Cooperativa cambia la vida a agricultores pobres en Kenia

Oficina de la aldea comercial y el mercado de Tangakona, en el condado de Busia, Kenia. Crédito: Justus Wanzala/IPS
Oficina de la aldea comercial y el mercado de Tangakona, en el condado de Busia, Kenia. Crédito: Justus Wanzala/IPS

La elevada pobreza, la disminución en la superficie de la tierra y el clima cambiante obligaron a los agricultores de la zona de Tangakona, en el oeste de Kenia, a adoptar una iniciativa comercial cooperativa para mejorar sus medios de vida.

Los agricultores cultivan yuca y batata anaranjada, ambas resistentes a la sequía, en la iniciativa denominada “aldea comercial”, que consiste en un conjunto de agricultores registrados que se asocian para la producción, el procesamiento y la comercialización de sus cultivos y que pretende agregarles valor.[pullquote]3[/pullquote]

La iniciativa genera ingresos y mejora la seguridad alimentaria no solo en Tangakona sino en el resto del condado de Busia al que pertenece la localidad. Los agricultores cultivan las cosechas en grupos o individualmente, y procesan y venden los productos de forma colectiva.

Inicialmente, los agricultores plantaban los cultivos para su propio consumo, pero ahora también venden sus productos y fundaron una sociedad cooperativa que les permite ahorrar dinero y obtener préstamos.

El aspecto clave de la aldea comercial es la adición de valor. A partir de la yuca y de la batata anaranjada se hacen productos como pasteles, papas fritas, escones y harina para hacer chapatis o tortitas chatas, y mandazis o bollos, entre otras cosas, que tienen gran demanda y se pueden vender a buen precio.

Según Catherine Amusugut, quien está a cargo de la adición de valor, el concepto de la aldea comercial comenzó en 2011 y tiene sus raíces en un grupo de ayuda de agricultores creado en 1999. La idea la introdujo Farm Concern International, una agencia de desarrollo de los mercados en África que promueve modelos de marketing aptos para los pequeños agricultores.

Amusugut dijo que la aldea comercial de Tangakona se inició con 11 grupos y 196 miembros, pero desde entonces evolucionó para incorporar miembros individuales. Actualmente abarca a más de 10.000 personas que cultivan yuca y batata anaranjada.

«Al congregarnos también hemos logrado aumentar la producción, mejorar la cantidad de nuestros productos y sostener las necesidades del mercado», afirmó. El cultivo de los dos tubérculos mejoró la seguridad alimentaria y los niveles de ingresos de las comunidades locales.

Maurice Olaba, encargado de la producción de la aldea comercial, señala que existen 11 grupos con alrededor de 200 miembros en el área de Tangakona que se dedican a la agricultura de la yuca.

La aldea comercial colabora con varias organizaciones para apoyar a los agricultores en los diferentes aspectos de la cadena de valor, entre ellas la Organización de Investigación en Agricultura y Ganadería de Kenia, el Servicio de Inspección en Sanidad Vegetal de Kenia, la Organización Rural de Energía y Seguridad Alimentaria y el Instituto Internacional de Agricultura Tropical, que investiga los cultivos de tubérculos en la lucha contra la pobreza.

Otros colaboradores son la Alianza por la Revolución Verde en África, One Acre Fund, una organización sin fines de lucro que apoya a los pequeños agricultores de África oriental con financiación y servicios de capacitación, Farm Concern International y los ministerios de Agricultura e Industrialización de Kenia.

El concepto de la aldea comercial asegura el suministro estable de sus productos al mercado. «Nuestra producción de cultivos ha crecido enormemente por lo cual suministramos varias toneladas al mercado», aseguró Olaba.

Uno de los objetivos de la formación del Grupo de Autoayuda de Agricultores de Tangakona era la ampliación de la producción de los cultivos de tubérculos para satisfacer la creciente demanda como resultado de la expansión demográfica, a la vez que caía la producción de maíz, el alimento básico de la población.

El grupo pretendía asegurar la generación de ingresos de los campesinos para mejorar sus medios de vida. Con el cultivo de la batata anaranjada, que es rica en vitamina A, entre otras, también apuntan a mejorar la salud de los habitantes, añadió.

Olaba destaca la resistencia de los dos tubérculos. «Los cultivos se pueden plantar todo el año, incluso cuando las lluvias son escasas», explicó.

Los agricultores que venden sus productos a través de la aldea comercial aportan aproximadamente cinco centavos cada vez que entregan su cosecha para la venta. La cooperativa convierte ese dinero en acciones individuales para los socios.[related_articles]

El presidente de la aldea, Kenneth Ekisa Lok Okwanyang’ayel, señaló que el crecimiento de la organización comunitaria hasta convertirse en una aldea comercial y sociedad cooperativa es indicativa de su gran avance.

Durante la zafra de la cosecha en curso un grupo de 34 agricultores ganó 4.700 dólares con la venta de 370 bolsas de vides de batata y dos toneladas de batatas. Ekisa, un agricultor individual, tuvo el mayor ingreso ya que ganó 10.000 dólares con la venta de vides de batata, gajos de yuca, yuca y batatas.

A pesar de los avances, el grupo también se encontró con algunos obstáculos. Olaba dijo que hubo casos de brotes de plagas que afectan a los cultivos, especialmente a la yuca, que causan grandes pérdidas. Y a pesar del fuerte desempleo que padecen, los jóvenes del condado de Busia tienen poco interés en dedicarse al cultivo de los tubérculos.

En cambio, los grupos de mujeres lideran en la cantidad de cultivos.

Olaba explicó que en el condado de Busia los agricultores tienen poco conocimiento sobre la función de las cooperativas. Esto socava el reclutamiento de nuevos socios, se quejó.

Las fuentes de ingresos de los socios también son escasas por lo que no pueden reunir el capital suficiente para expandir la producción. Otro impedimento, señala Olaba, es la reducción en el tamaño de las tierras. La propiedad promedio de las fincas del condado solo ocupa dos hectáreas, lo que limita la expansión de la producción, dijo.

Ekisa se lamenta de que no pueden expandir su base de capital porque los bancos consideran que sus socios son un grupo de alto riesgo y no les otorgan préstamos. Algunas empresas procesadoras de alimentos que compran productos a la aldea comercial también demoran el pago, afirmó Amusugut.

Y aunque la aldea comercial se dedica a la adición de valor, aún no recibió la certificación oficial de la Dirección de Normas de Kenia, lo cual les cierra el acceso de sus productos a algunos mercados en este país africano.

Es necesario facultar a los agricultores para que expandan la producción porque en la actualidad tienen un acuerdo para entregar tres toneladas de batata anaranjada por semana a una empresa de procesamiento de alimentos de un condado vecino, pero su capacidad productiva no les alcanza para llenar esa cuota, explicó Olaba.

Traducido por Álvaro Queiruga

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