La balinesa Porter Ngengh Tike pasa ocho horas al día con un gran cesto de bambú en la cabeza entregando frutas y verduras a los vendedores del gran mercado tradicional de Pasar Badung, en esta isla de Indonesia. El agotador trabajo le deja poco tiempo y dinero para ocuparse de su salud.
Tike no llega a 40 años, pero parece más de 50. Los 18 dólares que gana por semana los destina a comprar alimentos, cubrir los gastos del hogar y la educación de su hijo de 10 años, y no le queda nada para sus gastos médicos ni para tratarse la infección genital que padece.
Para Nyoman Sulastri, quien realiza la misma tarea, también es difícil cubrir el costo de sus necesidades médicas, que van desde enfermedades de transmisión sexual a anticonceptivos. Las dos mujeres se atienden en una clínica local de la organización humanitaria Yayasan Rama Sesana (YRS).[pullquote]3[/pullquote]
Ubicada cerca del mercado, la clínica atiende a vendedoras y porteadoras, quienes representan 67 por ciento de la fuerza laboral de Pasar Badung. Allí se pueden realizar chequeos gratuitos y recibir tratamiento básico para infecciones de transmisión sexual y obtener condones sin costo, entre otros servicios.
En la apertura de la 4 Conferencia Internacional sobre Planificación Familiar, autoridades y donantes coincidieron en un asunto clave: para lograr un futuro sostenible hay que darle más importancia a la planificación familiar y destinar más fondos para que las personas más pobres reciban atención en salud sexual y reproductiva.
La conferencia de tres días, que comenzó el lunes 25 de este mes en Nusa Dua, en Bali, reúne a unos 4.000 expertos en salud, activistas y educadores de todo el mundo.
“Es absolutamente necesario invertir en planificación familiar”, subrayó el presidente de Indonesia, Joko Widodo, en la inauguración de la conferencia.
“Ojalá en esta conferencia podamos discutir las principales bases necesarias para construir el planeta que queremos para 2030, un futuro en el que todas las mujeres y las niñas estén empoderadas para elegir cuándo, y si quieren, tener hijos, así como espaciar los nacimientos para que las madres y sus bebés tengan mejores oportunidades de gozar mejores vidas”, declaró Widodo.
El director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Babatunde Osotimehin, coincidió, y recordó que el propósito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el eje de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, es “no dejar a nadie atrás”.
“El acceso a la planificación familiar salva y transforma vidas. Hagamos esto. Transformemos vidas”, urgió Osotimehin, también secretario general adjunto del foro mundial.
Según la asociación Planificación Familiar 2020 (FP2020), unas 290,6 millones de mujeres y niñas usan actualmente anticonceptivos, pero todavía hay millones que no usan ningún método moderno de control de embarazo.
Para achicar la brecha, la Fundación Melinda y Bill Gates, una de las promotoras de la conferencia de Bali y donante importante de la planificación familiar, anunció que destinará otros 120 millones de dólares en los próximos tres años a ese fin.
Los fondos se volcarán a tres áreas específicas: generación de conciencia, mejora de la calidad de los servicios, en especial de anticonceptivos, y financiación de programas globales centrados en la planificación familiar, detalló Melinda Gates en un mensaje de vídeo.
Por su parte, Osotimehin remarcó que la verdadera sostenibilidad no puede proceder solo de los donantes, sino que los países deben “redoblar esfuerzos” para ofrecer más servicios.
“La planificación familiar se trata del derecho y de la capacidad de las mujeres de tomar decisiones sobre su salud y bienestar para contribuir a los objetivos de PF2020”, remarcó.
Lejos de la conferencia, una variopinta multitud de unas 50 mujeres y niñas están sentadas en el bullicioso patio de la clínica YRS escuchando atentamente a una educadora sexual que explica las funciones básicas de los órganos reproductivos, las relaciones sexuales, los anticonceptivos, las enfermedades de transmisión sexual más comunes y la higiene sexual.
La mayoría de las mujeres tienen poca o ninguna educación formal, por lo que las educadoras utilizan pizarrones, pizarras, afiches con dibujos anatómicos y modelos de madera de los órganos reproductores masculinos.
Las lecciones sobre salud sexual fueron otra de las razones por las cuales Tike y Sulastri se acercaron a la clínica, según confesaron ambas mujeres.[related_articles]
“Puedo aprender nuevas cosas y las oigo hablar de otras enfermedades”, destacó Tike.
En Bali, uno de los destinos turísticos más populares de Asia Pacífico, la incidencia de enfermedades de transmisión sexual, así como el cáncer de útero, es “increíblemente alta”, indicó Luh Putu Upadisari, fundadora y directora de la clínica YRS.
“Las mujeres de Bali, en especial las que trabajan en el mercado, tienen menos educación (formal) y menos tiempo”, apuntó Upadisari, cuya clínica atendió a unas 21.000 mujeres en la pasada década.
La combinación de esos elementos deja a las mujeres en una situación de gran vulnerabilidad frente a varias enfermedades de salud sexual y reproductiva, opinó.
“Muchas sufren infecciones de transmisión sexual, cáncer cervical y VIH/sida”, precisó Upadisari.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 500 millones de personas en el mundo están infectadas con el virus genital del herpes simple y más de 290 millones de mujeres tienen el virus del papiloma humano (VPH), una de las infecciones de transmisión sexual más comunes.
El principal objetivo de la YRS ha sido ofrecer información y educar a las mujeres sobre infecciones de transmisión sexual y cuestiones de planificación familiar. Los talleres y las consultas son gratuitas, pero el tratamiento tiene un costo. El fin es realizar esfuerzos para generar un cambio de comportamiento, explicó Upadisari.
Pero el esfuerzo no siempre da resultados, reconoció Komang Afy, una trabajadora de la clínica.
“Como no pueden pagar los medicamentos ni los chequeos, les pedimos que hagan una donación”, explicó. “La idea es ayudarlas a crear el hábito de ahorrar para su salud y su bienestar. Pero la mayoría de las mujeres no tienen dinero o no se preocupan de su propia salud”, precisó Afy.
Los limitados recursos de la clínica le impiden ofrecer un tratamiento que no sea más que una asistencia básica.
En la conferencia, el presidente de Indonesia, Jokowi, reconoció que su país todavía tiene muchas necesidades insatisfechas, pero reiteró su compromiso de apoyar a las mujeres a lograr un mayor acceso a la planificación familiar.
Traducido por Verónica Firme