La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe aprobar una resolución que declare violatorios del derecho humanitario internacional a los ataques nucleares sobre las ciudades, reclaman sectores de la sociedad civil.
En la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, que tuvo lugar en Viena del lunes 8 al martes 9, los partidarios de la resolución argumentaron que después de las bombas que Estados Unidos arrojó sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945, es innegable que la explosión de un arma nuclear en una zona poblada provocaría una destrucción inaceptable.[pullquote]3[/pullquote]
“Ya hay más de 6.000 ciudades que integran nuestra campaña, llamada ‘¡Las ciudades no son blancos!’, que declara ilegal atacar a las urbes con armas nucleares», indicó Aaron Tovish, de la organizaciónAlcaldes por la Paz.
Que la ONU “prohíba expresamente esta conducta es de gran valor», dijo.
La resolución de la Asamblea General podría ser un verdadero paso práctico para avanzar hacia el desarme nuclear, según sus defensores.
Jonathan Granoff, director delInstituto de Seguridad Mundial, dijo que los demás usos de las armas nucleares también violan el derecho internacional, pero que no debe haber ninguna duda de que la destrucción de una ciudad es ilegal.
«Mientras no exista una prohibición legal, una convención o un marco de instrumentos con miras al desarme nuclear, algo que exigen las promesas hechas por los Estados poseedores de armas nucleares de conformidad con elTratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y la decisión unánime de laCorte Internacional de Justicia, este paso nos haría a todos un poco más seguros y rebajaría el estatus político de estos dispositivos horrorosos», añadió.
Los nueve países que actualmente tienen arsenales nucleares son China, Corea del Norte, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Israel, Pakistán y Rusia.
¿Es necesaria la resolución?
En los últimos años quedó claro que el incumplimiento de las promesas realizadas en el ámbito del desarme nuclear tuvo su origen en políticas de seguridad profundamente arraigadas que no tienen miras de cambiar.
El presidente estadounidense Barack Obama y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, alimentaron la esperanza de un mayor desarme nuclear, pero sus palabras chocan contra una realidad en la cual los Estados con armas nucleares modernizan y amplían sus arsenales.
Estos países concuerdan que estas armas son malas y llegan a reconocer la responsabilidad legal del desarme, pero a la vez sostienen que son buenas porque son necesarias para los fines de disuasión y la estabilidad estratégica.
China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia acordaron que tienen una responsabilidad legal de desarme, según el TNP de 1970.
India solicitó que en la Conferencia de Desarme en Ginebra se negocie un tratado universal, no discriminatorio, para eliminar las armas nucleares. Pakistán declaró que apoyaría ese proceso, pero Israel mantiene silencio al respecto.
En 2000 se acordaron 13 medidas hacia el desarme. Luego, en 2010, se agregaron 64 compromisos más aceptados por 188 Estados.
A pesar de que estos pasos graduales hacia el desarme no se cumplieron, los Estados con armas nucleares sostienen que cualquier otro intento de deslegitimar, prohibir y eliminar las armas es una distracción.
«Tanto el reclamo maximalista de la prohibición total de las armas como los ‘pasos graduales’ hacia el desarme están atascados. ¿El avance del derecho internacional humanitario ayudará a estos procesos? ¿Será el motor para conseguir la prohibición de los ensayos, los materiales fisionables y más reducciones de los arsenales?”, preguntó Granoff.
Críticas de la propuesta
En diálogo con IPS, el exauditor general adjunto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Charles Dunlap Jr., expresó sus reservas de que una resolución de este tipo pueda prosperar.
Dunlap no cree que el derecho internacional humanitario prohíba el uso de las armas nucleares.
«Parece que el Sr. Granoff supone que el derecho internacional humanitario aplicable al uso de las armas convencionales se aplicaría automáticamente al de las armas nucleares. Esto es incorrecto”, aseguró.
«De hecho, incluso algunos de los países que son partes”, como Estados Unidos y otras potencias nucleares, “del Protocolo Adicional 1 de las Convenciones de Ginebra”, que incluye reglas sobre los objetivos militares, “plantearon una reserva expresa… para que regulen el uso de las armas nucleares», explicó.[related_articles]
Pero estos argumentos jurídicos son disputados. Los defensores de la resolución apuntan al documento final de la Conferencia de Examen del TNP de 2010, que «reafirma la necesidad de que todos los Estados en todo momento cumplan con el derecho internacional aplicable, incluido el derecho internacional humanitario».
Con respecto a la resolución de la ONU, «creo que es una buena propuesta, aunque no creo que sea el único camino”, opinó Alyn Ware, del Consejo del Futuro Mundial.
«La explosión de un arma nuclear tiene un impacto mucho mayor que las armas convencionales… no se puede contener a un objetivo militar concreto”, destacó.
«Si es lejos de las zonas pobladas, entonces tal vez no viole el derecho internacional humanitario, pero seguiría habiendo enormes problemas con la contaminación nuclear y el control de su trayectoria… pero ese argumento ni siquiera se puede esgrimir cuando ocurre en una zona poblada», añadió.
IPS habló con Randy Rydell, el exfuncionario de asuntos políticos de Angela Kane, la Alta Representante para Asuntos de Desarme de la ONU. «Con toda seguridad las potencias nucleares intentarán desviar esta campaña humanitaria al ámbito del ‘control armamentista’: es decir, ‘tenemos que mejorar la seguridad y la seguridad de las armas nucleares y mantenerlas fuera de las manos equivocadas’”, dijo.
Ambos argumentos desvían la atención de los riesgos que estas armas implicarían en las manos de cualquiera.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga