La Asamblea General de la ONU, compuesta por 193 Estados miembros, adoptó una resolución para redactar un tratado internacional jurídicamente vinculante que conserve la vida marina y regule las aguas de alta mar, aquellas que se encuentran fuera de toda jurisdicción nacional.
La resolución del viernes 19 fue el resultado de más de nueve años de negociaciones por un Grupo de Trabajo Especial, que sesionó por primera vez en 2006.[pullquote]3[/pullquote]
Si el tratado llega a concretarse, será el primero a nivel mundial que incluya medidas de conservación, incluidas áreas y reservas marinas protegidas, evaluaciones de impacto ambiental, acceso a recursos genéticos marinos y reparto de beneficios, creación de capacidades y la transferencia de tecnología marina.
La Alianza de Alta Mar (HSA, en inglés), una coalición de 27 organizaciones no gubernamentales, tuvo mucho que ver en las negociaciones sobre el tratado propuesto y ha hecho campaña por esta resolución desde 2011.
IPS le preguntó a Elizabeth Wilson, directora de política internacional oceánica de la organización humanitaria The Pew Charitable Trusts, una integrante de la coalición, si el tratado estará pronto para la fecha prevista de 2018. «No exactamente, aunque sí esperamos un progreso significativo”, respondió.
Se prevé que la primera ronda de negociaciones formales tenga lugar en 2016 y que continúe hasta 2017.
La Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) decidirá en septiembre de 2018 si se convocará a una conferencia intergubernamental que establezca el texto del acuerdo y fije una fecha de inicio de la misma.
Wilson dijo que es probable que la conferencia intergubernamental se reúna entonces varias veces a lo largo de aproximadamente dos años para lograr ese objetivo.
«Esta decisión innovadora nos pone en el camino para tener un marco legal instalado que permita la gestión integral de las zonas oceánicas fuera de la jurisdicción nacional», respondió Wilson a la pregunta de si el tratado cambiará la actual “anarquía” que reina en alta mar.
Hoy en día, las aguas internacionales se rigen por un mosaico inadecuado de acuerdos y organizaciones internacionales, regionales y sectoriales.
Un tratado nuevo ayudaría a organizar y coordinar la conservación y la gestión de los océanos. Esto incluye la capacidad de crear reservas marinas totalmente protegidas donde no se permitan las actividades nocivas. En la actualidad no hay manera de contar con este tipo de protección jurídicamente vinculante, agregó Wilson.
Las aguas de «alta mar representan casi la mitad de nuestro planeta, la mitad que se dejó sin leyes ni protección durante demasiado tiempo. Se necesita con urgencia una red mundial de reservas marinas para devolverle la vida al océano. Eso debería suceder con este nuevo tratado”, afirmó Sofia Tsenikli, de la organización ecologista Greenpeace.
En un comunicado difundido el viernes 19, HSA señaló que la resolución sucede a la conferencia Río+20, celebrada en Río de Janeiro en 2012, donde los jefes de Estado y de gobierno se comprometieron a encarar la protección de las aguas de alta mar.
En esa ocasión se estuvo cerca de acordar un nuevo tratado, pero surgió el obstáculo de unos pocos gobiernos, que permanecen contrarios al tratado desde entonces.[related_articles]
La Convención sobre el Derecho del Mar (Unclos), que fue adoptada en 1982, es reconocida como la «constitución» de la gobernanza mundial de los océanos, pero tiene un alcance amplio y no incluye las disposiciones pormenorizadas necesarias para abordar actividades específicas, ni establece un mecanismo de gestión ni las normas para proteger la biodiversidad en alta mar, explicó Wilson.
Desde la adopción de la Unclos hubo dos acuerdos de aplicación posteriores para hacer frente a sus deficiencias y otras áreas que la Convención no abarcaba del todo, uno relacionado con la minería en el fondo marino y el otro con las poblaciones de peces sumamente migratorios, precisó.
Este nuevo tratado sería el tercer convenio de aplicación desarrollado desde la Unclos, recordó Wilson.
La resolución del viernes subraya «la necesidad de que el régimen mundial integral aborde mejor la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en las áreas fuera de la jurisdicción nacional”, según la HSA.
La resolución permite un proceso preparatorio de dos años para considerar los elementos que comprendería el tratado.
Ese proceso comenzará en 2016 y culminará a fines de 2017, con la decisión de convocar la conferencia de negociación formal del tratado en 2018.
Las aguas de alta mar son los mares que están más allá de la zona económica exclusiva de los países, que constituyen 64 por ciento de los océanos, y el fondo marino que yace fuera de la plataforma continental de un país, explica un informe previo publicado por la HSA.
Estas áreas representan casi 50 por ciento de la superficie de la Tierra, e incluyen a algunos de los ecosistemas más importantes, amenazados y menos protegidos del planeta.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga