El plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU vence en diciembre, y una de las preguntas pendientes es por qué los países africanos lograron avances en algunos, pero no cumplieron con la mayoría.
Un nuevo estudio, titulado «Evaluación del progreso en África hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio«, publicado en Nueva York por, señala que los deficientes mecanismos de aplicación y la excesiva dependencia de la ayuda al desarrollo socavaron la sostenibilidad económica de varios de los ocho ODM, incluida la erradicación o reducción de la pobreza extrema y el hambre.[pullquote]3[/pullquote]
El informe, elaborado por la Comisión Económica para África, la Unión Africana, el Banco Africano de Desarrollo y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dice que, “tras haber hecho progresos alentadores respecto de los ODM, los países africanos tienen la oportunidad de usar los recién presentados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para enfrentar los retos pendientes y lograr un gran avance».
Los 17 ODS, adoptados el domingo 27 por gobernantes de todo el mundo en una reunión cumbre en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), tienen como meta el año 2030 para erradicar la pobreza y el hambre del planeta.
Se prevé que la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) en África se mantendrá baja de 2015 a 2018, a un promedio de 47.000 millones de dólares anuales. Por lo tanto, la atención debería dedicarse a aumentar y diversificar las economías, movilizar recursos internos y nuevos socios, desatar el potencial económico de las mujeres y combatir los movimientos financieros ilícitos, recomienda el informe.
Abdoulaye Mar Dieye, el director de la Oficina Regional para África del PNUD, dijo a IPS que la falta de recursos financieros ha sido uno de los mayores obstáculos para que los países africanos puedan cumplir con los ODM.
Y la AOD parece estar llegando a una meseta, señaló.
«Por lo tanto, existe la necesidad de que los países realicen esfuerzos concertados para movilizar los recursos nacionales, construir infraestructura financiera, y asegurar que se pongan en marcha medidas e instituciones reguladoras apropiadas”, continuó.
Aún así, no alcanza con la movilización de recursos, sino que deben acompañarse de políticas adecuadas para un empleo eficaz de los fondos con los fines previstos, destacó.
«Debemos concebir estrategias para superar el desafío de financiación. La AOD debe servir como un catalizador», exhortó Dieye.
Por ejemplo, una proporción considerable de la AOD debe emplearse para desarrollar la capacidad institucional para la movilización de recursos internos en los países menos adelantados, sugirió.
Además, hay que movilizar otras fuentes de financiación, como las remesas, el sector privado, la cooperación Sur-Sur, los fondos del sector minero y demás sectores, agregó.
Aunque las tasas globales de pobreza siguen en torno a 48 por ciento, según los cálculos más recientes, la mayoría de los países avanzaron al menos en una de las metas.
Gambia redujo la pobreza un 32 por ciento entre 1990 y 2010, mientras que en Etiopía descendió un tercio.
Algunas políticas e iniciativas fueron pioneras, según el informe, como la Escuela para Maridos, de Níger, que logró transformar a los hombres en aliados en la promoción de la salud reproductiva de las mujeres, la planificación familiar y el cambio de actitud hacia la igualdad de género.[related_articles]
Cabo Verde plantó millones de árboles en los últimos años y aumentó más de seis por ciento su cobertura forestal.
Aún así, el estudio advierte que falta mucho trabajo para asegurar una mejora en el nivel de vida de todas las mujeres y hombres africanos.
«Si bien el crecimiento económico ha sido relativamente fuerte, no fue lo suficientemente rápido ni incluyente para crear puestos de trabajo. Del mismo modo, muchos países lograron el acceso a la enseñanza primaria, sin embargo aún deben abordarse problemas considerables de calidad y equidad», precisó.
El estudio advierte que el desarrollo sostenible será imposible a menos que los países y las comunidades africanas sean resistentes, capaces de anticipar, dar forma y adaptarse a los desafíos que enfrentan, que incluyen los desastres relacionados con el clima, las crisis sanitarias, como la epidemia de ébola en África occidental, los conflictos armados y la inestabilidad.
La inversión en prevención y preparación minimizará los riesgos y los costos futuros.
África experimentó una aceleración en el crecimiento económico, instaló redes de seguridad social ambiciosas y políticas concebidas para impulsar la educación y combatir el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y otras enfermedades.
El continente también incorporó cuotas de mujeres en el parlamento, está a la cabeza a nivel internacional en materia de igualdad de género, y mejoró la paridad de género en las escuelas primarias.
Traducido por Álvaro Queiruga