras, y está previsto un vertedero municipal, cuatro nuevas subestaciones de generación eléctrica así como un complejo escolar.
Editado por Estrella Gutiérrez
