Encontrar formas de integrar mejor las dos ramas de las operaciones de paz de la ONU, las misiones políticas especiales y las operaciones de mantenimiento de la paz, será una de las prioridades del nuevo comité de expertos, encabezado por el premio Nobel de la Paz y expresidente de Timor Oriental, José Ramos-Horta.
El grupo de alto nivel evaluará cómo las operaciones de paz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) pueden responder a los reclamos de la comunidad internacional de lograr una mayor eficacia y mejorar su capacidad de respuesta.[pullquote]3[/pullquote]
Dadas las últimas denuncias de informes incompletos o falsos sobre las operaciones de paz de la ONU, como una investigación sobre acusaciones de violaciones masivas en Tabit, Sudán, otra cuestión apremiante que deberá considerar el panel será la de la transparencia y la responsabilidad.
En entrevista con IPS, Ramos-Horta explicó que no se trata de una misión de investigación, sino de un evento serio que pretende “ilustrar la necesidad de hacer cambios y una seria reflexión sobre todo el proceso de las misiones políticas y de mantenimiento de la paz”.
“No puede parecer como que la ONU se abstiene de informar sobre lo que ocurre en el terreno. Al no hacerlo sumamos impunidad”, arguyó.
El Grupo Independiente de Alto Nivel sobre las Operaciones de Paz de la ONU, de 14 miembros, anunciado por el secretario general, Ban Ki-moon, el 31 de octubre, fue rápidamente blanco de críticas porque solo incluyó tres mujeres, por lo que el lunes se anunció la inclusión de otras tres integrantes.
Ramos-Horta reconoció que “es sabido que hay una discrepancia significativa y, por lo que entiendo, son críticas oportunas y bien argumentadas con respecto al desequilibrio”.
Uno de los asuntos en los que más se concentrará la reflexión del grupo es en la protección de mujeres, niñas y niños y en su papel de ellas en el diálogo y en los acuerdos de paz.
Una de las nuevas integrantes, Radhika Coomaraswamy, ex representante especial para los niños y conflictos armados, se asegurará de que el panel trabaje de acuerdo a los planes para la implementación de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Eso puede indicar cierto reconocimiento a la necesidad de pasar a la acción luego varios años de hablar sobre el papel de las mujeres en la construcción de paz.
Ramos-Horta dijo que el panel trabajará en estrecha colaboración con ONU Mujeres y escuchará más a la sociedad civil y a organizaciones de mujeres en las regiones que sufren los efectos de los conflictos.
Equilibrar la acción con un cronograma
Otro asunto de gran preocupación es que el grupo no cuente con integrantes de países como la República Democrática del Congo (RDC), la República Centroafricana y Sudán, donde conflictos, al parecer insolubles, han causado daños significativos a las fuerzas de mantenimiento de la paz en los últimos años.
La experiencia de Ramos-Horta con las operaciones de paz incluye su propio país, Timor Oriental, y su último papel como enviado especial de la ONU para la misión política especial en Guinea-Bissau.
Una de las razones por las cuales continúan algunos conflictos difíciles de resolver, según Ramos-Horta, es la falta de liderazgo local y de cooperación de los gobiernos involucrados. Por ello es muy acertado realizar más consultas con representantes de esos países.
Otro problema que mencionó fue la falta de un ejército permanente o de un campo de entrenamiento para las fuerzas de paz, de forma que estén listas para actuar en cuanto estalla una crisis.
Si bien un ejército permanente permitiría controlar los conflictos en cuanto estallan, también representaría un desafío en términos de económicos.
Uno de los objetivos del panel será revisar las operaciones de paz a la luz del cambio que ocurre en la naturaleza de los conflictos.
Es importante no olvidar los horrores de las guerras pasadas, puntualizó Ramos-Horta, como los campos de exterminio en Camboya o la guerra entre Iraq e Irán.
A pesar de la complejidad y la gravedad de los conflictos contemporáneos, como en la RDC y Siria, el promedio anual actual de personas que mueren en guerras disminuye desde el final de la Guerra Fría.
Pero en el mismo período, la dimensión de las operaciones de paz de la ONU aumentó.
Ramos-Horta señaló que ahora hay más expectativas de la comunidad internacional de responder con rapidez a un conflicto.[related_articles]
“La sociedad civil tiene un mayor acceso a la información y reclama acciones de los gobiernos, por eso actualmente se observa un mayor reclamo y presión para que la comunidad internacional actúe”, precisó.
“Ojalá en mi país hubiera habido desde 1975 en adelante medios digitales e indignación internacional como ocurre ahora con la RDC, por ejemplo, o con los conflictos en Iraq, Libia y Siria”, confesó.
“La comunidad internacional reclama que la ONU intervenga más rápido y sea más efectiva a la hora de poner fin a los conflictos”, observó.
Otra forma de que las operaciones de paz sean más eficientes es tomar medidas de prevención. Para ello, uno de los objetivos del grupo es buscar formas de mejorar el financiamiento de las misiones políticas especiales, la rama de las operaciones de paz que procuran reducir la necesidad de fuerzas de paz, conteniendo los conflictos desde el origen.
Actualmente, los fondos disponibles para las misiones políticas especiales, de las que hay 11 en funcionamiento, son limitados.
El mantenimiento de la paz tiene su propio presupuesto, actualmente 7.000 millones de dólares, para el ejercicio 2014-2015, pero el secretario general debe buscar fondos para las misiones políticas especiales del ya escaso presupuesto general de la ONU.
En definitiva, la limitada capacidad económica de la ONU para hacer el trabajo que la comunidad internacional espera será una de las mayores prioridades del grupo, a pesar de las otras consideraciones prácticas que deberá atender.
Pueden seguir Lyndal Rowlands en Twitter @lyndal.rowlands
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme