América Latina invirtió en 2015 más de 23.000 millones de dólares en energías eólica, solar, biomasa, geotérmica y otras renovables. Pero deberá hacer un esfuerzo mayor en las próximas décadas en esa estrategia para responder a los desafíos del cambio climático.
“Para avanzar en mitigación del cambio climático, deberán plasmarse medidas fundamentales, como potenciar fuertemente en la región las energías renovables, que a su vez nos permitan revalorizar nuestros recursos naturales”, afirmó Andrés Romero, secretario ejecutivo de la gubernamental Comisión Nacional de Energía de Chile.
Junto a esto, añadió en diálogo con IPS, se debe “alcanzar una integración eléctrica que nos permita la complementariedad de recursos en la región y trabajar por una integración gasífera, que nos permita usar el gas natural como combustible de transición hacia una matriz energética más limpia”.
Las energías renovables son consideradas uno de los mecanismos más importantes para limitar el recalentamiento global y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés), si América Latina explotara una pequeña parte de su capacidad renovable no hidráulica, se podría satisfacer el incremento de la demanda de energía en las economías de la región.
El tema, fue protagonista en los discursos de los mandatarios latinoamericanos cuando intervinieron en París en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, desarrollada entre el 30 de noviembre y este viernes 11.
En su discurso ante la cumbre climática, el presidente de Paraguay, Horacio Cartes aseguró que Paraguay es un país abundante en recursos naturales y el mayor productor y exportador de energía renovable del mundo.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en tanto, señaló que desde 2013, la capacidad de energía renovable en su país se ha triplicado y las últimas licitaciones de energía han hecho que los costos sean hasta 50 por ciento menores que hace dos años.
La mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, por su parte, ratificó que su país tiene una “ambición” de conseguir 43 por ciento de reducción de emisiones para el 2030 a través del aumento de la disponibilidad de energías renovables, como energía solar, eólica y biomasa, y la reducción de la deforestación de la Amazonia.
Según el informe “Climascopio 2015”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo y Bloomberg, en el último año América Latina invirtió más de 23.000 millones de dólares en energía eólica, solar, biomasa, geotérmica y otras renovables.
Y si bien, la mayor parte de la actividad en la región se concentra en las economías más grandes, algunos de las de menor dimensión también se han destacado entre los líderes de energías limpias. Brasil, Chile, México y Uruguay se ubican dentro de los 10 primeros lugares del ranking mundial en este punto.
De acuerdo al reporte, Brasil, la potencia latinoamericana que está actualmente entre los mayores emisores de GEI, ha sido líder regional en el desarrollo de energías limpias en los últimos cuatro años. Mientras, la segunda economía regional, México, está abriendo oportunidades para los generadores privados y más capacidad para las energías limpias.
Uruguay debería terminar el 2015 con casi 30 por ciento de su capacidad instalada proveniente de parques eólicos.
Chile posee un total de 19.725,72 megavatios de potencia instalada. De estos, 58,4 por ciento provienen de generación de diésel, carbón y gas natural, mientras que el resto corresponde a energías renovables que incluyen, en su gran mayoría, a la mega hidroelectricidad.
Solo 13,5 por ciento del total corresponde a energías renovables no convencionales como eólica (4,57 por ciento), solar fotovoltaica (3,79 por ciento), mini hidroeléctricas (2,8 por ciento) y biomasa (2,34 por ciento).
El gobierno de Bachelet propuso una nueva agenda energética en la que se estima viable que al año 2050, 70 por ciento de la generación de energía en Chile provenga de fuentes renovables, confirmó a IPS el ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier.
Recordó que “setenta por ciento de las emisiones de gases efecto invernadero en Chile, proviene del sector energético”. “Por lo tanto, son los compromisos en energía los que nos permitirán llegar al compromiso de reducción del 30 por ciento de las emisiones al 2030”, y así lo ratificó Bachelet en París, planteó el ministro.
“Si uno toma la hoja de ruta de energía 2050, se estima viable que al año 2050, 70 por ciento de la generación de energía en Chile provenga de energías renovables. Eso es lo que hace posible, serio, comprometer esta meta de gases de efecto invernadero”, añadió.
Para Andrés Romero, el camino hacia la masificación de las energías renovables en América Latina, implica, primero, avanzar hacia el desarrollo de la eficiencia energética, entendiéndola como la primera y más limpia fuente de energía.
Junto a esto, “será necesario terminar con los subsidios al uso de hidrocarburos, que presionan los presupuestos fiscales y generan inadecuadas señales para los consumidores”.
Sin embargo, advirtió, un nuevo modelo de desarrollo energético latinoamericano, basado en una política climática y por tanto descarbonizada, podrá ser un éxito, siempre y cuando, esté también conectado con los otros aspectos sociales y culturales de la región.
“Debe seguir avanzando en la reducción de la pobreza energética, la desigualdad en el acceso a fuentes de energía, la profundización de los espacios de participación, la protección de los bienes naturales, el medioambiente y la biodiversidad, entre otros temas relevantes para América Latina”, explicó el especialista.
Más allá del prerrequisito de resolver estas brechas, se estima que en los próximos años la capacidad instalada de energías renovables en la región aumente considerablemente de la mano de las empresas mundiales del sector que han puesto la mirada en la región por el gran potencial para su desarrollo.
En México, por ejemplo, la empresa Enel Green Power inició en julio la construcción de un nuevo parque eólico de 100 megavatios de capacidad instalada en la región de Zacatecas, mientras la compañía alemana Siemens anunció ese mismo mes su decisión de incrementar su capacidad eólica en la región, en especial con proyectos en Brasil y México.
También el grupo español Iberdrola informó que invertirá unos 4.000 millones de dólares en proyectos para la expansión de la red de distribuidoras y la construcción de siete parques eólicos en Brasil, en los próximos tres años.
En Chile, otro ejemplo, empresas de energías renovables ganaron en octubre una licitación para desarrollar 1.200 gigavatios hora al año por 20 años a partir de enero de 2017.
El gobierno espera que en el próximo proceso de licitación del suministro eléctrico, que se realizará en abril de 2016 y que incluirá a 30 por ciento de la demanda en energía (13.750 gigavatios hora/anuales por un período de 20 años), se mantenga la consolidación de las renovables.
Editado por Estrella Gutiérrez