Aastha Sharma, de 15 años, no puede hacer lo mismo que sus amigas que van a una escuela privada en la capital de India. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica que padece la obliga a permanecer confinada en su casa. El origen de su problema probablemente sea el aire extremadamente contaminado de Nueva Delhi.
En los últimos tres años, Sharma ha pasado de un medicamento a otro, se ha perdido actividades sociales y se vio obligada a seguir una dieta limitada, que no incluye sus alimentos preferidos. Además de los libros y el almuerzo, en su mochila lleva un nebulizador para hacer frente a los ataques ruidosos, a los que ya les tiene miedo.
“Estoy harta de todo lo que puedo y no puedo hacer. ¿Cuándo tendré una vida libre?”, se preguntó la adolescente.[pullquote]3[/pullquote]
La misma pregunta se hacen muchos jóvenes obligados a soportar las consecuencias del aire sumamente contaminado en esta ciudad de 18 millones de habitantes, considerada la peor del mundo en este aspecto.
Las partículas mortales importan
Un estudio de la organización ambientalista Greenpeace India concluyó que la calidad del aire en cinco grandes escuelas de la capital era mala.
“La contaminación del aire en las escuelas de Nueva Delhi es alarmante, y los niños y niñas lo respiran constantemente”, subrayó Aishwarya Madineni, activista de Greenpeace. “El nuevo gobierno debe reconocer la severidad del problema en esta ciudad”, apuntó.
Otro estudio realizado en 2014 a 11.628 escolares de 36 centros educativos, ubicados en distintas partes de la ciudad, concluyó que uno de cada tres niños tenía las funciones respiratorias disminuidas debido a la contaminación por partículas.
En un informe enviado a la Corte Suprema de Justicia, la Autoridad para la Prevención y el Control de la Contaminación Ambiental urgió al alto tribunal a ordenar a todas las escuelas de Nueva Delhi a cerrar los días con mayor riesgo para la salud.
Estudios de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos señalan que cuando los niños quedan expuestos a la materia particulada, un complejo de ácidos (nitratos y sulfatos), químicos orgánicos, metales y partículas de polvo de 2,5 micrómetros, pueden desatarse un conjunto de enfermedades respiratorias mortales.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer clasificó en 2013 a la contaminación por materia particulada como cancerígena para los humanos y la consideró “la principal causa de las muertes por cáncer”.
“Además de las membranas mucosas y las cavidades nasales, la contaminación aérea también irrita los ojos y la piel. La exposición a altos grados de contaminación puede causar enfermedades graves a largo plazo”, alertó Abha Sood, oncóloga y consultora en el Hospital Max de Nueva Delhi.
Además, la exposición de las mujeres embarazadas a prolongados períodos de contaminación pueden causar malformaciones en los órganos del feto, acotó el especialista.
“La materia particulada de menos de 10 micrómetros de diámetro es especialmente nociva, pues se aloja en lo profundo del pulmón y penetra en el torrente sanguíneo, elevando la vulnerabilidad de las personas frente al cáncer y cardiopatías”, explicó.
Una crisis nacional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la contaminación en este país es de las peores del mundo y atenta contra la esperanza de vida. Según un estudio de unos economistas de las universidades estadounidenses de Harvard y Yale, este problema reduce tres años de vida a las personas.
Alrededor de la mitad de la población de India, unas 660 millones de personas, viven en zonas donde la materia particulada supera el promedio nacional de lo que se considera seguro, indica informe.
Si India logra revertir la tendencia podrá salvar 2.100 millones de años de vida a su población.
Además, este país registra la mayor cantidad de muertes por enfermedades respiratorias crónicas y asma en el mundo, según la OMS, que también dice que en India están 13 de las 20 ciudades más contaminadas.
Unas 1,5 millones de personas mueren al año en este país por la contaminación interior y exterior, lo que también contribuye a las cardiopatías agudas y crónicas, la principal causa de muerte en India.
La Autoridad para la Prevención y el Control de la Contaminación Ambiental también pidió a la Corte Suprema aumentar el impuesto a los vehículos a gasóleo y prohibir los automóviles de particulares cuando la contaminación ambiental es excesiva.
También recomendó que los vehículos con más de 15 años se retiraran de circulación y que se instalaran purificadores de aire en los mercados más concurridos, además de tomar medidas enérgicas contra la quema de basura.
Pero la implementación de esas medidas ha sido irregular, en el mejor de los casos.
De hecho, habrán 400 millones de vehículos en India en 2040, muy por encima de los actuales 170 millones, según estimaciones del Instituto de Recursos y Energía de la Universidad de California y la Dirección de Recursos Aéreos de California.
Eso podría ocasionar una crisis sanitaria, pues el grado de materia particulada de 2,5 micrómetros de diámetro se triplicaría y los gases contaminantes muy reactivos emitidos por automóviles y camiones se multiplicarían por cinco, pronosticó el estudio.
El costo de la contaminación ya representa una pesada carga para la tercera economía de Asia. Un estudio del Banco Mundial remarcó en 2013 cómo la contaminación y otros problemas ambientales le cuestan a India 80.000 millones de dólares al año, casi seis por ciento del producto interno bruto.[related_articles]
Alrededor de 23 por ciento de la mortalidad infantil y 2,5 por ciento de la de adultos puede atribuirse a la degradación ambiental, precisa el informe.
Energía derivada del carbón aviva el fuego
La contaminación del aire es la quinta causa de muertes en India. Entre 2000 y 2010, se multiplicó por seis, dejando 620.000 personas fallecidas de forma prematura, según el Centro para la Ciencia y el Ambiente, con sede en Nueva Delhi.
Otro estudio, divulgado esta semana, se concentró en la contaminación causada por las centrales eléctricas a carbón.
Una auditoría de dos años, realizada en 47 plantas de energía térmica, estatales y privadas, señaló que sus instalaciones están entre las más ineficientes del mundo, operando, en promedio, a entre 60 y 70 por ciento de su capacidad instalada.
También se descubrió que las emisiones de dióxido de carbono son 14 por ciento más altas que las de instalaciones similares en China. Además, 76 por ciento de las centrales no cumplían los objetivos de utilización de las cenizas volátiles, impuestos por el Ministerio de Ambiente y Silvicultura.
Dado que el gobierno no parece estar interesado en diseñar un plan de acción que involucre a todos los actores para frenar y revertir el problema de la contaminación aérea, parece que Sharma y su nebulizador serán inseparables por un buen tiempo más.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme