Alexander Muyekhi, un obrero de la construcción de la aldea de Ebubayi, en el oeste de Kenia, disfruta con sus hijos de un pequeño dispositivo solar, entregado por la organización británica Azuri Technologies, gracias al cual tiene luz eléctrica en su casa y puede escuchar la radio.
Ahora su familia ya no tiene que usar lámparas a queroseno, que dan una luz tenue y emiten un humo nocivo para la salud.
Pero muchos otros residentes de su misma aldea, y de otras partes del país, no tienen esa suerte porque no pueden costear el depósito de 1.000 chelines (unos 10 dólares) para adquirir el dispositivo y luego pagar 80 cuotas semanales de 120 chelines (1,2 dólares).[pullquote]3[/pullquote]
“El kit inocuo para el clima es muy importante, en especial para los pobres del sector rural”, destacó Philip Kilonzo, asesor técnico para recursos naturales y modos de vida de ActionAid International en Kenia. “Pero para las familias que sobreviven con menos de un dólar al día, no es fácil pagar el depósito y las cuotas semanales”, indicó.
Por ese tipo de cuello de botella, Wilbur Ottichilio, legislador del distrito de Emuhaya, en el oeste de Kenia, y presidente de la Red Parlamentaria sobre Energía Renovable y Cambio Climático, promovió el proyecto de Ley de Cambio Climático, que ya se discutió y ahora está sujeto a debate público antes de su aprobación final.
“Una vez promulgada, la usaremos de forma deliberada como instrumento legal para reducir o exonerar de impuestos a dispositivos que no dañen el ambiente, así como para proyectos que apunten a un crecimiento bajo en emisiones de carbono”, explicó Ottichilo.
La contribución neta de Kenia a las emisiones globales de gases de efecto invernadero es baja, sin embargo, el borrador de la Política Nacional Marco para el Cambio Climático señala que un significativo número de iniciativas de desarrollo prioritarias tendrán un impacto en las emisiones de este país.
Con la colaboración de varios socios, este país ya invierte cada vez en generar electricidad a partir de fuentes geotérmicas, en el sector energético, como forma de contrarrestar la situación, traslada el transporte de carga por carretera a la red ferroviaria, en el sector transporte, promueve la reforestación, en el sector forestal, y la agroforestería, en el sector agrícola.
“Con un marco legal a disposición, será posible aumentar ese tipo de proyectos que procuran mitigar y promueven la adaptación a los impactos del cambio climático”, puntualizó Ottichilo.
El proyecto de ley busca ofrecer un marco legal e institucional para las iniciativas de mitigación y adaptación a las consecuencias del recalentamiento global, así como facilitar e impulsar una respuesta al cambio climático y ofrecer una guía e indicadores para lograr un desarrollo con bajas emisiones contaminantes y resiliencia al cambio climático.
“Recibimos el proyecto de ley de la Asamblea Nacional a fines de marzo, lo estudiamos por posibles enmiendas y lo sometimos al análisis público, como obliga la Constitución, antes de que fuera leído en el Senado por segunda vez, el 22 de este mes”, explicó Ekwee Ethuro, presidente de esa cámara.
“Luego, lo enviaremos a la Asamblea Nacional, para que lo envíe al presidente para su promulgación”, detalló en diálogo con IPS.
“El mismo proyecto fue rechazado por el expresidente Mwai Kibaki porque faltó participación ciudadana en su creación. Estamos teniendo cuidado de no repetir el mismo error”, añadió Ethuro.
La norma prevé la creación de un consejo nacional de cambio climático que, entre otras cosas, coordinará la formulación de planes de acción a escala nacional y de los condados, además de estrategias y políticas, que pondrá a disposición de la población.[related_articles]
“Esta ley es una herramienta muy importante para la sociedad civil y otros actores porque nos dará una oportunidad para gestionar y buscar fondos para proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático”, elogió John Kioli, presidente del Grupo de Trabajo sobre el Cambio Climático de Kenia.
La evidencia del cambio climático en Kenia se basa en análisis estadísticos de tendencias en los registros históricos de temperatura, precipitaciones, aumento del nivel del mar, cobertura de glaciares de montaña y eventos climáticos extremos.
Los registros de temperatura y lluvias del Departamento de Meteorología de Kenia de los últimos 50 años ofrecen una clara evidencia de los efectos del fenómeno en este país.
Las temperaturas suelen mostrar una tendencia al alza en muchas partes del país a partir de principios de los años 60, lo que se confirma en los datos presentados en el Estado del Ambiente, publicado por la Autoridad Nacional de Gestión Ambiental.
Por ende, el país ahora experimenta sequías prolongadas, patrones de lluvias erráticos, inundaciones, deslizamientos de tierras y muchos efectos más del recalentamiento planetario, que, según los expertos, empeorarán con el tiempo.
Además, 83 por ciento del territorio de Kenia es árido o semiárido, lo que deja al país en una situación de mayor vulnerabilidad frente al cambio climático, cuyos impactos tienen consecuencias en diversos aspectos de la sociedad, la economía, la salud y el ambiente.
“Buscamos adoptar sistemas de producción de alimentos que no perjudiquen al clima, como emisiones de gases invernadero, necesitamos minimizar las pérdidas tras las cosecha y el desperdicio de alimentos y debemos adaptarnos a nuevas tecnologías que no dañen al ambiente”, subrayó Ottichilo.
“Todo eso funcionará bien una vez que tengamos el respaldo de un entorno legal de apoyo”, subrayó.
Editado por Phil Harris / Traducido por Verónica Firme